Capítulo 24

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- Oh por Dios - dice impresionada.
- Adrien no quiere verme - le digo triste.
- Dale tiempo, ahora la noticia de que no puede caminar lo ha tomado por sorpresa, pero yo sé que te ama - me dice segura.
- Me dolió que me dijera que no me ama y que me haya echado así.
- ¿Te irás a México? - me pregunta.
- No, no ahora que Adrien me necesita, aunque él no me quiera ver, yo estaré al pendiente de él porque lo amo - le aseguro.
- No creo que esa noticia le guste a tu papá - me mira.
- Pues no me importa, yo amo a Adrien y no pienso dejarlo solo, él me necesita y aquí estaré.
- Haces muy bien - sonríe.

No me importa lo que diga mi padre, yo amo a Adrien y voy a estar con él. No me pienso ir a México y se los tengo que decir cuánto antes.

- Les pienso decir hoy a mis papás - le digo decidida.
- Suerte - me dice sonriendo.

Me despido de ella y de la familia de Adrien, les digo que tengo que hablar con mis padres. Bastian me dice que no me vaya a México, que Adrien a pesar que no quiere verme por ahora, él me necesita. Yo le digo que no me iré, que hablaré con mi familia les diré que me quedaré.

No pienso dejar al amor de mi vida, más ahora que me necesita.

Me despido y voy al departamento de mis padres.

Aunque no puedo mentir, estoy nerviosa. Papá no le gustará nada la idea de que me quede. Sé que se enojará, pero lo siento, yo no puedo dejar a Adrien así. Lo amo y estoy dispuesta a estar a su lado, aunque no me quiera ver, yo estaré ahí para él.

Tomo un taxi y me dirijo al departamento.

Lo único que ahora me debe de importar es Adrien y su recuperación. Debo convencerlo de que tome las terapias, eso le ayudará a volver a caminar. La idea de verlo atado a una silla para siempre me aterra, me aterra demasiado. Pero yo sé que él las tomará y volverá a caminar.

Llego al departamento.

Suspiro y me armo de valor.

Entro.

- Hija - dice mi madre. Ella y mi padre me están esperando.
- Hola - los miro.
- ¿Que pasó?, ¿Cómo está Adrien? - me pregunta mi madre preocupada.
- Gracias a Dios está bien, el único problema es que no puede caminar - le contesto.
- Oh por Dios - dice asustada mi madre.
- Volverá a caminar, solo es cuestión que tome terapias - digo aliviada - tengo algo que decirles - los miro.
- ¿Que? - me miran.
- Me voy a quedar, no puedo dejarlo - les confieso.
- Por supuesto que no, no te vas a quedar, te vienes con nosotros y fin de la discusión - me dice molesto mi padre.

Sabía que no le gustaría para nada que le dijera que me quedaría. Pero no puedo irme, el amor de mi vida me necesita.
- Ya no soy una niña papá - lo miro molesta e indignada. No entiendo su actitud - tengo la edad suficiente para decidir por mí misma y ya lo tengo decidido, me quedo - lo enfrento - me quedo a lado del amor de mi vida.
- No sabes lo que dices Leticia, ese hombre se burló de ti, ¿Oh ya lo olvidaste? - me pregunta - ese hombre solo te uso, no merece nada de ti.
- Lo amo papá, lo amo más de lo que tienes idea y quiero estar a su lado - le digo muy segura. No voy a permitir que mi propio padre me aleje del amor de mi vida.
- Solo estas encaprichada con ese hombre, en cuanto nos vayamos lo vas a olvidar - me asegura. Pero yo no me pienso ir por nada del mundo.
- Pues lo siento, ya lo tengo decidido me quedo, no puedo dejar al amor de mi vida - contesto con firmeza.
- Te apoyo hija, si eso es lo que quieres, adelante - me dice mi madre. Mi padre la mira sorprendido.
- ¿Pero que estás diciendo mujer? - dice aún sin creerlo - por supuesto que no, ella vendrá con nosotros.
- Papá por favor, ya no soy una niña, yo puedo decidir por mí - lo miro molesta - así que me quedo - digo y voy a mi habitación para cambiarme y volver al hospital con Adrien.

Dulce Tentación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora