Capítulo 10

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Los días pasan y yo he mantenido mi distancia con Adrien.

Las veces que viene a visitar a su tío, el padre Aurelio, yo trato de ignorarlo.

Aunque él también parece ignorarme, bueno creo que le dí en su orgullo, ya que lo rechacé. No iba a seguir con su juego, yo soy una futura monja, tiene que respetarme.

Estoy jugando con los niños, nos la estamos pasando muy bien.

- Señor Fournier, ¿Quiere jugar? - pregunta uno de los niños.

Yo volteo y ahí está.

Tan guapo como siempre.

Aunque a decir verdad hoy se ve mucho más guapo. Este hombre es muy varonil, sus músculos, Dios, es toda una obra de arte.

<<Leticia por Dios, deja de pensar en eso>>

Reacciono y salgo de mis pensamientos.

- No creo que el señor Fournier, quiera jugar niños - les digo sin dejar de mirar a la belleza de hombre que tengo enfrente.
- Claro que sí, yo juego - contesta.

Asiento y jugamos.

Los niños ríen y se divierten al igual que Adrien y yo.

Reímos. Todo es maravilloso.

Se ve más hermoso cuando ríe.

Seguimos jugando.

Estoy apunto de caerme, pero Adrien me detiene. Me toma de la cintura.

- Con cuidado madre - me dice muy cerca.
- Gra... gracias - digo nerviosa por su cercanía.
- Uuuuuuy, el señor Fournier le gusta la madre Leticia - dicen los niños haciéndonos burla.
- ¿Que es lo que están diciendo niños? - pregunta la madre superiora molesta.Adrien y yo nos separamos - les informo niños que la madre Leticia será una de nosotras muy pronto, así que no quiero oír ese tipo de comentarios - les advierte sería.
- Si madre superiora - contestan los niños.
- Son solo niños madre, ellos no entienden aún- le contesta Adrien.
- Pues no me gusta este tipo de comentarios - lo mira seria - madre Leticia venga conmigo - me dice.
- Si madre - voy con ella.

Creo que estoy metida en problemas.

- Dígame madre - le digo entrando a la dirección.
- No me gustó lo que vi hace un momento - me mira - ni que los niños dijeran eso, quiero pedirle que mantenga su distancia con el señor Fournier, usted no lo conoce como yo, todos sabemos la fama que tiene, es un hombre que no respeta a las mujeres, mucho menos a una como usted.
- ¿Cómo yo? - pregunto confundida.
- Si, a una futura monja, él no toma a las mujeres enserio, se lo digo por su bien, tenga cuidado o si no me veré forzada a regresarla a México - me advierte.
- No, no es necesario, yo le prometo que me mantendré alejada de él, de eso no tenga cuidado—le aseguro— además yo quiero ser monja y eso nadie me lo impedirá.
- Muy bien, me alegro que piense así, solo se lo digo para que tenga cuidado, hombres como él - suspira - que Dios me perdone pero no valen la pena, él no toma a las mujeres enserio, es una lástima, porque se ve buen muchacho, ojalá recapacite, yo sé que así será, pero por su bien, se lo pido, manténgase alejada de él.
- No se preocupe así será - sonrío.

Tiene razón.

Debo tener cuidado de él. Hombres como el señor Fournier no son de fiar y mucho menos con la fama que tiene.

- Bien vaya con los niños, igual hablaré con el padre con respecto a su sobrino, quiero que le deje claro que no quiero que se le acerque, para que no haya problemas.

Asiento y la obedezco.

Están jugando con Adrien.

- Niños ya es hora de ir adentro - les digo.
- Otro rato - me suplican los niños.
- No niños ya es hora de que descansen, obedezcan.
- Está bien - dicen algo tristes - adiós señor Fournier - le dice a Adrien.
- Adiós niños - les contestan y van a adentro.
- Gracias por jugar con ellos - sonrío.
- De nada - me contesta mirándome.
- Quien diría que el gran Adrien Fournier jugaría con los niños - dice el padre Aurelio.
- Ya vez tío - sonríe.Tiene la sonrisa más hermosa que he visto.
- Bueno los dejo compermiso - les digo.
- Pase - me dicen.

Yo camino a mi cuarto.

El padre plática con su sobrino, pero siento su mirada sobre mí.

Voy a mi cuarto.

Entro y suspiro.

- Recuerda lo que dijo la madre superiora, Leticia, debes mantenerte alejada de Adrien Fournier - me digo a mi misma.
- Pues temo decirle madre, que eso no se va a poder - dicen.

Volteo asustada.

- Señor Fournier - digo asustada.
- El mismo - contesta sonriendo.
- ¿Que hace aquí? - le pregunto seria.
- No quería irme sin despedirme de usted - me dice como si nada.

Que cínico es.

Pero debo recordar lo que me dijo la madre superiora. Debo mantenerme alejada de este hombre.

- Señor Fournier, será mejor que se vaya - lo miro seria.

No quiero volver a tener problemas con la madre superiora.

- ¿Estás segura que me vaya? - me pregunta acercándose a mí.

Yo retrocedo.

El sigue caminando hacia mí.

Yo sigo retrocediendo, hasta que caigo en la cama.

Grave error.

Él sube encima de mí.

- Señor Fournier, será mejor que salga o nos meteremos en problemas, la madre superiora fue muy clara conmigo al querer que me mantenga alejada de usted - le digo nerviosa.

La madre superiora puede entrar en cualquier momento.

- Y tú, ¿Quieres estar alejada de mí? - me pregunta - porque puedo notar que no, estás nerviosa y tú cuerpo me pide a gritos que lo haga mío - sonríe de lado.

¡Dios!es la sonrisa más sexi que he visto.

Ya estoy mojada.

- Señor Fournier, basta - me muerdo el labio.
- ¿Y si no? - me pregunta.

Antes de que le conteste, me besa, yo le sigo el beso.

Dios, me encantan sus labios, jamás me cansaría de besarlos.

Tocan la puerta.

- Madre Leticia - dice la madre superiora.

Nos separamos.

- Dígame madre - le contesto.

Estoy asustada, puede entrar y darse cuenta de lo que estamos haciendo.

Adrien me mira divertido, parece disfrutarlo. En cambio yo estoy hecha un mar de nervios.

- La cena ya está lista, venga a cenar con nosotras - me dice.
- Gracias madre, en un momento voy - le contesto.
- Está bien, no tarde - me dice.

Logro escuchar que se va.

Suspiro aliviada.

- Eso estuvo cerca - dice riendo Adrien.
- Será mejor que se vaya, la madre superiora podría volver y nos meteríamos en problemas - le digo asustada.

No quiero ni imaginarme que pasaría si la madre superiora nos hubiera encontrado.

- Por mí no hay problema - sonríe.
- Hablo enserio, váyase - lo miro seria e intentando hacer que se vaya.
- Bien, por esta vez te escapaste, pero para la próxima te haré mía - me dice con seguridad, yo voy a protestar pero me da un beso - nos vemos preciosa - me guiña un ojo y se quita de encima de mí, sale de mi habitación.

Yo estoy hecha un mar de sensaciones, ese hombre logró cambiar mi mundo tan repentinamente.

Despertó en mí, algo que yo no conocía.

Dulce Tentación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora