XIV

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El tiempo que habían pasado encerrados en la casona era suficiente como para saber alguna que otra cosa del otro; como que Yoongi aguantaba el frío muy bien y que su cuerpo era demasiado caliente y cómodo para Taehyung, y que Taehyung era muy suave y necesitado de cariño y compañía.

Ninguno de los dos lo había expresado con palabras pero sus subconscientes ya lo tenían más que presentes.
Los últimos días no habían hecho más que dormir y descasar juntó a las brazas, levantar se para hacer de comer, tejer un poco, cortar los troncos más grandes que tenían, lavar los utensilios que utilizaban y volver a acostarse.

El mismo patrón todos los días que ya se les había hecho algo común entre ellos en esta temporada de invierno, el silencio era cómodo que ambos preferían no interrumpir y disfrutar de él.
Las noches abrazados sintiendo sus corazones latir suavemente contra sus pechos había provocado que se dieran cuanta de que ambos no se eran indiferentes, pero que preferían ocultar las apariencias.

Yoongi sabía lo que estaba sintiendo pero evitaba evidenciarlo porque su corazón aún dolía a causa de la traición de su ex–prometida, su ego estaba lastimado y herido como para confiar en alguien más.

Y Taehyung no sabía realmente lo que estaba sintiendo, le eran nuevas aquellas emociones que sentía cuando tenía el cuerpo de Yoongi contra el suyo, su calor y su respirar contra su nuca o las manos grandes y calientes sobre su cintura cada vez que el alfa se acostaba con él. Su corazón golpeaba su pecho con rapidez y su omega ronroneaba en su interior gustoso por la atención que estaba sintiendo en esos momentos.

Cómo ahora, su omega movía lentamente la cola de un lado a otro evitando ronronear por lo cálido y protegido que se sentía contra el pecho del alfa.

Era más de media noche, supuso, pero dudo un poco, se habían acostado a dormir desde que escuchó la campana de la casa del alfa sonar, quedándose dormido un rato después, pero más tarde despertó, no sabiendo el motivo. Percatándose que Yoongi seguía durmiendo con su brazo aferrando su cintura y la otra bajo su nuca como una almohada.

Sus cuerpos estaban cerca, demasiado cerca –uno del otro – y el rostro de Yoongi estaba pacífico, sin el común ceño fruncido en su frente ni la línea fría en sus labios, sus cabellos negros estaban fuera de su frente dejando ver la pequeña cicatriz que adornaba su frente, como una línea, diminuta que era difícilmente percibida por cualquier sin que le tomara la atención necesaria para dar con ella. Sus pómulos marcados mientras su nariz se inflaba y desinflaba al respirar, lenta y pausada, informándole que estaba profundamente dormido.

Sin hacer muchos movimientos trato se alejar se un poco del cuerpo del alfa, sólo un poco, pero no lo logro dado que el agarre que mantenía el alfa sobre su cintura era demasiado fuerte como para moverse.

Suspiro rendido sabiendo que no existía forma alguna de mover se un poco de esa forma, escondió su rostro en el pecho de Yoongi dándose cuenta de que una parte de la túnica estaba entre abierta revelando un poco de su pecho, curioso arrastró su pequeña mano, con cuidado, y la colocó con algo de miedo sobre ese lugar, su dedo índice separó un poco más la tela de la túnica de Yoongi haciendo que revelará un poco más de piel. Blanca y marcada de su pecho.

Su corazón latió rápidamente en su pecho ante sus acciones, teniendo miedo de que Yoongi se despertara y se enojará con él por estar haciendo cosas indebidas, porque ni siquiera sabía porqué lo estaba haciendo.

Probablemente se trababa de lo aburrido y cansado que estaba por que no podía dormir o que tenía curiosidad por ver el cuerpo de Yoongi, desde que estaban juntos no lo había visto, realmente no había visto ningún otro cuerpo desnudó que no fuera el suyo cuando se bañaba, en el palacio tenía estrictas reglas que acatar y una de ellas le prohibía ver el cuerpo de alguien que no fuera su marido, pero ni siquiera lo hizo.

Había escuchado que los cuerpos de los alfas eran fuertes, duros, bronceados y llenos de cicatrices de algún tipo, su fuerza era incomparable a la de un beta entrenado del palacio.

Su cuerpo era pequeño, suave y blandito, delicado como los pétalos de las rosas o las sedas de sus antiguas túnicas, a comparación del cuerpo del Yoongi, que era fuerte, firme, musculoso y duro.

Sus mano tembló ligeramente cuando posó delicadamente su índice sobre la piel caliente de Yoongi, el toque contra la piel del alga le resultó suave pero firme como la cascara de una naranja.

Curioso observó como su dedo recorría esa porción de piel expuesta ante él, lenta y superficialmente. Bajo un poco más hasta llegar al estómago firme, delineando los pequeños cuadros de piel que se marcaban a su paso. Duros como una roca.

Admirado y lleno de una sensación parecida a la que había experimentado aquella vez que escaparon de los guardias del palacio, bajo un poco más su dedo. Su corazón latía fuertemente contra su pecho y su omega sentía que estaba a punto de explotar, ¿por qué? No lo sabía.

Ahogó un grito de miedo cuando el agarre en su cintura se deshizo y el cuerpo del alfa se alejó de él completamente.

Apretó tu puño cerrando los ojos con fuerza teniendo ser descubierto por Yoongi.

Esperó que el alfa lo reprendiera y le reprochará sus acciones pero no escuchó nada, por lo que abrió los ojos.

Respiro con tranquilidad al darse cuenta de que Yoongi sólo se había acomodado mejor para dormir quedando recostado completamente sobre su espalda, alzó su cabeza del brazo de Yoongi permitiéndose buscar algún signo en el rostro de Yoongi que le advirtiera que se había despertado.

Lo examinó silenciosamente, concluyendo que realmente estaba dormido.

Su corazón logró descansar tranquilamente en su pecho por lo que dejo de lado el miedo, todo había sido una falsa alarma.
Decidió dejar todo en paz y tratar de dormir por lo que se acomodó mejor en su lugar.

Cerró sus ojos tratando de que el sueño lo invadiera y pusiera dormir hasta el amanecer pero le resultó inútil, por que su mente se lleno de lo que había hecho. Su dedo aún sentía la calidez de Yoongi con el y su corazón ante el recuerdo.

Por lo que volvió a abrir los ojos, removiéndose por no poder dormir. Siendo cuidadoso con sus movimientos se logró sentar.
Desde esa posición podía ver con mayor claridad el pecho y estómago de Yoongi, desnudó y colorido por las llamas del fuego que ardían en la chimenea.

Negó así mismo deteniéndose de volver a intentar tocar a Yoongi, que ahora dejaba ver uno de sus pezones y más abajo del estómago.

Guió su mano cuidadosamente a donde aquella línea se perdía entre la oscuridad y una túnica, donde la virilidad de un hombre se escondía, sin llegar más profundo.

Nunca había hecho algo tan vergonzoso como lo que estaba haciendo ahora, tocando a un hombre que dormía a su lado, su esposo ciertamente, pero que no lo había tocado, aún.

Y que al paso que iban podía nunca hacerlo.

Respiro rendido alejando su mano de Yoongi y acostándose lo más alejado que el frío le permitía, su ánimo se esfumó de su ser.
Le dio la espalda a Yoongi y obligó a su cuerpo a dormir, rogó por que la temporada de invierno pasara rápido y pudiera salir de ahí. Quería estar solo unos días y pensar en lo que iba a suceder con su vida.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora