Capítulo 11: Revelaciones

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Cuando Zhan abrió los ojos se encontraba en su recámara cómodamente arropado... el aroma a sándalo era delicioso y llenaba por completo todo el lugar. Estaba atrapado en un cálido abrazo y escuchaba una voz tarareando cierta canción. Al alzar la mirada, pudo ver a su esposo observándolo con una gran sonrisa en los labios, sin querer empezó a sollozar como si fuera un niño pequeño.

-Dime que no es un sueño... por favor... solo dilo.- dijo sorbiendo su nariz.

-No lo es... estoy aquí... contigo en nuestra casa.- susurró con calma.

Zhan.- Por qué no me avisaste?... soñé tanto con este encuentro que tenía en mente otra cosa... siento que se arruino todo...

Yibo soltó una suave risa.- No es así mi amor... este momento es perfecto, no lo cambiaría por nada...

Zhan se acurrucó tranquilamente sobre su pecho aspirando ese aroma que lo hacía ronronear complacido.- Esta vez tardaste demasiado... me has hecho tanta falta...

Yibo.- Tú también a mi... por eso adelanté todo para llegar a China... el plan ya está en marcha y pude ver que tú también obtuviste información valiosa sobre los movimientos de mi primo...

Zhan.- Viste lo que hay en el estudio?

Yibo asintió.- Si... has hecho un gran trabajo...

Zhan.- Con ayuda de papá y el secretario del tío Qiren... ellos también han hecho lo suyo...

Yibo suspiró y lo abrazó con fuerza.- Gracias por todo amor... por esperarme y creer en mí a pesar de las circunstancias...

Zhan.- No tienes nada que agradecer... eres mi esposo... el único que tendré...

Yibo sonrió... su lobo se sentía inmensamente feliz... la última vez que habían estado así de cerca fue cuando nació Xieyun en la casa de descanso cerca de Luoyang. En aquella ocasión, su esposo había decidido alejarse de todo... de las miradas curiosas... de la prensa pero sobre todo, alejarse de la mirada inquisitiva de Haikuan, quien no había desistido en sus intentos de acercarse a él. Semanas antes de que el cachorro naciera, Changze y el secretario hicieron todo lo posible para ese viaje y en una de las llamadas que él había hecho, se enteró de que el parto estaba cerca. Así que con ayuda de Ji Li, logró entrar al país con una identidad falsa... misma que había usado para poder regresar ahora.

Zhan.- Te irás pronto... cierto?.- preguntó esperando que no fuera así.

Yibo.- No pienses en eso ahora... solo quédate a mi lado así como estás...

Zhan asintió sin saber porque su cuerpo se sentía extremadamente cansado... era como si todo el tiempo que había aguantado siendo fuerte le hubiera pasado factura. No recordaba bien como habían llegado a la recámara... en su mente solo tenía un recuerdo borroso al ver la silueta de Yibo sentada en la sala y que rápidamente se había movido para evitar que rebotara en el piso. Al poco rato una infinita paz se apoderó de él y sus sentidos se embotaron cayendo en un profundo sueño. En cuanto eso sucedió, Yibo lo depositó en la cama y acomodó el nido lo mejor que pudo, sonrió satisfecho en cuanto dejó a su esposo perfectamente acurrucado, después de eso fue por su cachorro para que también durmiera con ellos.

A la mañana siguiente, Zhan abrió los ojos lentamente... el aroma seguía ahí y una fuerte risa desde la cocina lo hizo sonreír. Se levantó rápidamente y vio a su esposo preparando el desayuno mientras jugaba con Xieyun que estaba sentado en la barra. Ambos voltearon a ver a Zhan en el momento que abrió la puerta de la recámara.

El pequeño lo miró regalándole una hermosa sonrisa mientras señalaba a Yibo.- Papá está aquí... puedes creerlo?-preguntó aferrándose a su cuello para repartir pequeños besitos en la mejilla.

REGRESA A MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora