CAPÍTULO 37.

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BRUNO D'ANGELO.

UN MES DESPUÉS.

Después de bajar de la habitación de Bastian una vez mi hermoso bambino ha caído en un sueño profundo; me dirijo a la cocina donde escuchó charlas de mujeres, posiblemente de mi madre y de la señora Sarah. Siento que ambas se han agradado bastante bien hasta el punto de compartir recetas la una a la otra y salir a algunos lugares de vez en cuando. Mientras que papá sólo se limita a charlar con él esposo de la señora Sarah de negocios y otras cosas poco relacionadas a ésto último. Mis padres no se han querido separar de mi hijo a pesar del trabajo que les espera en Sicilia.

Por último Alana como buena vicepresidenta se encuentra en su trabajo al lado de ese idiota. Bastian por suerte se ha quedado conmigo después de implorarle a esa pelirroja completamente terca. Entiendo que separarse de él ha sido difícil, pero yo también quiero compartir mi poco tiempo que tengo con mi hijo antes de que me marche por un tiempo a Sicilia.

Salgo de mis pensamientos y me paro en seco cuando escuchó a la madre de Alana decir el nombre de mi esposa, todo de ella me intriga y me fascina saber. Me encanta lo que ha hecho por si sola, eso me demuestra la gran y fuerte mujer que es.

— Estoy bastante preocupada por Alana. Hace días que no se ha estado sintiendo nada bien, la poca comida que logra ingerir es devuelta. Es posible que Alana esté esperando otro bebé. Espero estar equivocada y sea otra cosa.

— ¡Oh por Dio! Eso sería algo imposible ya que mi hijo y Alana están...

— Que me dices de aquel día que pasaron juntos dos noches.– la señora Sarah interrumpe a mi madre tratando de que recuerde aquel día y así una las piezas para que así todo concuerde.

¿Pero es posible que todo suceda tan rápido?

Mi sonrisa se ensancha y no puedo creer lo que he escuchado.

— Eso quiere decir que Alana probablemente esté embarazada.– susurro asegurándome de que no me escuchen. Todo es extraño ya que ese día ella dijo que se cuidaría al no dejarme usar condón, y justo hoy que nuestras madres están charlando me doy cuenta que todos esos síntomas los tuvo cuando estaba embarazada de Bastian cuando no sabíamos a que se debían esos malestares.

— ¡Seremos abuelas de nuevo!– mi madre se emociona pero rápido es callada por la señora Sarah.

— Aún no sabemos si eso es verdad. Con lo terca que es Alana no querrá hacerse una prueba hasta que todo le indique que tiene que ir al hospital. Escucha Carlotta, no le dirás nada a tú hijo...

— Pero...

— Eso le corresponde sólo a Alana. ¿Está bien? Además que cabe la posibilidad de ser también estrés de su trabajo.

Ojalá no. Aunque suene egoísta de mi parte pero quiero experimentar lo que es estar junto a tú pareja en esa etapa que ha de ser sumamente hermosa como retadora. No me haré ilusiones, Alana ha estado tan llena de trabajo que sus llegadas a su hogar han sido fuera de su horario de trabajo.

Otra razón para asesinar a Alfred por permitir eso.

— Esta bien. No le diré nada.– se resigna Carlotta pero lo que no se imaginan es que logré escucharlas.

MI ADICCIÓN.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora