BRUNO D'ANGELO.
El ajetreo de la empresa se siente en cuanto ingresamos a está, la visita de una nueva diseñadora tiene a todos con los pelos de punta. A decir verdad la decisión será únicamente de Alana y mía si aceptamos sus diseños y la propuesta para está colaboración. Por ello no tenemos el mayor problema de ponernos de tal manera como los empleados de ésta empresa, sé que es una de las mejores en Estados Unidos, pero aquí sólo será una más. Es nueva en está industria pero ha tenido tanta fama y buenas ventas por sus magníficos diseños que la catapulta como una de las mejores promesas de ese país norteamericano.
De la mano de mi amada esposa subimos por el elevador en silencio.
— Riccardo, quiero que des la orden a todos los empleados que guarden la compostura y que hagan bien su trabajo. No quiero errores.– le ordenó a éste cuando subo a mi oficina.
— Lo haré, jefe.– obedece y se marcha a hacer lo que le pedí.
Como el fotógrafo de la empresa sé que él también está entusiasmado, pero quiero que seamos profesionales y que sólo nuestros éxitos hablen por todos los miembros que integran está empresa.
— No debes de comportarte de ésta forma, tus empleados están emocionados de conocer a está diseñadora. Sólo se un poco más empático, ¿quieres mi amor?
— No me provoques.
— Entonces haz lo que te digo mi dulce diablo.– muerde mi lóbulo y cuando quiero tomarla para ponerla en mi escritorio, se safa de mis brazos y me encara lejos de mi alcancé —. Adelantare un poco de trabajo, estaré aquí para la reunión con la diseñadora.– se va contoneando sus caderas y sólo me toca aguantarme estás ganas que tengo por hacerla mía.
Al igual que mi esposa adelanto un poco de trabajo para que al día siguiente no se amontone con todos los pendientes que tengo por hacer. Amo salir temprano y dedicarle el tiempo restante a mi familia.
— Señor D'angelo, la diseñadora ya se encuentra aquí.– anuncia mi secretaría.
— Hazla pasar enseguida, y avisa a mi esposa que ella se encuentra ya aquí.– ordenó.
— Enseguida señor. Pasé por aquí señorita.– le habla en su idioma.
— Buenos días, señor D'angelo. Es un placer conocerlo.– la figura de una mujer jóven entra a mi oficina sin ningún tipo de actitudes que la hagan ver engreída, al parecer será una buena colección. Pero mi esposa tendrá la última palabra, somos una pareja que comparte todo y nos encanta ser parte de muchas cosas juntos —. Soy Charlotte Johnson, y me gustaría colaborar con diseños propios de ambos.– me extiende la mano y yo la tomó por cortesía.
— Toma asiento, háblame de esos diseños que tengas en mente. Y por cierto, mi esposa también será parte de ésto.– le digo antes que todo y ella sólo me brinda una sonrisa. Tomamos asiento y ella habla.
— Perfecto. Me encanta que hayan mujeres y hombres en está industria, las opiniones distintas conllevan a un gran éxito.
— Espero que así sea.
— Los mellizos suelen ser un complicados, ¿no es así?– me cuestiona cuando ve el portaretratos de los mellizos y una vez afirmó que lo son.
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MI ADICCIÓN.✔
Roman d'amourHoy pienso en el día en que te mire, Fue la primera vez que quedé cautivado por la belleza de una hermosa y sensual mujer. Recuerdo que ese día fue el más alegre, Pues nunca en mí vida lo olvidare, por que supe también que el amor a primera vista ex...