XXI

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Su Omega ronroneo en su interior al sentir los brazos grandes y fuertes del Alfa abrazarlo con poseción y seguridad, dominando su instinto de rebeldía. Las manos llenas de callos recorrieron sus brazos, de arriba a abajo sin soltarlo haciéndolo sentir seguro, querido, protegido y amado por su alfa quien estaba con él, acompañando y velando sus sueños.
Varios días habían pasado desde que pasó aquello y aún tenía miedo por la amenaza de ese alfa que por las noches se despertaba asustado y alterado buscando la protección de Yoongi, quien inmediatamente acudía a su ayuda. Envolviendolo en sus fuertes y calientes brazos, susurrando le al oído que estaba a su lado y que nada ni nadie lo iba a separar de él.
Le creía con sinceridad y se aferraba a su calor como si su vida dependiera de eso, se dejaba arrullar por un hombre tan feroz y tosco como la misma espada pero al mismo tiempo tierno y amoroso como un cachorro, quien velaba por su seguridad y bienestar.

Y de esa forma sería imposible no enamorarse de él, se estaba enamorando de su esposo y no lo veía como algo malo, su Omega había aceptado al alfa desde hace mucho y ahora su humano también lo quería, únicamente para el, para que formarán una linda familia y vivieran muchos años juntos hasta hacerse viejitos, era su sueño.

Lo quería, quería todo con Yoongi y estaba dispuesto a enamorarlo para que lo dejara de tratar como su rey, como un Omega inalcanzable para sus manos, aquellas que ya habían recorrido su cuerpo y grabado su tacto en su piel.

Que dejara su descendencia en su cuerpo y que fueran uno solo en su alma y corazón.

— Yoongi.— levantó su cabeza del brazo del alfa cuando pronunció su nombre.— Quiero tener un hijo tuyo.— revelo con anhelo. No pensó en nada más que en lo que su corazón le dictaba expresar.
Los últimos acontecimientos habían hecho que necesitará aún más la compañía de su alfa y que se diera cuenta de que lo quería y que no lograría vivir sin él, sin su compañía y la seguridad que le brindaba.

Se entristeció cuando ambas manos dejaron de acariciarlo y se alejaron de él, ¿Acaso había dicho algo malo?

— No digas eso.— se encogió en su lugar al escuchar el tono frío y sin tacto del alfa para con él.

— Pero yo en verdad lo quiero, quiero que formemos una linda familia..

— Es demasiado pronto para pensar en tener hijos, ¿Recuerdas como inicio todo esto? Si el rey de Vante se entera que estamos vivos y que además..

— ¿Por qué insistes en eso? Tú mismo confiaste en ese soldado nuestras vidas y nuestro secreto.. ¿Por qué insistes en recordar el pasado?  No quiero que me veas como tú rey, te lo he pedido muchas veces.. soy tu esposo y Omega, no tengo más títulos que esos y me enorgullezco de ellos ¿Acaso no soy lo suficiente para ti? ¿No te atraigo como Omega? ¿No me deseas? ¿Soy tan repugnante como para no querer tomarme? — sintió las primeras lágrimas caer de sus ojos y su corazón doler al pronunciar las palabras que cada una salió de su boca. Se había dado cuenta de que apesar de estar casado con Yoongi, esté lo seguía respetando como si fuera si rey ¿Seguía creyendo que era su deber de súbdito protegerlo? ¿Era por eso que no lo había tocado?

— No es eso.. ¿Acaso no haz visto mi reflejo? ¡Mis manos son toscas y están llenas de callos! que tocarte con ellas sería manchar tu piel con mis impurezas. No pertenezco a ninguna familia noble ni tengo sangre real.. soy un simple soldado y me crie para eso toda mi vida. — más lágrimas salieron de sus ojos al sentir el rechazó de Yoongi, sintiéndose más triste y dolido que nunca.

— Sabes que no me importa tu origen... No tengo reino y lo que una vez fue mi pueblo ahora me lleva flores a una tumba falsa, si es que tengo una.. he perdido todo al igual que tú desde el mismo momento en que nos conocimos, desde que entraste a mis aposentos dispuesto a matarme.. — recordó con nostalgia. — Solo te tengo a ti.. y con eso me conformo..— se acercó un poco y con las manos temblorosas las llevo al rostro sin expresiones de Yoongi. Acariciando su rostro.

— Mereces algo mejor que yo.— negó con la cabeza acercando sus labios a los labios contrarios, esperando que Yoongi no volviera la cara, tenía miedo y muchos nervios dar el primer paso, ser el primero en intentar algo pero si no lo hacía Yoongi jamás lo haría y de eso estaba completamente seguro.
Cerro los ojos cuando estuvo lo suficiente cerca de Yoongi y pudo sentir su respiración contra su rostro.

— Eres lo mejor para mí.— susurro estampando sus labios sobre los contrarios en suave roce, un toque de sus labios sin dobles intenciones. Suave e inexperto que duró varios segundos hasta que sintió los contrarios moverse un poco y las manos de Yoongi posarse en su cintura tomándolo por sorpresa, lo acercó a él y lo coloco sobre su cuerpo sin dejar de besarlo, intensificando el beso y haciéndolo más exigente, más rudo y dominante hasta robarle el aire de sus pulmones. Pronto se vio de bajo del cuerpo grande de Yoongi, siendo besado de una forma que no había experimentado nunca en su vida, mareandose por las emociones que estaba provocando su cuerpo al sentir esas manos grandes y rudas pasearse por su cuerpo, subir a su pecho y bajar a sus muslos, sin pena. Con mayor libertad que creyó esa noche sería la indicada para consumar su matrimonio.

Dejo de pensar y trago de relajarse, dejar que su cuerpo se entregará a las nuevas sensaciones que estaba experimentado y que estaban preparando a su cuerpo para recibir a su alfa. Lo sentía y su Omega se emocionó por saber que obtendría lo que estaba buscado con ansias.
Cuando se dió cuenta de que los condones de su túnica estaban siendo desatados y que los besos marcaban y recorrían su cuello la campana de la manada sonó, alertando no solo a ellos sino a cada miembro de la manada. Se sintió vacío al instante en qué Yoongi se alejo de él con rapidez y lo dejo medio desnudo de la parte de arriba de la túnica.

— Están aquí otra vez.— la voz de Yoongi le causó escalofríos por lo ronca y fría que había sonado. — Cubrete, tengo que llevarte a la cabaña del alfa para que estés más seguro mientras yo ayudo a los demás.— con la torpeza en sus manos trato de acomodarse la túnica con la mayor rapidez posible. En cuanto termino Yoongi ya estaba desfundando su espada y listo para salir a pelear.

Se cubrió la cabeza con un gorro negro y se colocó su capa en sus hombros para no ser reconocido si es que esos invasores estaban de regreso.
La nieve prácticamente había desaparecido al igual que el frío lo que hacía que los accesos a la aldea fueran vulnerables para todos.

— Vamos.— le apresuró Yoongi saliendo por una pequeña rendija que había hecho con anticipación y por precaución por si llegaba a suceder lo mismo que días atrás, lo siguió con rapidez esperando que nada malo sucediera ahora que ya no había nieve sobre la tierra.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora