Día 192 desde el comienzo del virus.
Muchas veces las personas le temen a lo desconocido, fantasmas, monstruos y más historias de terror, que son solo eso, historias, mitos, leyendas, las cuales están hechas para que causen miedo pero no hay que temerles a esos cuentos, tenemos que temerle al propio ser humano, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.
Aunque haya matado a todos esos infectados, nunca baje la guardia ante Sam, observaba cada uno de sus movimientos, sabía que si intentaba hacer algo en mi contra, no iba a ser difícil hacerle frente y así fue cuando por fin decidió atacarme por sorpresa pensando que iba a tener éxito.
– Hasta que por fin decides mostrar tu verdadera cara.
– Tenes buenos reflejos jajajaja.
– Perdón pero con esa velocidad no atraparías ni a una mosca.
– Supongo que ya sospechaba de mí, ¿no es así?
Aunque no lo demostrase, estaba bastante sorprendido y decepcionado de que haya logrado esquivar su ataque, no paraba de caminar a mí alrededor.
– Lograste engañarme más tiempo del que me imagine. Te tengo que felicitar por eso, eres un buen actor.
– No fue muy difícil engañarte a ti y tu amiguito.
– Espero que no hayas tenido nada que ver con lo que le paso a Maty, lo digo por tu bien.
– ¿Te preocupas por mí? jajajaja. Fue muy divertido dejarlo ahí tirado para que se lo comieran los infectados... Aunque a veces pienso que le tuve que haber disparado en la cabeza y no en la pierna.
Lo dijo con toda la normalidad del mundo, como si se estuviese burlando de mí, quería que perdiera el control y lo ataque sin pensar. Por un momento lo pensé, cuando escuche de su propia boca que fue su culpa la muerte de Maty pero no quería dejarme llevar por la ira y convertirme en alguien como Sam, además, sabía perfectamente que le podía ganar sin ningún esfuerzo.
– ¿Qué ganas haciendo todo esto? ¿También vas a matarme?
– ¿Matarte? Nada de eso, es por ti que hago todo esto.
– ¿Por mí?
– Desde la primera vez que te vi, supe que era nuestro destino el estar juntos. Te amo Alice, te amo tanto que no pude soportar la idea de que estés al lado de otro hombre que no fuese yo, no quiero que te vayas y no te vas a ir de mi lado. Hago todo esto por amor. ¿No te parece romántico que en medio de todo este desastre todavía exista el amor?
Me quede atónita por toda la mierda que salió de su boca, no sabía que responder, encima la sonrisa de su cara fue aún más repugnante.
– Estas enfermo, Sam.
– ¿Enfermo? ¿Soy un enfermo por sentir amor?
– No es amor, es obsesión.
– ¡TU NO SABES NADA! DÉJAME ENSEÑARTE LO QUE ES EL AMOR.
– Nunca podría amar a alguien como tú.
– ESTAS CONFUNDIDA, ESO ES TODO. YO VOY A HACER QUE ME AMES.
– Nunca lo vas a conseguir.
– No me importa tener que golpear a una mujer si con eso logro lo que quiero.
– ¿Y después qué? Prefiero estar muerta que seguir a tu lado.
– Si logro encerrarte, nunca te separarías de mi lado...
– Tú y yo sabemos que no tenes oportunidad contra mí.
– No te creas tanto por matar a un par de infectados.
– Entonces deja de hablar y ven...
Apenas dije esas palabras, no dudo en atacarme con su arma, al ser una lanza no fue muy difícil esquivarlo y aproveche el momento que paso de largo para darle una patada en el trasero y que se cayera de cara contra el suelo. Pense que con eso bastaría pero se volvió a levantar e intento golpearme la cabeza pero solo tuve que agacharme y darle un golpe en el estómago para después golpear su mandíbula inferior con mi rodilla. Pense en atacarlo con algún otro golpe pero con eso basto para que se quedase en el suelo agarrándose el estómago del dolor. Eso fue todo lo que me pudo aguantar, como lo había imaginado, no era rival para mí.
