Me siento apenada.
“Ajá”
“Cierra tus ojos”
Y es lo que hago.
Él continúa tocando.
Luego, solo se detiene.
Yo sigo con mis ojos cerrados.
Luego de unos minutos, escucho su bonita voz.
“Hey…” susurra.
“¿Ah?”
“Te estaba escuchando respirar”
Mis mejillas arden.
“Vuelve a dormir, quiero seguir escuchándote”
Y dentro de mí, realmente deseaba que esto fuera real.
Lo era.