CAPÍTULO 17.

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ALANA COLLINS.

DOS MESES DESPUÉS.

Es tan increíble y difícil pensar que ya se han cumplido más de dos meses sin ver a mamá; Bruno dice que su recuperación es lenta según le han informado los doctores. Yo sólo quiero que despierte y salga adelante, muero por verla y abrazarla, decirle que todo está bien y que un ángel guardian llegó de manera sorpresiva a nuestras vidas para ayudarnos. Bruno es lo mejor que nos ha podido pasar a ambas desde la pérdida de papá, tal vez él lo ha enviado para protegernos. De eso estoy segura.

— Bruno.– pienso para mi misma. Sonrío por todo lo que hemos pasado últimamente durante éstas semanas.

Hemos ido a la empresa incontables veces, donde la señora D'angelo prueba atuendos bastantes lindos en mi. Todos se han portado de manera increíble conmigo.

Sin más un recuerdo bastante breve llega a mi mente, el día que decidí meterme junto a él al cuarto de baño. Muerdo mis labios por ello, es inevitable no sentir lo que Bruno me provoca.

FLASHBACK.

— ¿Por qué quieres hacerme cambiar?, estoy dañado y no quiero hacerte daño en el proceso. Mi carácter es pésimo y el cambio será lento y largo. Habrá días que no seré el mismo Bruno que charla contigo y disfruta tú compañía. No quiero que veas esa faceta. Estoy en una situación bastante complicada donde muchos quieren verme muerto, no quiero implicarte en mis problemas y que me cuestiones sobre ello. De la manera más detallada posible te pido que no te metas en eso, quiero un limite de espacio.

— Todo el que tú quieras, sólo no me alejes. Quiero que seamos compatibles entre ambos y nos unamos para contarnos lo que más nos atormenta. Quiero que me conozcan a plenitud y yo a ti.

— Lo haré, ciliegia.

Entendí bastante bien esa referencia. No se lo hago saber y sin más unimos nuestras bocas en un beso profundo. El agua cae por nuestros cuerpos abrazados, unidos como si fuéramos más que sólo conocidos.

No sé que somos ahora. ¿Amigos? Ni siquiera eso somos. No tomamos relevancia a términos que nos unan, sólo nos dejamos llevar y nos encanta; nos acoplamos bastante bien a las exigencias del otro.

Ver el cuerpo desnudo de Bruno no me intimido y que él viera el mío tampoco, es como si en ese momento no existiera  la pena.
Fuimos como Adán y Eva en el paraíso. Sólo que el estar juntos o más allá de eso, sería como la manzana prohibida.

Después de pasar un tiempo más entre besos y caricias en el cuarto de baño, salimos y disfrutamos del almuerzo para después él marcharse a su empresa y yo pasar toda la tarde jugando con Luna y leyendo.

            FIN DEL FLASHBACK.

Me remuevo soñolienta por la enorme cama, las sábanas frescas hacen que me haga bolita en la cama para buscar calor, el crudo frío ha subido de temperatura y temo enfermarme por el cambio tan drástico que hace en Silicia.

MI ADICCIÓN.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora