Me sentí culpable.
Colgó.
Yo escribí “Hasta mañana”
Él sonaba distante.
“Lo siento” le dije.
“Manejo desde lejos para hablar contigo, y me mandas a dormir”
Y sin pensarlo, tenía razón.
“Lo siento” volví a decirle.
“No te preocupes, Deneb”
Pero sabía que debía preocuparme.
Esto pasaba siempre.
Yo no cuidaba mis palabras nunca.