LUZ DE LUNA. -YOONTAE-

VII

Los días habían transcurrido entre largas y cansadas horas de caza, de recolección de frutos y semillas para la temporada de invierno, que estaba próxima a ellos.

A pesar de que la misma aún no llegaba ya se podía percibir que estaba cerca, al igual que la propia naturaleza se preparaba para recibir el nuevo ciclo.

Los animalillos del bosque –los que cazaban –ahora eran mucho más difícil de encontrar al igual que las semillas que se recolectaban.

La preparación para la ceremonia de invierno estaba en curso, los miembros de la manada iban de un lado a otro guardando, arreglando, componiendo y construyendo la gran proeza de invierno.

Él aún no comprendía realmente bien que era lo que tenía que hacer –ambos – pero trataba de hacerlo.

Su cuerpo ahora cubierto por una grande y calentita piel de venado, no hacia más que arroparlo del frío viento, sus manos casi congeladas apresaban entre ellas las pocas provisiones recolectadas del día.
En su espalda dos royos de leña descansaban haciendo un poco más difícil su caminar.

A lo lejos divisó los luces parpadeantes de las casas, sus fuerzas por seguir incrementaron inmediatamente al verse cerca de su hogar.

Entre más se acercaba podía distinguir mas como los y las omegas junto sus niños iban de un lado a otro guardando sus provisiones dentro de improvisados almacenes que sus alfas construyeron para ello.

Por su parte lo único que quería hacer al llegar a su casa era descansar y dormir, su día había sido pesado y difícil de sobrellevar por lo que ver más de cerca su hogar le daba las fuerzas que necesitaba para seguir.

Paso de largo las pocas casonas que se mantenían con los ventanales abiertos mientras el fuego entraba por ellos. Observo rápidamente lo colorido de adentro; las llamas del fuego le daban el aspecto familiar, cálido y amoroso que tenían.

Muchas casonas mantenían a los cachorros más pequeños dentro donde jugaban o descasaban junto al calor del fuego.

Su casona, estaba un poco apartada de la de los demás pero muy cerca de la del alfa de la manada. Era un poco más grade que la de los demás miembros pero también la más vacía. Por estar abandonada en años, hasta que ellos llegaron.

Las cosas que tenía eran muy viejas y pocas, la mayoría no servía por lo que tuvieron que botarlas, tenía planeado que en su día libre buscaría troncos para hacer sus propios muebles. Había visto varios que podría utilizar más adelante.

Divisó su hogar y su alfa se removió un poco, las luces del fuego no hacían señal de verse por fuera pareciendo lúgubre, vacía y vieja.

Suspiró pesadamente.

Echando un rápido vistazo a la casona del alfa se dio cuenta que esta era más viva y familiar sin encambio la suya era todo lo contrario.

Usando las pocas fuerzas que a un le quedaban dejó las bolsas de tela que apresaban sus manos en el suelo, después abrió la puerta.

Adentrándose lentamente dejo todo cerca la puerta, la leña cayo de un sólo golpe asustando al omega.

— Llegaste — le recibió Taehyung.

— Si, ahora prendere los fuegos — aviso, acercándose lentamente a donde la chimenea estaba.

Era su tarea de todos los días una vez que llegaba tenía que prender los fuegos y hacer de cenar, más trabajo para él del que prefería no quejarse ni obligar a Taehyung hacerlo, porque él era responsable del omega y como soldado tenía que hacerlo.