La Poción de la Verdadn es Hora de Confesar
Narra Lily
Harry y yo caímos de bruces, y el olor del césped me penetró por la nariz.
Había cerrado los ojos mientras el traslador nos transportaba, y seguía sin abrirlos.
No me moví.
Parecía que me hubieran cortado el aire.
La cabeza me daba vueltas sin parar, y me sentía como si el suelo en que yacía fuera la cubierta de un barco.
Para sujetarme, me aferre con más fuerza a las dos cosas que estaba agarrando: la fría y bruñida asa de la Copa de los tres magos, y el brazo de Harry y el el a su vez se aferraba a mi y al cuerpo de Cedric.
Tenía la impresión de que si nos soltabamos nos hundiríamos en las tinieblas que envolvían nuestro cerebro.
El horror sufrido y el agotamiento nos mantenían pegados al suelo, respirando el olor del césped, aguardando a que alguien hiciera algo... a que algo sucediera...
Note un dolor vago e incesante en la cicatriz de la frente.
El estrépito nos ensordeció y nos dejó más confundido: había voces por todas partes, pisadas, gritos...
Si no fuera porque el brazalete aun funciona ya me habría desmayado.
Permanecimos donde estábamos, con el rostro contraído, como si fuera una
pesadilla que pasaría...Un par de manos nos agarraron con fuerza y nos volvieron boca arriba.
-¡Harry!, ¡Lily!
Abrimos los ojos.
Mirábamos al cielo estrellado, y Albus Dumbledore se encontraba a nuestro lado, agachado.
Nos rodeaban las sombras oscuras de una densa multitud de personas que
se empujaban en el intento de acercarse más.Noté que el suelo, bajo nuestra cabeza,
retumbaba con los pasos.Habíamos regresado al borde del laberinto.
Podíamos ver las gradas que se elevaban por encima de nosotros, las formas de la gente que se movía por ellas, y las estrellas en lo alto.
Solté la Copa, pero entre Harry y yo agarramos a Cedric aún con más fuerza.
Levanté la mano que me quedaba libre y tomé la muñeca de Dumbledore, cuyo rostro se desenfocaba por momentos.
-Ha retornado -susurre-. Ha retornado. Voldemort.
-¿Qué ocurre? ¿Qué ha sucedido?
El rostro de Cornelius Fudge apareció sobre nosotros vuelto del revés.
Parecía blanco y consternado.
-¡Dios... Dios mío, Diggory! -exclamó-. ¡Está muerto, Dumbledore!
Aquellas palabras se reprodujeron, y las sombras que los rodeaban se las repetían a los de atrás, y luego otros las gritaron, las chillaron en la noche:
-¡Está muerto!
-¡Está muerto!
-¡Cedric Diggory está muerto!
-Sueltenlo, Harry, Lily- oímos que nos decía la voz de Fudge, y notamos dedos que intentaban separarnos del cuerpo sin vida de Cedric, pero no lo soltamos.
Entonces se acercó el rostro de Dumbledore, que seguía borroso.
-Ya no pueden hacer nada por él. Todo acabó. Sueltenlo.
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Mellizos Potter y el Torneo de los Tres Magos
Fiksi PenggemarDespués del movido año lleno de verdades, Harry y Lily Potter cuentan los días para poder ir a la Madriguera casa de su mejor amigo Ron Weasley. Presenciarán por primera vez en sus vidas un Mudial de Quidditch Pero este año se preparan más respuest...