Capítulo 15

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Día 199 desde el comienzo del virus

¿Los sentimientos nos hacen ser seres humanos? Tener sentimientos en tiempos donde el peligro se vuelve algo común es un peligro en si. Arriesgarnos por alguien nos puede costar nuestra propia vida pero vivir sin sentimientos también es muy peligroso porque son una motivación para seguir adelante y no rendirse ante nada.

Desde que me separe de Alice no hubo un momento en el cual no dejase de pensar en ella, no sabia si solo era preocupación u otra cosa, mis pensamientos estaban cada vez mas confusos y lo único que quería era verla lo mas pronto posible y no volver a separarme de ella.

Habían pasado aproximadamente unas dos horas desde que logramos escapar de los infectados por pura suerte pero aun no habíamos escapado del peligro. Quedaban unas tres horas para que anocheciera y aun estábamos caminando por las calles de esa gran ciudad. Lo positivo era que la gran mayoría de los infectados estaban reunidos al rededor de la zona del centro comercial y nos hizo mas fácil el camino. Lo negativo era que el dolor de mi pierna había regresado y como si eso no fuera poco, teníamos que encontrar un lugar seguro para descansar antes de que caiga la noche.

– Se que no es buen momento para dar malas noticias pero... No creo que pueda seguir caminando por mucho mas tiempo.

– Te dije que el dolor iba a regresar peor.

– SI, pero creo que prefiero este dolor al dolor de ser comido a mordiscos.

– Dentro de poco va a oscurecer... ¿Alguna idea de donde podemos pasar la noche?

– Ideas tengo muchas pero que sean seguras no tengo ni una.

– Estamos en un problema muy grande si no encontramos un lugar seguro... Somos presas fáciles para él.

– ¿Para él? ¿Quien es "él"?

– Lo nombre como "la pesadilla".

– No se porque tengo una idea de que es un infectado mutado...

– Estas en lo correcto. Lo he visto un par de noches cerca del centro comercial pero no va para hacer las compras... Por lo poco que pude llegar a observar, se ve igual a otros infectados pero este solo aparece de noche y se alimenta de otros infectados, les arranca la cabeza de un solo mordisco. Tuve unas cuantas pesadillas después de verlo.

– Su nombre le queda perfecto... Si se ve como los otros infectados, ¿como hace para arrancarles la cabeza de un solo mordisco? ¿No tendría que tener una boca gigante?

– Se ve igual al resto pero en el momento en el cual está por comerse a uno, su boca se abre al mismo tamaño que la cabeza de su victima.

– ¿Era tan complicado hacer solo infectados normales, escritor?

– No tengo mas detalles de esa cosa pero si llegamos a ver a uno, solo nos queda correr por nuestras vidas.

– Te daría la razón pero mi pierna no piensa igual.

– Sera mejor que empecemos a buscar algo seguro para seguir con vida mañana.

Seguimos caminando por un buen rato hasta llegar a una estación de trenes subterránea, solo quedaban mas o menos una hora y media antes de que anocheciera por lo que decidimos pasar la noche en ese lugar. Parecía ser que no había ningún infectado dentro de la estación pero igual entramos lo mas sigiloso que pudimos. Bajamos las escaleras y lo único que vimos eran manchas de sangre por todos lados, maletas vacías y basura por doquier pero igual nos conformamos de que no haya ningún infectado dentro. Decidimos quedarnos cerca de las escaleras para escapar con mas facilidad por si algo ocurría. Así fue como la luz del día fue desapareciendo poco a poco y solo nos quedamos con la luz de las linternas. Parecía una película de fantasmas.

– No creo que pueda dormir esta noche.

– Tienes que descansar por tu pierna.

– Soy el que mas desea poder dormir pero el dolor y el lugar no me quieren acompañar.

– Lo siento pero no me dio tiempo a agarrar nada para el dolor.

– No te preocupes, el traer las armas era mas importante.

– Ahora que lo mencionas, tengo que darte algo...

– Ojala sea un lugar lleno de luz y seguro para poder estar tranquilo jajajajaja.

Eliz empezó a buscar algo en el bolso de las armas, no tenia idea de lo que quería darme pero cuando vi que estaba sacando poco a poco una cosa larga y fina, me percate que era mi katana la cual pensé que había dejado tirada en el centro comercial. No era un lugar lleno de luz pero me hizo sentir mas seguro.

– Creo que esto es tuyo.

– Creí que la había perdido en el centro comercial...

– Te había visto que la llevabas en la espalda cuando llegaron por lo que imagine que era algo importante para ti y la traje junto a ti cuando te salve la vida, pero después me olvide por completo el entregártela.

– Has hecho mas que suficiente por mí... Si sigues así no voy a tener con que pagarte jajajajaja.

– El estar contigo ya es un pago para mí...

– Gracias.

– ...

– ¿Te puedo preguntar una cosa?

– Sí.

– ¿Qué vas a hacer una vez que yo encuentre a mi amiga?

– ¿Qué quieres decir?

– El lugar en donde vivías ahora esta repleto de infectados, ¿tienes algún otro lugar para ir?

– No, ese era el único lugar seguro que conozco.

– Yo... Una vez que encuentre a mi amiga, me iré de esta ciudad...

– ...

– Solo digo que si no tienes a donde ir... ¿Qué te parece irte conmigo? Por mi culpa perdiste todo.

No creí que pidiéndole eso iba a empezar a llorar, supongo que creía que la iba a dejar sola una vez que encontrase a Alice, pero no podía hacer eso, ella fue mi luz y estaba muy agradecido por haberme salvado. 

– No quiero volver a estar sola... Nunca mas. Gracias por dejarme seguir a tu lado.

– Me salvaste la vida, no tenes nada que agradecerme jajajaja.

– Entonces prométeme que los dos vamos a salir vivos de esta ciudad...

– Te lo prometo.

Se lo prometí.

Todo parecía ir normal esa noche, Eliz y yo no dejamos de hablar en ningún momento por los nervios, por un momento creí que íbamos a llegar al amanecer sin ningún problema pero estaba muy equivocado.

– Si salimos apenas salga el sol, podemos llegar a donde esta tu amiga antes del mediodía.

– ¿Será buena idea aparecer de la nada?

– ¿No me digas que pensabas ir sin ningún plan? ¿En serio ibas a ir y pararte frente al tipo que intento asesinarte?

– Esa era mi idea... Solo con que mi amiga y los demás me vean, no creo que Sam se atreva a hacer algo.

– ¿Cómo sabes que los otros no fueron parte del plan de ese tipo?

– No lo se... Pero tengo que arriesgarme.

– Es demasiado arriega...

– ¿Qué paso?

– ¿No escuchaste eso?

– ¿Escuchar qué?

Nos quedamos en completo silencio pero no logre escuchar nada o eso pensaba porque cuando estaba por volver a hablar llegue a oír unos pasos y cuando miro para las escaleras, note una sombra que estaba bajando, no lograba ver muy bien que cosa era. Apagamos las linternas y nos quedamos en completa oscuridad. La sombra en las escaleras se detuvo unos segundos, levanto una mano la cual parecía tener algo redondo y empezó a abrir la boca para devorarlo de un bocado. Ahí me di cuenta que nos habíamos metido en la boca del lobo.

LA VIDA EN UN APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora