ALANA COLLINS.
Han pasado dos semanas y no he tenido noticias sobre Bruno, no ha ido a la cafetería como solía hacerlo con frecuencia a degustar el café amargo que tanto ordenaba. Me intriga su personalidad, es tan callado, su aura es tan misteriosa que en un principio me atemorizaba. Su mirada profunda es incomoda, pero aún así llamativa, que cuando lo vi por primera vez no logre apartar mí vista de la suya.
Cada día durante dos semanas, lo busco por el lugar por sí acaso ha regresado, sin embargo termino decepcionada en el intento. Estoy inmensamente agradecida con él por salvarme de esos maleantes y por ayudarme con mamá cuando le confesé el pequeño incidente y ella de puso mal.
Bufo, sintiéndome estresada al recordar que no llevo ni la mitad del dinero que se necesita para su operación.
— Sí lo buscas, lamento decepcionarte.– me dice Laura. Últimamente se ha convertido en mí amiga es este lapso de tiempo tan corto. Su singularidad y su empatía la hacen ser una persona increíble. Le he contado todo y se ha mostrado comprensible al respecto, tanto así que me lleva a mí hogar a la hora de salir del trabajo.
Es un ángel que papá ha enviado a apoyarme.
— Tal vez a regresado a su país.– pienso para mí misma, o eso creo hasta que Laura se gira a verme confundida.
— ¿Te gusta?.– cuestiona y niego.
— Es bastante atractivo no puedo negarlo, pero gustarme ya seria tener un sentimiento hacía a él, lo cual no siento, más bien sería que su gran atractivo y masculinidad me atrajo; es todo.
— Sí tu lo dices.– dice incrédula y regresamos al trabajo. Creo que sólo vino a la ciudad por trabajo, no pude evitar ver como hablaban mientras sostenían varias carpetas en sus manos. He leído sobre los italianos, los cuales son leales con sus parejas y son muy apasionados al amar, o eso es lo que los textos describen sobre ellos. Es probable que Bruno ya tenga una familia.
— ¿Qué te parece salir el fin de semana después del trabajo?.– me dice Laura cuando hemos llegado a mí hogar.
— No lo creo conveniente Laura, no puedo dejar a mamá sola.– toma mí mano y asiente, le he contado sobre la enfermedad de mamá y la situación por la que ambas pasamos al no tener a nadie a nuestro lado.
— Te entiendo; nos vemos mañana.– nos despedimos y la veo marchar.
— He llegado madre.
— ven acá mí niña bonita.– la encuentro sentada en la sala leyendo su libro favorito; corro a sus reconfortantes brazos que una vez de niña me arrullaba cuando me lastimaba y lloraba. Y que mejor que sus abrazos para consolarme.
— Eres lo más hermoso que tengo hija mía, mí niña bonita; tú esfuerzo por mantenerme a tú lado es de admirarse, siempre has sido tal valiente, quiero tener super poderes para hacer desaparecer esta terrible enfermedad que me está consumiendo y no tener que ser un estorbo para tí.– su voz se debilita, se fatiga con rapidez. Me hago la fuerte para no llorar ante su presencia. No quiero perderla nunca.
— Jamás serás un estorbo para mí mamita, haré hasta lo imposible por verte bien; te amo demasiado, de aquí al infinito.– le digo como papá solía decirnos a ambas cuando nos demostraba su cariño.
— Y yo a tí mí niña bonita.– me dice de cariño, papá al igual que ella siempre se referían así, siempre lo recordaré.
Papá nos haces falta.
Dos de la madrugada y siento mis párpados cerrarse, estoy por terminar el último párrafo de mí informe. En menos de un mes estaré graduada y podré conseguir un mejor trabajo. Me esforzaré, lo haré por tí mamá.
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MI ADICCIÓN.✔
RomansaHoy pienso en el día en que te mire, Fue la primera vez que quedé cautivado por la belleza de una hermosa y sensual mujer. Recuerdo que ese día fue el más alegre, Pues nunca en mí vida lo olvidare, por que supe también que el amor a primera vista ex...