– Te dije que no tenías oportunidad contra mí.
– ¿Quién mierda eres?
– Solo alguien que está tratando de sobrevivir en este mundo de mierda.
Gracias a que mi padre era científico, tenía muchos amigos militares y ellos fueron quienes me enseñaron desde pequeña a defenderme y cuando fui creciendo me llegaron a enseñar muchas otras cosas.
– Podría matarte aquí mismo, pero no soy como tú.
– Puedes ser feliz a mi lado.
– Saca esa idea de tu cabeza porque nunca más nos vamos a volver a cruzar. En cuanto logre rescatar a las personas de la azotea, tú y yo no nos veremos a ver nunca más.
– ¿Sabes que la muerte de tu amigo también fue tu culpa verdad?
Dijo esas palabras mientras se ponía de pie.
– ¿Qué?
– Tú no quisiste escucharlo, no creíste en él y eso lo llevo a su muerte.
– ¿Crees que acaso no lo sé? Pero si piensas que me vas a romper emocionalmente, estás muy equivocado. Sé que cometí errores y que fue mi culpa en no creerle cuando me dijo que no confía en vos pero ya no puedo hacer nada, no gano nada con comerme la cabeza con esos pensamientos.
– ¿Tan poco te importaba tu amigo? Jajajajaja.
– Se convirtió en alguien muy importante a pesar del poco tiempo que pasamos juntos pero mis lamentos no lo van a traer de vuelta.
– ...
– Mejor sigue callado y quédate aquí, yo iré a ayudar a los demás y cuando esto termine les contare a todos lo que hiciste.
No sabía si sus amigos estaban con él o no pero estaba segura de que Ana y su hermano no estaban involucrados por eso tenían que saberlo para que se vayan lejos de ese psicópata. Eso pensaba hacer pero apenas me gire, escuche como empezó a cargar un arma y cuando me di vuelta, estaba apuntándome.
– ¿En serio creíste que te dejaría ir así nomás?
– Dispara y en menos de 15 segundos los dos moriremos a manos de los infectados.
– Eso sería muy romántico, morir los dos juntos jajajajaja.
– No tienes que hacer esto.
– ¿Ahora si estas dispuesta a amarme?
– Primero baja el arma.
– No soy tan estúpido como para hacerlo.
No tenía intensión de bajar el arma, ya no tenía nada que hacer, pensé que ese iba a ser mi final hasta que de la nada se escucha un rugido que resonó en todo el edificio, apenas lo escuche recordé como los infectados lograron entrar. Había algo más peligroso que Sam.
– Tenemos que irnos ya.
– ¿Te asustaste solo por un grito? JAJAJAJAJA.
– Si no nos vamos ahora, nos encontraremos con algo peor que la muerte.
– No me vas a asus...
No sé en qué momento fue que la cabeza de Sam se encontraba en el suelo, fue solo un instante en el cual me encontraba debajo de una lluvia de sangre. No lograba ver nada por ninguna parte, quería salir corriendo pero sabía que si movía tan solo un dedo estaba muerta. Pasaron varios segundo hasta que por fin la cosa que le corto la cabeza a Sam se mostró. Era un infectado pero en vez de tener brazos, tenía alas, nunca había visto algo parecido, sus alas parecían estar más afiladas que una katana. Fue Bajando volando poco a poco hacia el cuerpo de Sam y se lo llevo sin ningún esfuerzo. Sabía que sino aprovechaba ese momento para intentar escapar, yo iba a ser la siguiente que se quede sin cabeza.
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LA VIDA EN UN APOCALIPSIS
SciencefictionHubo un tiempo en el cual pensaba que vivir un apocalipsis seria genial. Creía que mi vida se pondría un poco mas interesante ademas de todos los deseos que un adolescente de 17 años puede tener: no tendría que ir mas al colegio, viviría libre, sin...