Capítulo 28. parte dos

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Respiro para tranquilizarme. Bloqueo el teléfono y lo guardo de nuevo en mi bolsa pretendiendo que nada pasa. Sonrío a Brittany y Georgiana, platico con ella durante tres minutos y después me excuso para retirarme a mi habitación, que ya no es la de la planta baja, Amún puede subir las escaleras sin problemas, ahora nos acomodamos en una de las de la planta superior, de las grandes y lujosas.

Me meto en el baño y saco el móvil de nuevo, el mensaje sigue ahí, no ha sido eliminado como los anteriores, que desaparecían misteriosamente del teléfono. Lo releo cien veces tratando de encontrar la intención detrás de este, estoy segura que es Hassan, pero su pasividad y su falta acción me preocupan más que el hecho de tenerlo atacándonos deliberadamente. Está al acecho, pero escondido y no puedo adivinar su siguiente paso.

«Gracias.» Tecleo. Me detengo un segundo a pensar cuál es la mejor forma de contestarle, necesito que se muestre, sacarlo de la sombra para poder atraparlo.

«Estoy cansada de los mensajes sin sentido, vamos a vernos.» Agrego y aguardo por una respuesta. Pasan varios minutos y cuando me canso de esperar escribo una vez más.

«Si no estás interesado, entonces no me molestes más.» Envío por último. Me fastidia el juego de esconderse, yo no soy Amún que disfruta de la cacería entre las sombras, si quiere venir por mí, que lo haga de frente.

Me quito la ropa para tomar una ducha, seguramente mis árabes demorarán algunas horas en su reunión de negocios y tengo tiempo para mí, para descansar y pensar como hacer para obligar al turco a dar la cara. Dormito dentro del jacuzzi, pero otro sonido de mi móvil me pone en alerta.

«Vamos a vernos. Ahora.»

Trago grueso.

Ahora.

Mis manos tiemblan un poco y casi se me cae el móvil dentro del agua, sin embargo, logro sostenerlo. Mi cerebro trabaja a todo lo que da, pensando si Hassan sabe que ellos no están en casa y que estoy sola. Además casi no hay vigilancia, los guardias se quedaron en Dubái al cuidado y protección de las mellizas, aquí solo está el personal de planta.

Y no sé cuánto tiempo tardarán ellos en volver.

«Estoy aburrida sin ustedes, ¿tardarán mucho en regresar?» Mando el mensaje a los dos, esperando que alguno tenga oportunidad de responder rápido. Ambos lo hacen, Amún unos segundos antes que Ömi.

«Un par de horas más Abtikari, espérame en la cama, abierta de piernas y con uno de esos conjuntos que me vuelven loco.»

Sonrío.

Árabe loco.

«Si las cosas siguen bien, tal vez dos horas, Damiya. Lo mejor es cerrar el trato hoy mismo, para tener libres los demás días, no desesperes.»

Suspiro.

Mi Ömi.

Ahora que sé que tardarán al menos dos horas más en volver, lo que me da tiempo para una escapada rápida de Kensington a uno de los jardines cercanos. No me voy a alejar, ni a encontrarlo en un lugar solitario, tiene que ser cerca y con gente a nuestro alrededor.

«Te veo en las fuentes del jardín italiano en treinta minutos.» Respondo al mensaje del turco. El corazón me late desquiciado esperando su contestación, que llega dos minutos después.

«Bien. Quedan veintiocho minutos. Se puntual.»

Doy varias respiraciones profundas para calmarme, tengo que ir a encontrarme con él. Salgo del jacuzzi y busco rápido que vestir, el otoño es bastante frío este año en Reino Unido. No me arreglo demasiado, no tengo mucho tiempo y tampoco es que me interese verme bien para ese traidor.

RESPLANDORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora