Después del desayuno en el cuál no pude ingerir la gran cosa porque la rabia me tenía un nudo en el estómago, Amún me arrastra a la sala de entretenimiento, ni siquiera recordaba lo que habíamos hablado en el baño de Kensington. Le pido a Burak las grabaciones del sótano de mis quince días de estancia en la mansión hace dos años.
Me mira con cierto recelo, pero ante la orden de Amún no le queda más que hacerlo, enlaza su computadora al proyector y mi loco y yo nos sentamos a ver la función. Burak las trasmite en orden cronológico, Amún observa atento como entramos en el sótano por primera vez, verme en la inmensa pantalla es extraño, es como si protagonizara una película, una que será pornográfica y totalmente perversa.
—Tu cabello era tan largo —susurra, sus dedos se dirigen a mi cabeza para tomar un mechón, ha crecido mucho en los últimos meses, pero aún me falta mucho más para alcanzar el largo que tenía.
—Lo era, hasta que los guardias del burdel lo cortaron. —Deja salir un gruñido, dirige el mechón a su nariz y lo huele.
—¿Qué es este sitio Ömar? —pregunta la Nath de la pantalla, Amún frunce el ceño, molesto por escucharme decirle cómo su hermano.
—Cállate y quítate la ropa. —Sonríe al verme acatar su orden. Aunque en nuestra situación actual sigo obedeciendo sus órdenes, me da vergüenza ver mi actitud de hace dos años, mi meta era enamorarlo y convencerlo de quedarse conmigo, pero mi actitud es francamente penosa.
Mira como entrelaza la cuerda formando la telaraña en mi pecho y espalda, yo observo de reojo su erección formándose contra sus pantalones, más aún después de atarme a la barra y obligarme a hincar en inclinarme hacia delante, exhibiendo mi trasero a él.
La expresión de su rostro es la misma que la de la grabación, concentrado, una mirada oscura y perversa, no sé hacia donde mirar, si al hermoso hombre a mi lado o a la película pornográfica que estamos viendo y que es malditamente excitante.
—Khaliqi me prometió que no volvería hacerme daño.
—No voy hacerte daño Abtikari. Voy a romperte, voy a destrozar tu mente y tu voluntad y te reconstruiré a mi gusto, mas fuerte y resistente. Así que no lo veas como un daño, será un regalo para ti. Ahora prepárate, esto apenas empieza.
—En tu defensa diré que fue Ömar el que prometió no hacerme daño, no tú... aunque al final los dos me lo hicieron. —Me mira de reojo, sujeta mi mano izquierda y da un beso en ella, justo a un lado de mi anillo de compromiso.
Comienzo a removerme cuando empiezan los azotes con el paddle, él también, ambos respiramos de manera irregular, excitados por supuesto, porque verlo es como revivirlo y aunque me dejó el trasero lleno de cortes, el orgasmo fue sensacional. Después de hacerme llegar se hinca detrás de mi y comienza a masturbarse con mis nalgas ensangrentadas, sonríe cínico, comprobando que es verdad lo que le conté.
Se ve a si mismo esparcir su semen por mi trasero, el Amún actual presiona su erección, tratando de controlarla, pero a mí no me importaría hincarme frente a él y darle una mamada o sentarme en su regazo abierta de piernas dispuesta a enterrarlo en mi interior.
—Magnifico Abtikari, justo como lo imaginé, un inicio perfecto.
—Si lo fue —murmura en voz baja—, jodidamente excitante que no te quejaras ni una sola vez. —Me jala hacia él, el beso es hambriento, dejándome ver lo excitado que está, sin embargo no hace más, me libera cuando empieza la segunda grabación.
Desliza el camisón hacia arriba, para sacarlo por mis brazos, luego se arrodillar para bajar mis bragas, mi vientre revolotea recordando lo que fue tenerlo frente a mi, su aliento cálido acariciando mi piel y lo confundida que me sentía por las sensaciones de mi cuerpo ante su toque o su simple presencia.
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RESPLANDOR
RomanceTrilogía Oscuridad. Tomo 3. (Por él) ¿Qué es lo peor que te puede pasar en la vida? ¿Vivir entre penumbras y tinieblas o ser iluminada por un resplandor de verdades que podría terminar con tu cordura?