3:00 p.m. 9:00 p.m.
No contesté.
Mantuve mi teléfono apagado.
Ninguna llamada perdida.
Pero sí un mensaje suyo.
“Bueno, bye” y quizá sea porque no me despedí.
“Lo siento” le respondo en cuanto puedo.
Diego actúa extraño.
Trato de excusarme que es mi culpa.
Realmente lo es.
Trato de distraerme.
Mi mente comienza a torturarme.
“No está interesado en ti, ya déjalo”