XV

1.5K 283 21
                                    

No sabía que estaba haciendo ni mucho menos comprendía porqué lo estaba haciendo, simplemente se estaba dejando guiar por sus instintos. Su alfa le decía que debía hacerlo, que era su obligación, aunque su razón le advirtia que no era lo correcto, que estaba cometiendo un error del que próximamente se estaría arrepentiendo.  

¿Tan rápido llegó el celo de Taehyung?

¿Otra vez?

Suspiró alejándose con rapidez y abruptamente como si la piel del Omega quemará contra su tacto.

¿Qué estaba haciendo?

¿Por qué lo hacía?

No lo sabía y quería saber si estaba actuado mal.

Su alfa se estaba revelando contra su humano como no lo había hecho nunca lo que lo estaba desconcertando completamente.

Desdé temprano evitó a toda costa estar cerca del Omega, evitarlo y alejarse lo más que podía para evitar respirar su aroma, tal dulce y embriagante que lo estaba enloqueciendo. 

Debió ir con el alfa de la manada y rogarle por una bebida que bajara los efectos del celo del Omega antes de ir en su ayuda cuando los ruegos y súplicas de Taehyung calaron en su interior y su alfa no perdió el tiempo en ir en auxilio del Omega.

Algo que no estaba en sus manos detener.

—Al–lfa por favor..— negó resistiéndose ante el llamado del pequeño e indefenso Omega que estaba sobre las pieles con el rostro sonrojado, los labios entre abiertos, las pupilas dilatadas, el camisón de dormir entre abierto de la parte superior y la parte media. Apesar de que afuera la nueve seguía cubriéndo los árboles, veredas y ríos al alrededor. Taehyung hacía ver qué afuera no estaba nevando o que el frío podía fácilmente congelar a cualquier persona.

Retuvo el aire evitando seguir respirando el embriagante aroma a Omega en celo que Taehyung estaba expulsado en el aire y que su alfa se regozigaba en respirar.

Esté no era primer celo de Taehyung que precenciaba, pero era completamente diferente al anterior, dado que hace meses estaban huyendo de los guardias del rey, luchando por esconderse y alejarse lo más lejos posiblemente del Reino y sus alrededores, lejos, a la mitad del bosque y sin estar encerrados en medio de la nieve y siendo esposos.

Ahora todo era complicado y tenía menos probabilidades de no tocar al Omega, su alfa estaba completamente extasiado por el aroma dulce del Omega que emanaba de su cuerpo con demasiada potencia mientras lo observaba retorcerse entre las pieles y las mantas, con sus piernas entre abiertas al descubierto y los gemidos suaves y roncos que emitía al rogar ser tocado y saciar sus dolores. Poniéndole a prueba su resistencia, no como centinela o Guerrero sino como hombre y alfa que estaba por perder la cordura si no salía de ahí inmediatamente.

Apesar de su edad no tenía la experiencia de lidiar con un Omega en celo que rogaba ser tocado y saciado, mucho menos alguien tan importante e inalcanzable como lo era Taehyung, su rey, aunque ahora fuera diferente y estuvieran casados para proteger se y pudieran ocultar su pasado, pero eso no era impedimento para dejar de ver al Omega como alguien completamente inalcanzable para él.

—No puedo hacerlo.— gruñó luchando con su lobo que se negaba a dejar a Taehyung sufriendo con los dolores del celo.

— por favor..alfa..— sin siquiera predecir lo las manos suaves del Omega lo detuvieron de sus hombros y lo jalaron reteniendo en su lugar y teniendo más cerca el delicioso aroma a celo del pequeño hombresito que se estaba restregando contra él con vehemencia.

Sus manos picaron inmediatamente por tocarlo y llenarlo con su aroma y esencia pero su razón le seguía advirtiendo que no debía.

El fuerte aroma a Taehyung en sus narices provocaron que su alfa ganará la batalla entre su razón y lobo, con rapidez y sin miedos recostó al Omega nuevamente sobre las pieles y lo observó, deleitándose con lo magnífico que era su esposo, las partes de piel que estaban a su vista le confirmaron que el Omega era totalmente diferente a un amante de una noche, que era alguien superior tanto en jerarquia como en posición ante cualquier Omega y que no debía ser tratado como los demás, como sus antiguos amantes.  Debía ser especial y suave.

—A–alfa..— un gemido ronco salió de los labios color perla de Taehyung provocando que su miembro viril latiera furiosamente por ser atendido, pero en esta ocasión no le correspondía la atención a él sino a Taehyung que estaba sufriendo por el celo. 

Con dificultad y odiandose por ser débil y asegurandose que una vez que la lucidez llegara a Taehyung lo odiaría, se cerco con el corazón al borde de su pecho.
Su mano derecha subió por las rodillas del Omega que inmediatamente de alzaron dándole una vista de lo que ocultaba bajo las mantas verdes y cafés que lo cubrían del frío.

La suavidad de la piel era deliciosa, cálida como el sol de una mañana de primavera, sus muslos suaves tersos y cálidos le dieron la bienvenida cuando subió sus dedos un poco más, acercándose pecaminosamente a la parte prohibida de su rey, bajo un poco más sonriendo la humedad y el lubricante escurrir de entre sus muslos mientras más se acercaba al pequeño agujero que resguardaban recelosamente las dos montañas de carne y piel.

Los roncos gemidos y suspiros de Taehyung lo estaban incitando a que colara el primer dedo dentro del interior cálido y húmedo que se presentaba ante él, como una ofrenda de los dioses.

Su intruso dedo provocó que la espalda de Taehyung de arquera ante lo que su dedo provocaba dentro de su cuerpo, añadió otro dedo mientras retiraba del las pieles que le impedían ver el cuerpo desnudo de Taehyung presentado ante él, como el mejor manjar de cualquier Guerrero que llegaba de una batalla feroz en qué se habían aislado por meses.

El estómago plano de Taehyung lo obligó a abrir sus dedos tratando de que el placer fuera más potente mientras sus labios dejaban un recorrido ascendente del ombligo a las costillas y de ahí a las dos pequeñas montañas color perla que Taehyung tenía por pezones.
Agrego un tercer dedo en el apretado agujero mientras su lengua jugueteaba con la perla izquierda, no podía por ningún motivo subir más allá de las clavículas del Omega, no había besado a Taehyung en los labios por lo que debía mantener ese lugar de su cuerpo virgen y puro para cuándo Taehyung quisiera perderlo con la persona que amaba.
Según su ideología, los besos eran especiales, puros y sólo dados a un sola persona, la única a la que amaría por el resto de su vida.
Y aún su destino con Taehyung no estaba definido, el Omega era su rey g responsabilidad pero nada más.

Escuchó el ronco gemido de Taehyung atravesar sus oídos cuando hizo que se viniera solo con tres de dos dedos dentro. Era lo único que le podía ofrecer.

Tampoco quería aprovecharse de su vulnerabilidad en ese estado.

Con lentitud saco sus dedos y arropó al Omega con las pieles para que durmiera y fuera más fácil sobrellevar el tiempo que durará su celo.

LUZ DE LUNA.   -YOONTAE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora