Capítulo 12

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<<Demonios>>

Nos describió. La madre superiora nos ha descubierto.

- Madre - digo asustada.
- No lo puedo creer - nos mira molesta y decepcionada.

Nunca la había visto así.

- Madre déjenos explicarle - le dice Adrien.
- Pero claro que van a explicarme y no solo a mí, si no al padre Aurelio también - dice molesta - debería darle vergüenza señor Fournier, a corrompido a una futura monja.
- Yo la amo madre, nosotros nos amamos - le contesta Adrien.
- Pero que está diciendo - Dice Asustada - vístanse y los veo afuera, ¡Ahora! - sale molesta.
- Maldición - digo asustada. Me levanto y me empiezo a vestir.
- Amor - me mira Adrien.
- Debemos hablar con el padre y con la madre superiora amor - le contesto y le doy un beso.
- Pero tú, te vienes conmigo - me mira.
- Si amor - sonrío.

Adrien sonríe. Se levanta y se viste.

Vamos a enfrentar de una vez por todas a la madre superiora y al padre Aurelio.
No me importa si la madre o el padre se molestan conmigo.

Estoy decidida.

Estoy decidida a luchar por lo que amo y lo que amo es a él. Lo amo y no puedo negar este sentimiento que tengo hacia él, estoy dispuesta a luchar.
Porque yo sé que me ama y que ambos estamos dispuestos a luchar por nuestro amor contra quién sea.

Contra aquel que intente impedirnos ser felices, contra aquellos que no nos quieran ver juntos que en este caso sería Salomé.

Esa mujer no quiere que este a lado de Adrien, pero estoy dispuesta a luchar contra ella por su amor. Está vez seré egoísta, quiero a Adrien solo para mí.

Además sé que Adrien me ama a mí, así como yo lo amo a él.

<<Hoy voy a luchar por nuestro amor>>

- Todo estará bien amor - me dice Adrien.
- Si mi amor - sonrío.

Me da un beso y salimos.

Es hora de enfrentar al padre Aurelio y a la madre superiora.

- Aquí estamos madre - le dice Adrien.
- Vengan conmigo - dice molesta y camina.

Adrien y yo caminamos detrás de ella. Vamos tomados de la mano.

No nos importa que nos miren, que sepan que estamos juntos y que vamos a luchar por nuestro amor.

Las madres se nos quedan viendo y los niños sonríen felices. Algunas madres nos miran asombradas, otras con mirada de rechazo, niegan con la cabeza.

Nos juzgan, pero eso no nos importa. Nos amamos y eso es lo que nos debe de importar.

Llegamos con el padre Aurelio, el cual está con su hermano, el papá de Adrien.

- Padre necesito hablar con usted - le dice la madre.
- Dígame - le contesta el padre, voltea junto con su hermano y nos ve a Adrien y a mí tomados de la mano.
- Es sobre su sobrino y sobre la madre Leticia - le contesta la madre superiora y nos mira.
- ¿Qué paso? - le pregunta y nos mira.
- Los encontré en la cama, estaban teniendo relaciones aquí en el convento - dice molesta la madre superiora.
- ¡Que! - dice el padre Aurelio y don Armando sorprendidos.

No lo pueden creer, nos miran incrédulos ante la acusación de la madre.

- ¿Está usted segura madre? - le pregunta aún incrédulo el padre.

No da crédito ante la acusación de la madre superiora.

- Si padre completamente segura - dice con total seguridad - los encontré en la cama, besándose y acariciándose como si fueran una pareja de enamorados - nos mira de manera acusadora.

Dulce Tentación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora