IV

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Los primeros rayos de sol se colaron por la pequeña ventana ofreciendo su cálida bienvenida a un nuevo día lleno de colores y cosas nuevas a descubrir por parte de Taehyung que se estaba adaptando a su nueva vida como omega casado y miembro de una manada.

Tres días habían pasado desde que la ceremonia marital se había celebrado, tres días en que su alfa se había hecho cargo de las labores domésticas que le correspondían y que estaba dispuesto a aprender.

Yoongi había cocinado tres días seguidos. Mientras él recogía las mantas y las doblaba, barría la vivienda o ayuda en lo que el alfa necesitaba aunque en la mayoría de los casos terminaba sentado en una esquina mirando como el alfa terminaba de arreglar todo lo que el había empezado, habían sido muy pocas las cosas en las que había ayudado realmente y se sentía un poco inútil por no saber hacer nada.

Después de esa noche ninguno de los dos menciono o hizo algo respecto a la noche en que se casaron, olvidando completamente el tema porque a ninguno de los dos les favorecía hablar de ello Taehyung por vergüenza y Yoongi por culpa y debilidad de su lado razonable porque simple lo sucedido no debió de suceder.

Y ambos sabían que era mejor olvidar ese tema y seguir adelante.

Yoongi coloco dos cuencos sobre la mesa de madera que utilizaban para comer, sirvió un poco de sopa para ambos y le paso a Taehyung el suyo.

Ambos comieron en silencio como ya se estaba haciendo costumbre, mientras los leños ardían sobre las brazas brindándoles calor.

Para ambos era difícil acostumbrarse a su nueva vida.

Ninguno de los dos podía acostumbrase de la noche a la mañana aun cambio tan drástico en sus vidas.

Tenían que convivir con nuevas personas, adaptarse a nuevas costumbres y formar parte de un nuevo y desconocido territorio, leyes diferentes a las que acatar se  para no contraer problemas y tratar de evitar o levantar sospechas de su origen.

Yoongi se había unido a los demás alfas de la manada en actividades como cazar, pescar, recolectar frutos, cortar leña, resguardar y vigilar los limites del territorio como los demás miembros de la manada.

Mientras Taehyung intentaba aprender sus deberes como omega aunque se le dificultaba un poco más que a Yoongi, porque prácticamente no sabía nada acerca de cocinar, lavar en el río, barrer o prender el fuego.

Era prácticamente un milagro que no rompiera los cuencos con los que comían todos los días.

Simples quehaceres que se le dificultaban a la hora de ejecutarlos, pero que, poco a poco lograba aprender con la ayuda y paciencia de Yoongi y la de la omega del alfa de la manada.

Ambos le ayudaban a adaptarse a su nueva vida.

— Hoy llegare después del atardecer. — le informó Yoongi dejando el cuenco sobre uno más grande que usaba para lavar los demás pocillos y utensilios de la cocina.

— Esta bien —  tomo el suyo colocándolo de igual manera que el anterior con la diferencia de que el tenía que lavarlos.

Una tarea nueva en la que poco a poco se estaba adentrando a ser, los únicos cuencos que no rompía, por ser de un material más resistente que los que había roto.

— Soomin puede ayudarte si necesitas algo en mi ausencia. — el alfa tomo su capa y se la colocó.

Ese día le tocaba vigilar y recorrer una de las franjas del valle en busca de semillas o frutos que duraran en la temporada de invierno.

Muy próxima a ellos.

— Pasare el día a su lado, me dijo que me iba a enseñar a cocinar. — comentó Taehyung avergonzado recordando el sermón que recibió días atrás cuando la anciana fue de visita y encontró al alfa cocinando.

— No tienes que hacerlo.. —le recordó Yoongi.

— Puedo hacerlo, quiero hacerlo de verdad que quiero, no es justo que hagas todo cuando sales al bosque y yo me quedo aquí haciendo nada. — Taehyung quería ser útil, y bajar la responsabilidad con la que cargaba el alfa por su culpa.

— No tienes que hacerlo para ser aceptado, eres diferente lo se. No estas acostumbrado hacer estas cosas.— el alfa tomo y guardó entre su túnica su navaja y unas pequeñas bolsas de tela que probablemente utilizaría en el transcurso del día si encontraba semillas.

— Lo se, no se hacer nada y por ello quiero aprender. ¡Me siento inutil sólo observando como todos hacen cosas y yo no puedo hacer nada!. — Taehyung bajo la mirada apenado por casi haber gritado sus verdades sin medirse.

Sabia que Yoongi jamás le recriminaría absolutamente nada porque lo seguía viendo como su rey aunque ahora sólo sea un simple omega.

—,Esta no es tu vida.— aclaro el alfa dirigiéndose a la salida de la casona.

— Ahora lo es.

— Eso no cambia nada.

— Si lo hace. Ahora todo es diferente y si quiero ser un omega digno de esta manada tengo que hacerlo. — Fue lo último que escucho Yoongi antes de salir de la casona dejando al omega sólo.

No podía obligar hacer o no hacer algo a Taehyung aunque fuera su omega, seguía siendo su rey y eso nada lo cambiaría.

Por que ante sus ojos seguía y seguiría siendo inferior ante Taehyung.

Por su culpa estaban en esa situación y no quedaba más que seguir adelante.

Emprendió si camino a donde otro alfa lo esperaba para hacer guardia juntos, de antemano le habían explicado que andar solo por el bosque era peligroso sin importar si eras omega, beta o alfa. Habían peligros inminentes afuera, por ello debían mantenerse alertas y vigilar su manada de los posibles ataques y así evitar tragedias.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora