BRUNO D'ANGELO.
UNA SEMANA DESPUÉS.
No tengo las palabras adecuadas para decir todo lo que Alana y yo hemos pasado en estos candentes días, hemos sido lo más cautelosos posibles para que Stefan u otro miembro que trabaja aquí no nos descubra. Pero creo que eso ha sido infructuoso, ya que Stefan hace comentarios relacionados con ello, y en ocasiones me resulta algo gracioso como Alana y yo hemos sabido ocultar ésto. O al menos es lo que intentamos. Cuando Stefan me cuestiona sobre ello, sólo evado todo pero jamás lo niego. Para que si ya lo sabe aunque no sé lo haya dicho.
Ahora estoy en la habitación de Alana despidiéndome de ella para tomar un vuelo directo a Chicago, del cual ella no se enterará. Se alteraría si supiera a lo que voy.
Todo esto está relacionado con su madre, necesito noticias sobre su estado de salud, las cuales no han llegado en estos meses, y de alguna manera me altera por que Alana me cuestiona y yo no sé que responderle. Pero no soy nadie en aquel lugar para ejercer mi poder y obligarlos a hablar.
— ¿Me dejarás sola?.– me cuestiona con una expresión tierna en su rostro.
— No en absoluto. Mamá vendrá a verte y podrás convivir más con Riccardo en la empresa. Sólo me tienes que prometer que tendrás cuidado con las personas desconocidas, sabes más de la cuenta sobre mi y si alguien de mis enemigos se llega a enterar sobre ti no dudará en hacerte daño.– le advierto y ella asiente mirándome fijamente.
Alzo su hermoso rostro con mis dedos hasta una altura prudente para besar sus labios.
Ella intenta quitar mi saco pero yo se lo impido; no por que no quiera si no por que será más difícil para mi irme y alejarme de su lado.— Al menos me dirás donde irás?
— Prometo decirte después.– acaricio su rostro y ella sólo cierra sus ojos a mi tacto.
Un sentimiento extraño surge de mi pecho al pensar que estaré separado de ella. Sólo espero que sea tan sólo un día, no quiero demorar más de la cuenta y estar angustiado por su seguridad, aunque muchos de mis hombres la resguardan mi hogar, nunca tendré esa confianza absoluta hacía ellos.
— Cuídate.– me dice cuando he tomado el pomo de su puerta.
— Lo haré, hazlo tú también.– le digo y corre a mis brazos para después besarme. — Alana, necesito irme.– la alejó un poco cuando no tiene intenciones de separarse de mi.
— Lo siento, últimamente hemos estado juntos y separarme ahora de ti por alguna razón me resulta extraño. Adiós Bruno.– sin más me despido con un último beso y me encamino a la salida encontrando a un Stefan muy impaciente.
— Creí que nunca saldrías. Supongo que no te querías Alejar de ella.– me dice burlón.
— ¡Vete a la mierda, Stefan!– lo ignoró y subo al auto enseguida de él.
— Para allá vamos todos Bruno.
Y cuanta razón tiene, esto nos está consumiendo a ambos, necesitamos parar, pero lo creo tan lejano e imposible. Quiero hacerme a la idea de que algún día mis noches serán veladas por alguien más. Que mis días los pueda disfrutar sin ningún temor.
Al llegar al hangar subimos inmediatamente, quiero regresar lo más pronto posible aquí. Alguien espera a mi regreso y se siente jodidamente bien.

ESTÁS LEYENDO
MI ADICCIÓN.✔
Roman d'amourHoy pienso en el día en que te mire, Fue la primera vez que quedé cautivado por la belleza de una hermosa y sensual mujer. Recuerdo que ese día fue el más alegre, Pues nunca en mí vida lo olvidare, por que supe también que el amor a primera vista ex...