XVIII

1.3K 277 25
                                    

Las señales de avistamiento estaban presentes, más que anteriormente, pero estaban ahí, lo que lo mantenía ansioso.
Con nerviosismo la mayor parte del día apesar de que no existiera peligro cercano, tenía miedo.

Pero sabía que nada le iba a suceder, Yoongi le había prometido que fuera cuál fuera la situación siempre estaría para protegerlo, y le creía.

Le creía sinceramente.

Yoongi era un hombre de palabra, leal con sus convicciones que aveces tenía miedo de que ellas le prohibieran probar nuevas cosas, ciertamente lo conocía muy poco y no del todo pero lo poco o mucho que conocía de él le parecía intrigante como las cicatrices que adornaban su cuerpo, fornido por el entrenamiento y la lucha. El pasado que lo atormentaba por la noches, lo sabía. Se había dado cuenta de que a media noche, y antes de dormir, Yoongi suspiraba pesadamente, después llevaba sus manos a su cabeza utilizándolos como una almohada.

Exactamente como ahora, mirando a la nada y pensando en muchas cosas.

No tenía sueño pero debía fingir que lo tenía si quería seguir observándolo desde su posición.

Las brazas proporcionaban calor y calidez a pesar de que estaba completamente abrigado, los efectos del celo habían desaparecido completamente y ahora estaba perfecto. Demasiado activo para dormir.
Recordaba perfectamente lo sucedido pero prefería ignorarlo, era menor así. Sin más incertidumbre o vergüenza.

Y Yoongi tampoco le dijo nada, por lo que estaba bien.

Se removió lentamente buscando otra posición cómoda para seguir mirando al alfa que parecía mirar al techo con demasiada concentración, no tenía frío pero quería ser arropado, abrigado por el calor humano hasta que se sintiera fundirse con el contrario.

¿Hasta cuándo Yoongi lo respetaría como su rey?

¿Nunca lo trataría diferente? ¿Cómo un Omega normal?

¿Cómo un Omega?

Quería ser tratado como un Omega normal, especialmente por Yoongi quien era el único que conocía de más tiempo y con el que convivía mas. Su Omega deseaba ser querido, amado.
Protegido con amor y cariño por el hombre que lo había salvado de una muerte segura, quien le dio una segunda oportunidad de volver a vivir y ser libre.

Yoongi seguía siendo un alfa, especialmente alguien feroz, territorial, protector y varonil. Intimidante, lleno de un aura que pondría de rodillas a cualquier, y a su Omega le gustaba.

Le gustaba que lo tratara tan protectora mente, que lo cuidara de todo y de todos. Que buscará su tranquilidad y seguridad, que nadie más había buscando para él, eso excluyendo a su padre. Su Omega se extaciaba con cada acto gentíl y protector que Yoongi tenía para con el.

Yoongi era alguien difícil de leer y de comprender tambien, lo que la atraía aún más.

— ¿A un sigues despierto? — se asusto por la repentina y gruesa voz del alfa, se avergonzó al verse descubierto una vez más. Cómo si fuera uno de sus pasatiempos favoritos.

— Y–yo.. si, no puedo dormir.— era mentira, no podía dormir apesar de ser muy noche.

Las maderas ardiendo fueran las únicas que se escuchaban en el silenció que ambos mantenían, especialmente el, porque no sabía que decir para iniciar una conversación con Yoongi, era ciertamente difícil porque desconocía prácticamente todo del alfa con el que estaba casado.

Algo que no podía evitar pero de cierta manera le gustaba mucho. Estiro su mano sacándola de las pieles con las que estaba cubierto, el frío golpeó inmediatamente su piel con fuerza, casi obligándolo a regresar su mano pero no lo hizo. Agradeció que Yeontan se encontraba echado junto a las brazas permitiéndole estar más cerca de Yoongi.

Yoongi no se movió ni parpadeó cuando le tocó el brazo, suavemente y solo con las yemas de sus dedos, el tacto le aceleró el corazón sin razón aparente. Su piel estaba fría, como la nieve ¿Por qué no se cubría con las demás pieles?

¿Era demasiado testarudo para no cubrirse?

¿Acaso quería enfermarse?

