XVI

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¿Cómo dejar pasar la oportunidad de tocar a Taehyung?

No existía forma alguna de que alguien en sus complementos sentidos rechazara tal proposición.

Un Omega dispuesto, listo, sumiso y entregado sobre las pieles; completamente desnudo y lubricado para satisfacer las necesidades de cualquier alfa o beta, no cualquier solo él.

No tenía la cuenta de las veces en que uso sus dedos para satisfacer las necesidades del Omega, ni en las que uso su boca para hacer desfallecer de placer a Taehyung, hacer lo gritar y gemir mientras lo tocaba con sus manos o su boca, rápido o deapacio.

Desde el primer momento en que Taehyung le dio permiso de tocarlo, acariciarlo y saciarlo de cualquier forma había hecho su trabajo sin sobrepasarse con el y siempre cuidándolo por sobre todo. No quería tomar a Taehyung de esa forma dado que el Omega no estaba en sus complementos sentidos ni mucho menos aprovecharse de su estado y dejarlo preñado.

No en esos momentos.

Por eso había sido muy cauteloso de no dormir completamente dado que el Omega se despertaba de sus sueños y buscaba insaciablemente satisfacerse queriéndose complacerse el mismo sin su permiso y su estado de vulnerabilidad.
En varias ocasiones había tenido que detener las acciones del Omega al quererse penetrar el mismo con su miembro, por lo que siempre evitaba dormir mucho y estar alerta por cualquier cosa que pudiera surgir.

Nunca había tenía la necesidad de cuidar a alguien más que no fuera su difunda madre como ahora, que tenía que cuidar y velar por la seguridad y bienestar del Omega en sus brazos.

No sabía cuánto tiempo llevaba ya observando el cuerpo desnudo del Omega, pero era el suficiente para decir que tenía una piel hermosa, suave y delicada. Un estómago plano con su pequeño hombligo hundido de manera perfecta, su pecho firme adornado con dos pezones suaves pero cuando los mordisqueaba y besaba se volvían duros y parados, demasiado cencibles al toque, que había a Taehyung restorcerse se placer sobre las pieles. Clavículas marcadas muy apetecibles, un cuello largo, firme y suavecito, en el que había dejado muchos besos y marcas rosadas en todo lo largo de el.

Mejillas rojas, labios rosas, pestañas largas, pómulos marcados y finos, nariz pequeña y respingada, cabello suave como la seda y radiante como el sol.

Piernas largas, suaves y firmes, tonificadas. Muslos delicados y demasiado tentadores para perderse en ellos, llenarlos de besos, caricias, mordidas y marcas.

Y lo que realmente estaba haciendo perder su razón era su pequeña y rosada entrada, apretada y muy resbaladiza, llena de fluidos llenos de su aroma que drogaban sus sentidos y lo hacía perder la fuerza razonable que poseía.

Sus dedos se aprezaban deliciosamente al ser introducidos en el ano de Taehyung, cálido y húmedo, lleno de fluidos aromáticos, dulce y hechizante, una aventura peligrosa en la que no tenía escapatoria.

Sus gemidos roncos pero suaves de alguna manera, que llenaban sus oídos con su melodía. Su espalda arqueada sobre las pieles al tocar su punto sensible, el punto que lo hacía perder la razón y culpable de su respiración agitada, labios entreabiertos, cabello revuelto y las piernas abiertas a su máximo esplendor. Jamás se imagino que un día tendría a su rey en sus aposentos, rogando por ser tomado y consumido en el abismo de la pasión.

— Aún no me la creo..— susurro recorriendo con su dedo índice el estómago plano de Taehyung. Los vellitos de su cuerpo se erizaron a su paso sintiendo subir y bajar su cuerpo con cada respirar.

Subió su dedo por su pecho rodeándo el pequeño pezón con suaves círculos desiguales, tardo aún más de lo que se esperaba delineando esa parte del cuerpo de Taehyung.

Tener a Taehyung desnudo y relajado a su costado era demasiado placentero, un sentimiento de paz y calidez que nunca antes había sentido. Ni siquiera con Lee Jung Hyun, nada se comparaba con lo que Taehyung lo hacía sentir con su sola presencia y eso que no eran una pareja enamorada.

Dejó de acariciar el pezón de Taehyung para subir a sus clavículas, las cuales delineó suavemente y subió a su cuello despacio y sin prisas, después a su mentón.

No sabía por qué se comportaba a si, si él no era un hombre delicado y romántico, no fue criado para ser así. Su adiestramiento en el ejército lo hizo ser frío, sin corazón, sin delicadeza, sin dolor, sin nada. Sus antiguos amantes solo eran eso, amantes de una noche, de una rato, sin caricias como había acariciado a Taehyung todo esos días. Eran amantes en los que solo se satisfacía de ellos y una vez termina los botaba.

Y ahora, todo era diferente.

Había cuidado a Taehyung con cuidado y respeto, no propasandose con el en ningún momento, nada.

— Duerme, estoy aquí.— no supo por qué dijo eso pero lo hizo quería darle seguridad y brindarle confort al Omega para que pudiera estar tranquilo y durmiera aunque sea un poco y recuperara sus energías.

Con cuidado subió su índice a las mejillas de Taehyung que parecían ser unas manzanas listas para comer pero demasiado suaves.

—Alfa..— el susurro de Taehyung fue débil, cansado pero demasiado perturbador para su alfa que movió la cola emocionado.

—Duerme.— los ojos entrecerrados del Omega le advirtieron que Taehyung estaba a nada de quedarse dormido, demasiado cansado para mantenerse despierto después de varios orgasmos.

Tomó la enorme capa de piel de oso y la arrastro sobre el cuerpo desnudo de Taehyung cubriéndolo del frío, aunque ver lo así hacía ver que el frío de la nieve no era nada.

Lo cubrió completamente procurando arroparlo bien sin le entrara una ráfaga de viento.

Una vez asegurado de que Taehyung estaba completamente dormido se acomodó sobre su espalda dispuesto a dormir, pero el aullido de un lobo ajeno a la manada resonó en las paredes, seguido del aullido de Namjoon y el del líder de la manada lo que significaba problemas.

Levantándose rápidamente de las pieles busco su capa más calentita y se encamino a la puerta.

Probablemente se trataba de invasores.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora