LA VIDA EN UN APOCALIPSIS

Capítulo 2

Día 180 desde el comienzo del virus

Han pasado seis meses desde que el mundo se fue a la mierda. Según las noticias, hay un virus que vuelve agresivos a las personas, y por mas daño que les provoque, no sienten dolor, y la única manera de acabar con ellos es infligiéndoles daño en sus cabezas, parece ser que ese es su único punto débil. No se sabe muy bien el origen de este virus, pero dijeron que es muy contagioso y puede ser transmitido con una simple mordida de un infectado y al poco te convertís en uno de ellos.

Las grandes potencias declararon estado de emergencia global, no solo mi ciudad fue afectada sino todos los países, el virus se propago como una pandemia, y aunque científicos hicieron hasta lo imposible para encontrar una cura, no tuvieron éxito y en tan solos 5 meses volvimos a la edad de piedra. Nos quedamos sin energía eléctrica, no mas agua potable y sin poder comunicarnos.

Seis meses que sigo esperando cada maldito día a que vengan a rescatarme, ni siquiera he salido por si venían y no me encontraban, por suerte tenia bastantes suministros para una sola persona y mas que no soy de comer mucho, pude racionar todos los alimentos para unos cuantos meses. Antes de que el agua se terminase, llene bastantes botellas así que no fue un problema. Cuando se acabo el agua, ya no pude higienizarme mas, así que tuve la idea de juntar agua de la lluvia y usarla para al menos lavarme el cuerpo, pero no todo dura para siempre. La comida se me estaba acabando, solo tenía para unos cuatros días y una vez que se me termine por completo lo mas seguro era que iba a morir de hambre en unas semanas, así que no me quedaba de otra que salir a buscar alimentos, o moría de hambre o ha manos de una de esas cosas.

Todavía tenía esperanzas de que iban a venir a rescatarnos (si es que todavía queda alguien vivo) y por fin poder reencontrarme con mi madre, por eso no quiero morir, ese deseo es lo único que me mantenía con ganas de vivir, así que estaba decidido en salir y encontrar alimentos.

El almacén mas cercano se encontraba a unas 15 cuadras, lo bueno era que aun tenia las armas que recogí de la estación de policías para defenderme, aunque era mejor no usar las armas de fuego para no hacer demasiado ruido y atraer a esas cosas, solo las iba a utilizar en una situación de vida o muerte, por lo que solo tendría que utilizar una porra de policía.

Antes de salir tuve que prepararme mentalmente para lo que vería ahí afuera, también agarre una mochila bastante grande que tenia desde la primaria para meter todo lo que encontrase, me puse unos calzados tenis para correr, ropa cómoda y una mascarilla por si las dudas de que el virus no solo se contagie por mordidas. Ya estaba listo para salir después de seis meses sin tener contacto con el mundo exterior.

Al salir no veo a ninguna de esas cosas, parecía ser que no había ninguno al rededor pero igual me iba escondiendo detrás de cada cosa que podía. Ni siquiera recorrí 3 cuadras cuando veo que hay 4 infectados en la misma calle, apenas los vi, sentí un temblor en todo el cuerpo, de inmediato el miedo vino hacia mi, me quede inmóvil detrás de un auto, apenas respirando, cuando recobre la conciencia supe que si me quedaba ahí moriría y mi única oportunidad era seguir hasta el almacén. Después de unos segundos tuve la valentía de seguir hacia adelante por lo que espere a que los infectados se pusieran de espaldas y poder seguir con mi camino sin ser visto.

Esas 15 cuadras fueron eternas, vi a muchos infectados pero ningún ser humano, todas las casas estaban vacías, como si yo fuese la única persona que quedaba. Por suerte, cerca del almacén no había casi ninguna de esas cosas.

Las puertas del almacén estaban abiertas pero no escuche ningún ruido dentro, igual entre lo mas silencioso que pude. Para mi sorpresa, aun había bastantes cosas, así que abrí la mochila y la llene con todo lo que pude, fideos, comida enlatada y bebidas. Obtuve alimentos para meses, y una vez que se me acabe puedo regresar.