Al no tener algún tipo de negación por parte del alfa se atrevió a acercarse un poco más, llevando consigo las pieles con las que se protegía del frío.

Poco a poco, cómo si se tratara de una pequeña oruga hasta que estuvo lo suficientemente cerca para sentir contra su piel el calor del cuerpo contrario hacer contraste con el suyo, apesar de que Yoongi no se cubría con las pieles de dormir emanaba calor corporal cálido.

Siendo un poco atrevido se acercó un poco más, quedando casi sobre el cuerpo contrario, realmente no sabía porque lo hacía pero le gustaba la sensación que estaba llenando su corazón por el repentino giro que estaba dando con sus acciones.

Desde su posición logro percatarse de otra cicatriz adornando el cuerpo de Yoongi, está especialmente en su brazo muy cerca del codo, parecía ser pequeña aunque no sabía con exactitud dado que las mangas enrrolladas de su túnica le impedía ver el inicio o fin de la misma, parecía ser como una línea que se cortaba unos cuentos centímetros cerca del codo.

¿Había sido causada en una batalla?

¿Por un centinela enemigo o por alguien de su propio ejército?
¿Cuántas más cicatrices tenía Yoongi en su cuerpo? ¿Acaso tenía más cicatrices escondidas? ¿Dolían? ¿Algunas eran recuerdos dolorosos o simples marcas de su labor?
La curiosidad se apoderó de él con demasiado intensidad que no pudo resistirse a preguntar.

— ¿La cicatriz en tu brazo... cómo fue hecha?— preguntó sin dejar de mirar la línea desigual que se escondía bajo las mangas de la túnica, teniendo demasiada curiosidad por saber su historia.

Sintió el pecho de Yoongi subir y después bajar más lentamente pero sin la intención de contestar a su pregunta.

Alzo la mirada al rostro frío y sin expresión del alfa buscando una mínima señal de que tenía emociones en el, aunque fuera difícil encontrar una.

—Fue cuando tenía doce años, en ese encontonces mi madre y yo regresábamos a casa después de un día largo de trabajo, recuerdo..— un suspiro pesado pronunció Yoongi.—  que en aquella época mi madre servía a una familia noble, yo la acompañaba.. lo recuerdo cómo si fuera ayer.— La voz de Yoongi fue pausada, llena de un sentimiento pesado e lleno de inseguridad, no se atrevió a presionar por miedo a ser entrometido y a herirlo.

— Unos bandidos nos atacaron.... Le quitaron a mi madre todo lo que llevaba, trate de defenderla pero no logré hacer mucho, era apenas un niño pequeño, sin fuerza y sin saber defender a nadie.— sin poder evitarlo se abrazo al cuerpo bajo de el, tratando de consolarlo, aunque no fuera de mucha ayuda. — cuando los enfrente.. uno de ellos me atacó con su espada, yo no tenía con que protegerme.. solo pude utilizar mi brazo para protegerme.

— Lo siento..— susurro llevando las yemas de sus dedos al brazo de Yoongi  donde estaba la cicatriz, pudiendo sentir el borde de la misma.

— Han pasado años ya desde eso, es solo un recuerdo.— asintió dejando de acariciar la marca de la cicatriz, se removió buscando que su peso no quedará completamente sobre del alfa y que fuera menos incomodo para ambos.

Colocando su cabeza sobre el pecho de Yoongi respiro lentamente sin saber que decir ahora que sabía un poco más de la vida de su esposo, una pequeñita parte deo pasado que envolvió al alfa con el que partía su vida.

— Duérmete, es muy tarde para que sigas despierto.— le regaño el alfa quitando sus brazos de su cabeza y colocándolos celosamente sobre sus caderas, causándole sorpresa por la acción inesperada del alfa con el, Yoongi no era de los que expresaban sus emociones o deseos tan fácilmente por lo que lo poco o mucho que pudiera expresar con el le encantaba.

— Puedes enfermar sino te cubres.— comento en cambio, jalando las pieles para cubrir a ambos y protegerlos del frío, sin moverse mucho dado que las manos grandes de Yoongi lo sostenían de las caderas, impidiéndole moverse con facilidad.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora