Capítulo 21

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¡A las Cocinas! El Frente de la Liberación de los Elfos Domésticos

Narra Lily

Harry, Ron, Sam, Mione y yo fuimos aquella noche a buscar a Pigwidgeon a la lechucería para que Harry le pudiera enviar una carta a Sirius diciéndole que
habíamos logrado burlar al dragón sin recibir ningún daño.

Por el camino, Harry puso a Ron al corriente de todo lo que Sirius le había dicho sobre Karkarov.

Aunque al principio Ron se mostró impresionado al oír que Karkarov había sido un mortífago, para cuando entraban en la lechucería se extrañaba de que no lo hubiéramos sospechado desde el principio.

-Todo encaja, ¿no? -dijo-. ¿No se acuerdan de lo que dijo Malfoy en el tren de que su padre y Karkarov eran amigos? Ahora ya sabemos dónde se conocieron. Seguramente en los Mundiales iban los dos juntitos y bien enmascarados... Pero les diré una cosa: si fue Karkarov el que puso sus nombres en el cáliz, ahora mismo debe de sentirse como un idiota, ¿a que sí? No le ha funcionado, ¿verdad? ¡Sólo
recibiste un rasguño y Lily no recibió ninguno! Ven acá, yo lo haré.

Pigwidgeon estaba tan emocionado con la idea del reparto, que daba vueltas y
más vueltas alrededor de Harry, ululando sin parar.

Ron lo atrapó en el aire y lo sujetó
mientras Harry le ataba la carta a la patita.

-No es posible que el resto de las pruebas sean tan peligrosas como ésta... ¿Cómo podrían serlo? -siguió Ron, acercando a Pigwidgeon a la ventana-. ¿Saben qué? Creo que podrían ganar el Torneo, se los digo en serio.

-Awwww esas palabras de aliento me reconfortan- dije abrazando a Ron apretandolo con una sonrisa burlona.

-Sueltame enana- me dijo intentando separarse de mi.

-Obligame rascacielos- dije sacandome la lengua.

-¿Que es un rascacielo?- me dijo frunciendo el entrecejo.

-Cosas de muggle- dijo Sam y yo solté a Ron para abrazarla a ella.

Harry sabía que Ron sólo lo decía para compensar de alguna manera su
comportamiento de las últimas semanas, pero se lo agradecía de todas formas asi que solo rió y negó con la cabeza divertido.

Mione, sin embargo, se apoyó contra el muro de la lechucería, cruzó los brazos y miró a Ron con el entrecejo fruncido.

-A Harry y a Lily le quedan mucho por andar antes de que termine el Torneo- declaró muy seria-. Si esto ha sido la primera prueba, no me atrevo a pensar qué puede venir después.

-Eres la esperanza personificada, Hermione -le reprochó Ron-. Parece que te hayas puesto de acuerdo con la profesora Trelawney.

No pude evitar reírme y le sonreí a Mione intentando que no se preocupara.

Ron arrojó al mochuelo por la ventana.

Pigwidgeon cayó cuatro metros en picado antes de lograr remontar el vuelo.

La carta que llevaba atada a la pata era mucho más grande y pesada de lo habitual: Harry y yo no habíamos podido vencer la tentación de hacerle
a Sirius un relato pormenorizado de cómo habíamos burlado y esquivado el colacuerno y el rigeback noruego
volando en torno a ellos.

Contemplamos cómo desaparecía Pigwidgeon en la oscuridad, y luego dijo Ron:

-Bueno, será mejor que bajemos para su fiesta sorpresa, chicos. A estas alturas, Fred y George ya habrán robado suficiente comida de las cocinas del castillo.

Mellizos Potter y el Torneo de los Tres MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora