cap 30

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Cuando todo el caos se detuvo, me hallaba en un cuarto de hotel bastante moderno, en una de mis lugares favoritos, oír las olas del mar romperse en la orilla, las aves cantar, los niños reír y la música de fondo, era la gloria.

Ya habían pasado dos semanas de lo sucedido, cuando lograron apresar a todo el que estaba dentro del galpón, sentí un alivio enorme, sin embargo, cuando pregunté por mi padre, aunque no dije exactamente que era mi padre, me dijeron que no habían hallado a nadie con esa descripción, lo que quiere decir que logró escapar.

Me parecía impresionante que un hombre de su tamaño, haya logrado salir ileso de toda esa situación, no le conté nada a ninguno, ni siquiera a Ale, sentía que debía quedarmelo para mí.

Lo que sucedió con Yelena, aún me tenía anonadada, ellos pretendían vender sus órganos, pero no querían matarla aún, porque según sus palabras, podía servirles de algo y gracias al cielo fue así, por eso mientras estuve amarrada en ese galpón, escuchaba un pitido cómo esas máquinas de los hospitales, en ese lugar de dónde provenía se hallaba Yel. Logró escapar porque una de las chicas que trabajaba en el lugar, fue muy descuidada y no verifico tener todas las llaves en su poder.

Aly, hizo hasta lo imposible y ni hablar de Jesús, ambos fueron tan incondicionales, que no sé cómo pagarles tanto.

Me dirijo hacia el balcón, me agarró de la baranda y disfruto del aire fresco rozar mi rostro, siento unas manos en mis caderas, Alejandro me da un beso en la mejilla.

- Aquí estás, las chicas me dijeron que no quisiste bajar. ¿Té sientes bien? .

Me volteo para quedar frente a él, coloco mis manos por encima de sus hombros.

- Quería estar un rato a solas, de hecho cargo puesto el traje de baño, en cualquier momento iba a bajar.

- ¿No te gustaría quedarte un rato conmigo? - Mientras lo pregunta, besa mi cuello, siento como la piel se me eriza y de repente, tengo ganas de sentir un poco más. - Lo que quieras hacer kei.

- Bésame.

Y eso hicimos, nos besamos tanto que nos costaba respirar, el fue desenredando mi traje de baño, pero aún tenía puesto el vestido, quería que me quitará todo de una vez, pero todo estaba sucediendo tan lento, que rayaba en la desesperación.

- Te besaré por todas partes. - Su mirada traspaso la mía, sus ojos brillaban y entendía perfectamente, que era el brillo del deseo, estaba segura de que mis ojos reflejaban lo mismo.

- ¿Todas?

- Todas, es una promesa.

Tragué grueso, sentí un temblor extraño en mis partes, nunca lo había hecho, esta sería la primera vez y lo mejor de todo, es que sería con él, así qué, lo que prometió lo cumplió, me beso hasta en los lugares más recónditos de mi cuerpo, creo que ni siquiera mis pies se salvaron de sus besos, todo se sintió perfecto, sentí un pequeño dolor, pero nada se compara con el placer que me genera cada embestida y caricia, cuando todo finalizó, quedamos ambos boca arriba.

Mirando el techo y respirando de manera entre cortada, no sabía lo alucinante que era ésto, estaba extasiada, pero de una forma extraña, porque en cierto modo, quería seguir.

- ¿Estás bien? - Se volteo y comenzó a acariciar mi cabello, hombro, senos, abdomen y así, repetía la caricia, lo único que estaba haciendo, era incitarme más.

- Lo estoy, pero si sigues haciendo eso, no saldremos nunca de este cuarto.

- ¿Para qué queremos salir? - La mirada pícara y su sonrisa de lado, hizo que soltará una carcajada.

- No, no, mejor lo hacemos luego, bajemos.

Fui al baño, me duche y me coloque de nuevo el traje de baño y el vestido de playa, Alejandro ya estaba listo, había usado el baño del pasillo, fuimos a la zona de la playa.

Cuando por fin divisamos a las chicas y a Jesús, fuimos hasta allí, me senté junto a Yelena y Alejandro se sentó al lado de Jesús, esos dos cuando empezaban a hablar ignoraban al resto.

- Te veo diferente. - Yel habla en voz baja.

- Ya hablaremos.

Hablamos con Aly, duramos rato sentadas allí bajo la sombrilla de playa, tomando mojitos y comiendo tostones, Alejandro, Aly y Jesús, se fueron a meter a la playa, Yel y yo decidimos quedarnos.

Cuando por fin estuvimos solas, creí justo y necesario hablar, ya era el momento, le habíamos dado muchas largas, precisamente porque ninguna de las dos estábamos en condiciones para hacerlo.

- Yel, este es el momento. - Me volteo para verle la cara, ella tiene su mirada fija en el mar.

- Lo sé. - Finalmente, pestañea y me ve. - Era lo que estaba esperando.

- Vale, bueno, sé que ya lo sabes pero igual te lo diré, Alejandro y yo estamos saliendo, desde hace rato, sin embargo el se tuvo que ir, por todo lo que habíamos pasado con el acoso, luego te conocí a ti, descubrí una parte de mi que no sabía que existía y luego volvió él, me siento en tres y dos, porque, bueno. - me volteo un momento, siento que no podré decirlo, pero de pronto siento su mano en mi pierna, la calidez de su mano y esa leve caricia hecha por su pulgar, envío una corriente por todo mi sistema.

- No es necesario que sigas hablando Keira, yo entiendo.

- No, no entiendes, me gustas y él también, creo que, los quiero a los dos. - Su pulgar dejo de acariciar, yo por fin sentí la valentía y la mire, sus ojos me miraban de manera muy intensa, su cabello se veía espectacular hoy, era preciosa y una excelente persona. - Lo siento, en serio lo siento.

- Keira, también me gustas lo sabes y no quiero perderte.

Mi corazón se aceleró tanto, que sentía que iba a salir de mi pecho, la cabeza incluso sentía que me daba vueltas.

- Solo debes hablar con él, decirle que quieres estar con los dos y si acepta, lo podemos intentar. - su mano tomó la mía, la apretó fuerte. Era una decisión difícil y ella lo sabía, debía pensar mejor mi situación.

Continuara.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2022 ⏰

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