Cap 25

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Cuando nuestro aliado llegó al lugar, todos estábamos nerviosos o al menos eso creía yo, mis manos temblaban y sudaba frío, me digne a mirar a los demás, pero se veían normales, los que trajo Alessandro, parecían disfrutar el momento.

Mi vida que era normal y aburrida, se había convertido en una maraña de secretos y red de mentiras, lo que me parecía irónico, era ¿Por qué usar las redes sociales? ¿Por qué tanto protocolo estúpido?

Si con el simple hecho de abrir la boca, un año antes, fuese sido el final de mi vida y todo habría terminado.

Claro, si estaba agradecida de que las cosas hayan transcurrido de este modo, pues me dió los recursos más importantes, Aly, Alessandro, Jesús, Yelena y el tiempo.

Cuando el Agente Ramírez, comienza a hablar, les cuenta una historia trágica que a vivido con su hija imaginaria, les relata lo mucho que necesita un riñón y la cabeza de las operaciones le dice que no se preocupe, que todo estará mejor.

Si hasta parece creíble lo que sale de su boca, que descaro tan grande, pero ahora que se todo, entiendo tantas cosas.

Ramírez comienza a revisar el órgano, específicamente los papeles que están en una especie de bolsito que acompaña la cava de frío.

En ese momento entra Rachid, no se percató de Ramírez y le habló a quién quiera que estaba con él.

— Tenemos que seguir buscando a Keira, al final, es solo un pedazo de carne, pero un pedazo muy jugoso que valen unos cientos de dólares, después que la usen podemos hacer lo que queramos con ella.

— Excelente Rachid, me uno a ti, solo debemos decirle.

Ramírez carraspea y les dice:

— Disculpen, lo que dijeron yo no lo oí, lo juro.

— ¿Quién eres tú? — le dice Rachid.

— Solo soy un comprador, me enviaron aquí para leer la descripción del órgano, pero solo eso señor.

— Te escoltare de nuevo a la oficina.

— Claro, gracias.

A este punto todo el equipo de Alessandro estaba listo para entrar, solo esperábamos la orden de Ramírez, el plan era el siguiente;

Ramírez debía reunir a todo el personal de ese edificio en la misma oficina, de manera que al entrar hubiese la menor cantidad de muertos posibles, porque sí, iban a morir algunos y no teníamos en nuestros planes que fuese uno de nosotros, lo siguiente iba a ser mi entrada y finalmente acabar con todo ésto.

En momento en que Ramírez da la señal, todos los hombres de Alessandro y los del agente Ramírez, entraron, Yel, Aly, Jesús y yo, estábamos esperando el momento idóneo para subir, mientras tanto, nos mirábamos la cara y cada quién tenía su propio tips nervioso.

— Keira, es hora. — Alessandro me dió la señal, todos salimos al mismo tiempo y comenzamos a subir las escaleras del otro edificio.

Era horrible, muchos hombres heridos, incluso algunos de nosotros aunque superficiales, no dejaban de botar sangre, pasamos por un lado de cada uno de ellos hasta que llegamos al piso 5, dónde estaban todos.

Había llegado el gran momento y tenía tanto miedo, sentía que todo me temblaba, comencé a sudar frío y hasta pensé en que lo mejor era irme, pero no podía.

Sentí que alguien tomo una de mis manos y luego tomaron la otra, Yel y Aly, dándome ánimos y regalandome una sonrisa.

— Gracias por ser quienes son y gracias por estar aquí, llegó el momento.

Ambas asintieron.

Cuando entramos a la oficina, todos ellos estaban rodeados por nuestro equipo, estaban desarmados y arrodillados, me dolía demasiado lo que veía, pero ésta era mi realidad y no podía cambiarla.

— Tú. — Su voz y su rostro, cambiaron y demostraron una repulsión impresionante, como si yo fuese la mala en esta historia.

— Yo, de verdad, quisiera entenderte, quisiera saber qué sucedió realmente.

— No hablaré contigo de nada Keira.

— Yo creo que sí, a qué sí muchachos. — les hice señas a todos y todos dirigieron sus armas a ella, Selene de Rossi, sí, mi supuesta mamá fue quién hizo todo esto. — Vamos mamá o mejor te digo por tu nombre, Selene, ¿Qué sucedió hace 18 años?

Su mirada llena de odio, hirió tanto mi corazón, que incluso llegué a sentir como se rompía. ¿Cómo iba a poder confiar en alguien más? Si quién se suponía era mi madre, me estaba haciendo lo peor del mundo, venderme como un pedazo de carne.

— Habla Dios mío, habla de una maldita vez, ¿Dónde está mi mamá?

— La mate, la mate, no eres mi hija, todos estos años me costó demostrar que si te amaba y te quería, pero esto solo fue un plan, eres hija de uno de los mafiosos más poderosos de Italia.

A este punto, creo que no podía estar más anonadada.

— Cuando tu naciste, yo era sirvienta de esa casa, tu papá o bueno, Enrico como quieras llamarle, era uno de los matones de ese mafioso, lo cierto es que, ese hombre nos explotaba y no nos daba lo que nos mereciamos, así que te secuestramos.

— En aquel entonces, todo paso muy rápido, pedimos el rescate, él no quiso darlo y su esposa, tu verdadera madre fue por ti, llevó el dinero en contra de tu padre, pero nosotros no podíamos solo quedarnos con el dinero y ya, teníamos que huir, tu madre nos tendió una trampa, la diferencia fue que nosotros éramos más inteligentes que ella, yo misma le dispare en el corazón, fue caótico, te agarramos y huimos, al principio no sabíamos a dónde, hasta que caímos en cuenta, que este país era ideal.

— Todo siempre se a arreglado con dinero, por eso al llegar, logramos falsificar todo, incluso nos hicimos operaciones estéticas.

A este punto de la historia, levanté mi mano diciéndole que guardara silencio, era demasiado por procesar, necesitaba saber más, pero me estaba costando respirar, sentí una mano en mi hombro y una voz me susurro en el oído.

— Estoy aquí Keira, tú puedes. — Yel, apretó un poco más mi hombro y no quito su mano de allí.

— Ok, ahora te pregunto, ¿Por qué venderme?

— Fácil, íbamos a venderte a tu verdadero padre y obviamente el no lo iba a saber, nuestra venganza en su contra por fin iba a tener fin.

— Suponiendo que todo lo que dices es la verdad, ¿En serio todo esto, solo porque no les pagaban lo que ustedes se merecían? Detecto una mentira allí, dime la verdad o le diré a uno de ellos que dispare, en el corazón, así mueres igual que mi madre.

Sus ojos se agrandaron y brillaron con algo de temor, ciertamente ella no esperaba morir tan pronto y menos en mis manos, el karma era una mierda Selene.

— Ok, sí mentí, la verdad es que Enrico es su hermano, su familia no nos permitía vivir juntos, porque yo era nadie, le cerraron las puertas y le negaron los ingresos, luego paso todo lo demás.

— Entonces papá, perdón, Enrico es mi tío.

Selene no pronunció más palabras, todo estaba en silencio, Rachid estaba en el piso, uno de los hombres de Ramírez lo tenía pisado con uno de sus pie en la espalda, inmovilizandolo.

— ¿Por qué se aliaron con el Líder?

Rachid levantó su mirada.

— Porque él conoce a tu padre, además su hijo quería estar contigo.

El hombre de Ramírez escupió a Rachid y éste bajo el rostro.

Continuará.

Disculpen la demora. Espero les guste.

Acosada en la REDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora