Trilogía Ácrata 1/3
03/08/21
Odio hablar de ti a todo el mundo,
utilizando tu nombre como referencia.
Pensar que siempre me he comportado como un idiota
y que nunca seré suficiente.
Que trates de mirarme por el rabillo del ojo.
Busques mis canciones y las guardes por ahí.
Me hables de ellas y de todo eso que te mencioné así, de pasada.
Todas esas bobadas que lo dicen todo.
Que me busques a mí y no a todos esos niñatos.
Crushes que no tienen conmigo ningún parecido.
Nada de lo que soy, como si viniera de otro mundo.
Tú tan feliz con tanto gilipollas.
Yo aquí borracho nada más que por ti.
Para olvidar y soltarme,
sin que nunca funcione.
Y sigo siendo un idiota.
Un puñetero idiota.
Un maldito idiota que no es nada para ti.
Me quiero morir.
Pero en broma,
por el qué dirán.
Mil y un chistes de suicidio.
Dos años.
Y que somos universitarios.
Otra historia, lo mismo que contar.
Todas esas cosas que nos queremos gritar
y acaban ahogándose en nuestros labios.
Sería más fácil si me odiaras.
Me río de ti y tu falsa seguridad.
Que conoces y olvidas a tu antojo
por no estar rodeado de soledad.
Como los frutos de espino...
Pegarte por tocarte.
Insultarte por hablarte.
Decepcionarte.
Porque soy así.
Una decepción
tras otra.
Sin rumbo,
ni motivación.
Me persigue Navarro:
"¡Qué menos que el vientre plano!"
Y mil y una figuras
con rostros macilentos y humeantes.
Los libros que no recuerdan a mi alma gemela.
Todas esas tonterías de madrugada.
Canciones sin significado repitiéndose en mi cabeza.
Ese estúpido rostro sin sonrisa.
Excusar con alcohol confesiones.
Películas que aparecen de la nada.
Esas coincidencias que deben significar algo pero
no significan nada.
El retrato en mi cabeza y su idealización.
Ojalá hubieras conocido a alguien más que yo.
Y pudiera sentir ese antiguo amor fraternal
entre las frases que se desvanecieron por Instagram.
Ni mdlr ni pollas.
Soy mi propia diosa
desde el altar que contempla a un mortal
que no la adora.
Sin trono ni corona con que presumir
al amargor de su vida.
Aprender sexo y amor a instancias de los demás
como si no hubiera nada ahí fuera que disfrutar.
Y este miedo paralizante ante tanto esperpento
en la vida de un estudiante con trama vacía de cuento.
El odio de los que hablan claro
lo reciben prácticamente en vano.
¿Pudiese ver con mi mejilla
lágrima perdida?
Demasiado tarde para gritar
Mi pecho se paraliza y
ya no puedo más.
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THE BOY WHO CRIED SHIT © 诗
Poesía«La métrica es fundamental, precedida de la rima, y su conjunto tratado y sofisticado es lo que da lugar a la poesía. Y qué sorpresa si con sólo leer la última palabra de cada oración, ¡no guardan correlación! Son las interpretaciones difusas d...
