LUZ DE LUNA. -YOONTAE-

XXIV

— Tal parece que estamos dando vueltas.— agachó la mirada al escuchar el comentario de aquella Omega embarazada, supo reconocer el enojo y la irritación en su voz al igual que el cansancio y la pesadez del recorrido. 

Y la entendía perfectamente, pero no podía contarles la verdad a pesar de que se sentía fatal por ocultarles ese hecho tan importante. No podía contarles que estaban perdidos, desamparados a un destino incierto por culpa de su mala orientación y los vagos recuerdos de esos caminos; extraños y confusos que no recordaba haberlos recorrido nunca. Y que además jamás había recorrido con Yoongi.

— Llevamos días sin encontrar el mar, ¿Realmente sabes dónde está o nos estás guiando a la perdición? — inquirió otra de las omegas, siendo apoyada por el restante grupo de omegas que cargaban a sus hijos en brazos, el llanto de un bebé lleno el espació silencioso que se había formado haciendo más estresante y pesado el ambiente. Llenándole de culpa un poco mas. 

No supo que contestar dado que no tenía la fuerza necesaria para explicar la situación ni de exponer su falta de compromiso en el viaje que se le encomendó,  sintió las lágrimas acumularse en la esquina de sus ojos empañando su vista, haciendo que se sintiera mas pequeño y culpable, odiando que todo eso le estuviera sucediendo. Repitiéndose una historia que sabia no terminaría en algo bueno. 

Concluía  que todo había sido su culpa y que por más que buscará culpables a quien culpar  no hallaría a ni uno, absolutamente la culpa recaía sobre él y su torpeza e inseguridad.  Jamás había hecho algo bien en su vida, y las pocas oportunidades que tuvo de sobresalir se vio atrapado entre el filo de la espada y las represalias que eso conllevaba, su pueblo quedó desamparado en su huida y ahora la única cosa le fue encargada la termino arruinando y llevándose consigo a personas inocentes; niños y bebés que estaban sufriendo bajo las pesadas sombras de la noche y el frio de las madrugadas, el hambre y el peso de los pasos ya recorridos. 

Cargaría con la culpa en su corazón como ya era costumbre y la decepción del único hombre que amaba y que temía perder por sus actos irresponsables.

 —No es momento de reclamos, lo importante ahora es apresurarnos a encontrar un lugar para descansar.. — asintió con un pequeño movimiento de cabeza evitando mirar a alguien a la cara y que la pesadez en su corazón se hiciera mas grande. 

Las cosas estaban yendo mal al no tener a nadie que lo apoyara o siquiera le ayudara a enfrentar la situación en la que estaban, quería la ayuda  y protección de Yoongi, lo quería a su lado ahora mismo antes de que se quebrara y todos supieran la mentira en la que se encontraban. 

Las horas pasaron lentas y cansadas para todos, cada vez mas inquietantes al solo ver arboles, rocas y la poca nieve derritiéndose mientras avanzaban, sus pasos desapareciendo conforme el tiempo avanzaba y el viento los arrullaba, horas y horas sin una sola pista ni una señal de acercarse o estar cerca de la orilla del mar, sus pies dolían de las horas largas del camino y el hambre estaba haciendo que la desesperación se instalara en sus corazones. 

Angustia, miedo e incertidumbre al no saber a donde se dirigían o si daban vueltas en circulo de manera interminable. 

Los rostros de todos mostraban miedo, angustia y nerviosismo cada que los arboles espesos y grandes aparecían a su alrededor, el frío calar sus huesos y los cachorros sollozar hambrientos o cansados del largo caminar.

Un caos que parecía no tener fin.

Se asusto cuando el ladrido agitado de Yeontan se escuchó, alertando a todos los presentes quienes guiaron sus miradas a aquella parte donde el pequeño cachorro desapareció, algunos niños mayorcitos siguieron al cachorro asustando a sus madres y padres quienes corrieron asustados y llenos de pánico detrás de sus hijos quieres desaparecieron dentro de unos arbustos.

Al igual que todos corrió detrás de los niños, asustado por la seguridad de los pequeños que no parecían ir despacio. Se adentraron a los arbustos húmedos y espesos de nieve no encontrado a los niños pero sus pasos quedaron plasmados a su paso.

Todos estaban asustados por la inesperada huida de los niños y el ladrido de Yeontan pareciera hacerse más lejano y poco audible.

— ¡Hijos! — llamó la madre de los cachorros llena de angustia y miedo por no encontrar a sus cachorros que no se lograban encontrar por ningún lado.

Todos buscaban a los niños, llamando sus nombres y gritos con la esperanza de encontrarlos.  La angustia estaba palpable en todos y la noche parecía acercarse a pasos agigantados.

El frío golpeó sus rostros y cuerpos con cada rafaga de viento que sopló en su compañía, cuando la angustia estaba por estallar en sus cuerpos el pequeño cuerpecito de Yeontan se asomo detrás de un roca,a unos metros de distancia, la esperanza se apoderó de sus cuerpos al toner una mota de paz en sus corazones. La cala peluda del cachorro se movió al son del viento acompañándola con un ladrido.

Unos corrieron y otros caminaron más calmados a dónde el pequeños cachorro estaba, asombrando se de lo que estaba detrás de ese par de rocas gigantes.

— ¡El mar! — exclamó Jimin con alegría y anhelo seguido de los cuchicheos de los demás Omegas que poco a poco fueron llegando.

Los pequeños niños jugaban en la orilla del mar a los que le siguieron los demás cachorros y sus madres, felices de haber llegado al lugar que tanto deseaban.
Las olas de mar golpeaban fuertemente contra las rocas y las arena de la orilla pero en esa parte parecía que la nieve jamás tocó tierra, no hacía tanto frío ni muchos menos había rastro de haber pasado mucho tiempo bajo capaz extensas de nieve.

Se sentía diferente y lo hizo sentir bien, más calmado y ligero, la preocupación ya no estaba del todo y ahora sí podía respirar con tranquilidad y no sentirse culpable de perderlo.Lo único que esperaba era que ese pedazo de playa fuera el que Yoongi le comentó de lo contrario las cosas seguirían peor.