Cuando abro la puerta, él esta ahí, con una sonrisa de oreja a oreja, pero no es eso lo que me llamó la atención, fue lo forzada de la misma, no se veía muy genuina, algo le pasaba.
-- Hola, pasa. -- me hago a un lado para que él entre con unas bolsas y un refresco en la otra mano.
-- ¿Cómo estás kei? -- tranco la puerta y lo guio por el pasillo, hasta llegar a la cocina.
-- Muy bien ¿Tú qué tal? -- saco unos platos de una gaveta y pongo vasos con hielo y servilletas.
-- Bien, me alegra que tu estés bien.
Nos quedamos en silencio y él de verdad se ve extraño.
-- ¿Pasa algo Ale? ¿Estas incomodo por lo de la otra vez, cuando la piscinada? -- Usualmente no era tan directa, pero Alessandro, sacaba lo atrevido, lo poco reservada de mi, así que lo ví, esperando una respuesta, él en cambio trago grueso y comenzo a desembolsar lo que sea que haya traido.
-- Traje hamburguesas, papas a la francesa y dos raciones de tequeños, no sé si algo de ésto no te gusta, por eso traje varias opciones. -- Lo deje servir todo, desde donde estaba, había mucha distancia, así que decidí caminar hasta dónde él estaba y sentarme a su lado.
-- ¿Y bien, no vas a responderme? -- tome una papita y me la comí.
-- Todo está bien, lo de aquel día más bien, no me tiene nada incómodo, todo lo contrario, me dió más curiosidad. -- Se pone de frente a mí, quedando practicamente en medio de sus piernas. -- La cosa es que, cuando venía, recibí una llamada de un número desconocido y nadie hablo, hasta que dije que iba a colgar y con una voz algo robotizada, dijeron tu nombre.
Mi piel se eriza y dejo de comer, mi cerebro va a mil por hora y no logro encajar, porqué alguién llamaría a Ale y diría mi nombre.
-- No entiendo Ale.
-- Creeme que yo tampoco, me dió muy mala espina keira, no es normal, además, este número lo tiene poca gente, recuerda que estuve fuera del país.
-- Si, cierto, bueno no hacemos nada pensando, esperemos a ver qué pasa, ¿Vale?, comamos. -- Él asiente y se acomoda, comenzamos a hablar tonterías y a comer todo lo que él había traído, hasta que mi teléfono sonó.
Me estiro para llegar al otro extremo del mesón de la cocina y lo agarro, número desconocido.
-- Mira. -- Le muestro la pantalla del teléfono.
-- No contestes Keira, no sabemos quién sea y si es una broma, seguro dejarán de molestar.
Le hago caso a Alessandro, pero ese sin sabor en la boca del estómago, no tiene ni la más mínima amabilidad de quitarse, dejo el teléfono de lado, para tomar un poco de refresco y enseguida vuelve a sonar mi teléfono.
-- Lo siento, pero creo que es mejor contestar.
Alessandro levanta sus manos, tratando de decirme que lo que yo decida, ok.
-- Alo.
-- silencio....
Le hago seña a Alessandro de que, nadie habla al otro lado.
-- Oye, quién quieras que sea, ¿Ya deja no? ¿Qué quieres?
-- silencio....
-- Vale, colgaré.
-- Keira.
Me paralice, sentí un frío por la espina dorsal y sentí la boca reseca, ésto es una broma muy pesada.
-- ¿Quién eres?
-- Silencio....
-- Adiós. -- Cuelgo.
-- ¿Qué paso? ¿Por qué estás así?
-- Dijeron mi nombre, tal cuál como te paso a ti.
-- Esto es raro Keira, ¿Será que vamos a la policía?
-- No lo sé, no creo que hagan nada, son solo llamadas, dirán que deben ser mis amigos y que es un juego, creo que es mejor que me vaya a dormir.
-- Claro, como gustes, cualquier cosa avisame.
-- Sí, claro.
Nos bajamos de la silla y caminamos por el pasillo, está oscuro, no encendí las luces de está zona de la casa, pero me sorprendo, cuando en vez de seguir avanzando, Ale me pega contra la pared y me besa.
Un beso de esos que siempre he leido en Wattpad, intenso y delicioso, movimos los labios al mismo ritmo, como si nos conociéramos de siempre, su lengua danzando con la mía y sus dientes, mordiendo de vez en cuando mis labios, no quería que se detuviera, por mucho que le dije a mamá que no iba a pasar nada, sin embargo, teníamos que respirar, así que nos alejamos un poco y nos quedamos así, juntos, sus manos en mis caderas y nuestras respiraciones un poco erráticas por la exitación de ese beso.
-- Me gustas Keira y quiero que sepas, que puedes confiar en mi.
-- También me gustas Ale, gracias.
Nos damos otro beso, esta vez uno corto y caminamos a la puerta de la casa, le abro y nos damos un abrazo corto.
-- Nos vemos.
-- Claro que sí, estamos hablando.
Cierro la puerta y voy a la cocina, recojo todo y guardo lo que quedó en la nevera, por si mis papás quieren, agarro mi teléfono y voy a mi cuarto.
-- Tienes 5 notificaciones y 15 mensajes whatsapp.
Entro al Whatsapp y veo que tengo un mensaje de Joel, dos de Rachid, otro de un número no registrado y los demás de las chicas del instituto.
Abro el del número no registrado:
-Hola.
-- Hola, ¿quién eres?
-Disculpa, es Miguel, del instituto.
-- Oh, hola miguel, ¿Quién te dió mi número?
-Hola keira, me lo dio tu amiga Fiorella, espero no sea molestia.
-- No, para nada. Ya vuelvo.
Salgo de su chat, voy al de Fiorella y le escribo:
-- Bruja, ¿por qué le diste mi número a Miguel?
Me salgo de ese chat y voy al de Rachid.
-Hola keira.
-Me encantó conocerte.-- Hola Rachid, fue agradable.
Salgo del chat de Rachid y me voy al de Joel.
-Hola linda keira, ¿Cómo estás?
-- Hola Joel, bien ¿tú?
Salgo del whatsapp.
¿Pero qué le sucede a Fiorella, cómo va a dar mi número sin preguntarme primero?
Comienzo a cambiarme de ropa para acostarme, cuando suena el teléfono, una llamada, lo agarro y veo que es el número desconocido de nuevo, contesto y me recibe el silencio.
-- Oye, quién quieras que seas, deja de molestar. -- Cuelgo.
Continuará...
Gracias x leerme❤
Xoxoxo a todos💟
ESTÁS LEYENDO
Acosada en la RED
RandomKeira Rossi, una chica de 18 años, nueva en las redes sociales, una ex compañera de preparatoria, le recomendó hacerse un usuario en Twitter, Instagram y Facebook, para estar en contactos con todos los de su promoción, ella acepta y así comienza una...