He leído tu novela con demasiada delicadeza. He analizado cada renglón, y me di cuenta de algo malo. Terminé llorando, Diego. Comienzo a sentirme como una estúpida. Ha pasado un año y medio. ¡Un año y medio!
¿Cuándo será el día en el que yo pueda saber de ti y no termine escribiéndote algo, o no termine llorando? Ansío que ese día llegue, porque justo ahora, mis ojos lloran por ti nuevamente. Estoy cansada. Estoy realmente cansada de mí. Cada que conozco a alguien, termino hablándole de ti, comparándolo contigo, incluso intento obligarme a sentir algo que se le acerque a lo que yo sentí por ti. Y lamentablemente, sé que me estoy engañando a mí misma. Tú sigues presente en mí después de un año y medio. ¿Y tú? Creo que tú tuviste novia.
Es realmente patético que yo siga mirándote por fotografías, y tú no te acuerdes de mí. Quizá me recuerdas como la loca que te escribió una novela, la loca que te quiere, la loca que te escribió cartas en las madrugadas, la loca que daría todo para que regresaras y la loca que volvería al pasado sin pensarlo.
No dejo de repetirme que hubiera pasado si yo te hubiera visto, ¿estaríamos juntos, no estaríamos juntos, aún hablaríamos o si quiera yo seguiría de esta manera? No lo sé. Son preguntas que nunca podré responderme, por mi maldita culpa. Lamento que hayas aparecido en mi vida en el momento menos adecuado, cuando yo estaba verdaderamente rota, y no sabía cómo manejar la situación. Pero ahora estoy mucho mejor... por favor vuelve.
No tenías por qué hablarme. Todo hubiera sido mucho mejor si tú no me hubieras hablado. Si no hubieras interferido en mi vida en aquel momento yo no estaría escribiendo esto a mitad de la madrugada, diciéndome que todo lo hice mal. Simplemente quiero que este sentimiento se vaya, quiero ser tan fuerte como tú, quiero que no me importe, quiero borrarte de algún lugar, y ni siquiera eso puedo hacer.
Quiero saber que se siente ser tu novia, y quiero saber que se siente estar contigo. Porque, yo recuerdo bastante bien como me repetías que querías abrazarme, y son contadas las veces en las que yo decía que sí. No sabes cómo me muero por un abrazo tuyo en estos momentos... es indescriptible ese sentimiento que tengo justo ahora.
Quiero tomarte de tus mejillas, y decirte de frente lo mucho que te quiero. Quiero decirte de frente todas las canciones que me recuerdan a ti. Y aun así... por más que lo desee, por más que yo lo anhele, eso no va a suceder nunca. Yo ya no pertenezco a tu vida, tú decidiste sacarme de ella hace mucho tiempo. Dime, ¿cómo lo hiciste? Necesito que me digas como. ¿En serio soy tan fácil de olvidar?
Quiero que sepas, que aun así pasen veinte años... yo siempre estaré ahí, dispuesta a escucharte, dispuesta a verte, dispuesta a responderte, dispuesta a contarte cosas, dispuesta a ti, dispuesta a nosotros, dispuesta a todo lo que nunca pude decirte. Pero hay algo muy importante ahora, y es que, estoy dispuesta a dejarte atrás... justamente el día que te vea. Necesito verte. Necesito saber cómo es la persona de la cual yo me enamoré de esta manera, con simples palabras. Necesito saber qué es lo que tanto amo de ti. Necesito saber de ti.