El chico de las flores • kookv

🌻Capítulo•22

—¿Escuchan eso? Es el sonido de mi corazón quebrándose...

Jungkook, sentado junto a sus Hyungs en un sofá a lo largo del living de la escuela, tenía más nerviosos a sus compañeros de lo que él mismo estaba. Debido a sus manos inquietas arreglándose una y otra vez el cabello; de sus pies chocando contra la madera reluciente del lugar; y el sonido del rechinar de sus dientes los cuales mordían con ímpetu sus bien cuidadas uñas; todo esto sumado a las escasas entendederas, los ponían en un estado ansioso. Claramente el programa de chismes de sus cuerpos necesitaba una actualización. Habían pasado completamente al último plano de la barra multitareas. Demasiada información desconocida y que les había hecho quedarse boquiabiertos, fue dada a entender por los protagonistas de una historia de amor, en la que a pesar de ser  tres personajes circunstanciales, se encontraban ignorantes de hechos muy importantes.

—Jungkook, une por un segundo las piezas de tu quebrado corazón y explicanos lo que sucedió allí —exigió Jimin la información necesitada para al fin ponerse al día en los acontecimientos.

—Sí ¿desde cuándo se conocen? ¿Qué insinuó con eso de los tulipanes?—cuestionó Seokjin.

—¿Me podrían explicar desde el principio?—agregó Hoseok.

Una lista de preguntas exigía respuestas pero sin duda la mejor opción era empezar desde el inicio; desde aquella tarde gloriosa en la que se convirtió en artista quien expone su mundo interior al yacimiento de su inspiración.

—Y-yo lo conozco desde...hace más de un mes—como era de esperar, los demás ampliaron sus ojos —Él fue a "Love & Flowers" y nada más entrar me escondí tras una canasta de tulipanes. P-por eso comentó ese suceso anteriormente. Mi Noona lo atendió en mi lugar porque él...él seguía ahí con su sonrisa y...y yo me quedé estático...—dijo sacando todo de su interior, comentando con voz apenada tan vergonzoso encuentro para él. Notaba que en su cabeza había sido mágico en comparación a ese presente, en que lo decía con palabras.

—Si, ya veo que es tu hobby hacerte pasar por piedra—bromeó Jimin ignorando el tono de voz del pelinegro, recibiendo de inmediato un codazo en las costillas propinado por su castaño amigo actor, pues lo último que querían en ese preciso instante era un ataque de llanto desbordado de tan preciosos ojos negros.

Jungkook dejó un silencio de por medio, algo afirmativo al comentario de Jimin debido a la forma en que fruncía sus labios, estos, perdían su color cereza. Más tarde debía retocarlos.

—Él pidió un girasol—. continuó —y...mi Noona le dijo que no debía pagarlo porque ya yo lo había hecho...

—¿Lo hiciste?–preguntó ahora Hoseok muy interesado en la historia. Los demás también atendían igual de curiosos como niños a quienes les cuentan cuentos antes de dormir.

—No...fue mi Noona queriendo darme un empujón. Y yo...afirmé lo que dijo. Pero mi Noona no se quedó callada y le dijo que lo pagase volviendo a la florería. Nunca lo hizo. —pasó a bajar su semblante, sintiendo nuevamente aquellos frustrantes sentimientos, en tiempos donde creyó no volver a apreciar unos dorados cabellos—. Tiempo después me enteré de que estudiaba aquí...

—Te dije que ese día lo veía extraño—le recriminó Jimin a Jin con un empujoncito y devolvió su mirada a Jungkook —Cuando le mostramos tu video e hicimos...eh...algunos comentarios que...—detuvo lo que iba a decir por la mirada de ojos penetrantes de el castaño a su lado—...no voy a mencionar, pues él reaccionó algo muy...¿exagerado?

—¿Eh?

—A ver...en resumen, terminó gritando que no le interesaban los chicos.

Y para cuando Jimin concluyó su anécdota, el pelinegro estaba con su cabeza casi entre sus rodillas y con ojos brillantes cual cristales. La verdad no le gustaba recordar ese detalle que los hacían estar a mares de distancia. Entonces Hoseok decidió retomar la historia desde las palabras de Jungkook, no siendo el momento todavía para que el pelinegro estallase en llanto. Muchas cosas requerían aún ser aclaradas.