Capítulo 22

150 17 3
                                    

Día 192 desde el comienzo del virus.

No tenía idea de lo que iba a suceder en ese edificio, en lo único que pensaba era en estar atenta a cualquier movimiento de Sam, no sabía cuál eran sus verdaderas intenciones.

No me llevo mucho tiempo el prepararme, decidí ir con dos hachas de mano ya que eran bastante ligeras y letales, aunque tampoco había muchas opciones para elegir. Cuando todos terminamos de prepararnos, fuimos directo al edificio. Durante el viaje no pude dejar de ver a Ana, la forma en la que me había mirado cuando la reunión término no se me fue de la cabeza ni por un segundo. No estaba segura si ella tenía miedo por la misión que estábamos a punto de realizar o estaba asustada por otra cosa.

– No creo que haya sido una buena idea haber traído a Ana y a su hermano...

– Créeme que si hubiera otra solución para ayudar a esas personas, nunca pondría en peligro a Ana y a su hermano, pero no la hay y por eso necesitamos hasta la mínima ayuda.

– Conmigo bastaba.

– No puedo poner todo el peso sobre ti. Además es una misión que involucra tanto las vidas de esas personas como la nuestra. Tenemos que ir a lo seguro si queremos salir todos con vida.

No estaba para nada de acuerdo que ellos dos hayan ido con nosotros. Ana no se veía como alguien experto en matar infectados y su hermano aún menos, llevarlos con nosotros era muy peligroso para ellos y para nosotros ya que tendríamos que estar cuidándolos.

– Ana, si las cosas se ponen feas, agarra a tu hermano y escapen, ¿sí?

– Gracias, Alice.

– Maeve los va a proteger, no te preocupes tanto.

– Eso espero.

No conocía muy bien a los amigos de Sam, lo poco que había hablado con algunos de ellos no note nada raro pero si él tenía otras intenciones, ellos seguramente estaban al tanto, por lo que no solo tenía que estar alerta por Sam sino también por sus amigos.

– Si todos siguen al pie de la letra mi plan, vamos a tener más posibilidades de salvar a esas personas sin morir en el intento.

Todos dependíamos de todos. Si algún grupo no lograba eliminar a los infectados de la parte del edifico que les toco, nos complicarían las cosas a los otros grupos por lo que era esencial el éxito de todos.

Viajamos durante unos 30 minutos hasta que por fin llegamos al edificio, por suerte afuera no había muchos infectados. El edificio era bastante viejo y aterrador, con suerte aún no se había derrumbado. Todos nos dividimos en nuestros respectivos grupos y cada uno se fue a su posición. Antes de perder de vista a Ana pude escuchar unas palabras que provenían de ella:

– Ten cuidado de...

Pero antes de que terminase la frase ya estaba lo bastante lejos como para escucharla.

Sam y yo nos dirigimos a la entrada principal la cual la puerta estaba derrumbada a un costado con algunos golpes, lo más probable era que un infectado mutado haya derribado la puerta y así fue como lograron invadir todo el edificio.

– Creo que tenemos algo más que infectados normales...

– ¿Qué quiere decir?

– Los infectados normales no podrían derribar una puerta tan pesada.

– Tal vez fueron muchos infectados a la vez golpeando y empujando la puerta y así lograron derribarla.

– Créeme que esos golpes que tiene no lo pueden hacer los infectados normales.

– Bien, bien, dejemos estos para después, ahora lo importante es limpiar todo este sector de los infectados.

Nos estábamos metiendo en la boca del lobo, no tenía idea de qué clase de infectado mutado había dentro del edificio. Mi cabeza no paraba de pensar. Estar alerta de Sam, de sus amigos y encima lo más probable era que hubiese un infectado mutado acechándonos.

Sam fue el primero en entrar sin pensarlo dos veces, apenas puso un pie dentro del edificio, salieron de la oscuridad unos 5 infectados corriendo hacia nosotros, eso en una película de terror sería lo mismo a un scream. Me adelante a Sam y con las dos hachas de manos los mate sin ningún esfuerzo, eso no era nada a comparación de lo que pase en el paraíso junto a maty.

– ¿Eres una exterminadora de infectados o algo así?

– Concéntrate en los infectados que están viniendo...

No habían pasado ni 15 segundos que más infectados nos empezaron a atacar. No podría decir con exactitud cuántos infectados había dentro pero los gritos que se oían no eran pocos.

Poco a poco fuimos matando a los infectados que aparecían, como todo estaba oscuro, se nos hacía muy complicado saber desde donde nos atacarían, teníamos muy poco tiempo para reaccionar porque salían desde cualquier lado, si no tuviese unos reflejos por encima de lo normal, no habría sido capaz de reaccionar a los ataques a tiempo. Pasaron varios minutos desde que entramos y ya tenía toda la cara y la ropa manchada con sangre, parecía el típico personaje de las películas de terror bañado en sangre. Estaba hecho un asco.

Después de haber perdido la cuenta de cuantos infectados había matado, por fin dejaron de salir.

– Esto fue más difícil de lo que esperaba.

– Pensaba que iba a estar más difícil.

– Como digas exterminadora de infectados.

Creo que podría contar con los dedos de las manos la cantidad de infectado que Sam había matado.

– Bien, ahora tenemos que ir a las escaleras principales para reunirnos con los otros.

– Si aún no están ahí, será mejor que nos separemos y vayamos a ayudar a los otros grupos.

– Perfecto. Puedes ir primera porque tengo que ir a buscar algo a la camioneta.

– No es buena idea separarnos.

– Puedes ir, yo estaré bien. Me se cuidar solo.

– Como quieras.

La verdad es que no me importaba mucho si tenía que ir sola pero si lo otros aún no habían logrado acabar con los infectados, no podía ayudar a los dos grupos yo sola.
Cuando me gire en dirección a la escalera principal, inmediatamente noté como algo que se acercaba hacia mí por la espalda a gran velocidad, no me fue difícil esquivarlo. Cuando logre ver lo que intento atacarme no pude ocultar la sonrisa en mi rostro. 

LA VIDA EN UN APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora