El chico de las flores • kookv

🌻Capítulo•23

Hola, soy Solé🌻
Recuerden dejar sus comentarios que me ayudan mucho. También para saber si la historia va bien o simplemente para oír sus opiniones. Los sarangeo💛

Cuando las cosas se vuelven tan complicadas, tan difíciles de llevar, el alma pide un descanso. Pide disipar esa nube negra en tu mente y corazón, que no te permite ver al estar tan cargada de cosas que simplemente se encuentran sin una solución a tu alcance; muchas y distintas entre sí, cosas, conflictos en su mayoría, se aglomeran en tu interior. Y la mejor forma de solucionarlas es que tu mente vuelva a esa claridad refrescante, cuando las cosas hallaban una solución.

Taehyung quería tomarse ese merecido descanso para ver las cosas con claridad, y llegar así a un acuerdo con sus sentimientos, tomando al fin una definición para sosllevar sus actos, con ese pelinegro sobre todo, de ahora en adelante. Por eso tomó la vía mas factible: dormir; lo preferido para muchos. Y vaya si ese descanso fue el suficiente para recomponer energías y vaciar la mente. Taehyung cayó prácticamente muerto sobre las sábanas recién lavadas y puestas a secar de su gran cama, no siendo despertado por el más estruendoso ruido hasta que después de más o menos trece horas, la tenue luz de la mañana se posó sobre sus ventanas y se despertó por cuenta propia.

—Mmm...—ronroneó con sus ojos cafés todavía sin saludar un nuevo día.

No parecía tener intenciones de levantarse a pesar de estar completamente cargado de vida. Su despertador no había avisado de su hora para comenzar a alistarse, pero sentía que debía forzarse a hacerlo debido a algo importante, que en ese preciso instante, no atinaba a recordarle su cabecita de cabellos dorados despeinados en todas direcciones. Su rostro de labios abultados se aferraba con ahínco a su moldeable almohada mojada por la baba del bello durmiente. Y qué le iba a hacer; siempre babeaba cualquier lugar donde cayera dormido. A su lado, en una de las mesitas de noche, un tulipán amarillo bendecía su sueño acomodado en un pequeño florero púrpura, algo marchito por el pasar del tiempo; y algo triste como su significado, porque a pesar de ser una flor destinada a sacar sonrisas por su belleza, no había recibido tanta atención por parte del chico a diferencia de las otras flores, hermanas lejanas de florería. Tal vez a ella Taehyung no la conservaría cuando marchitase en su totalidad, en uno de sus cuadernos viejos de música, como hizo con sus otras hermanas.

No pasaron más de cinco minutos para que un extraño tirón de los pantalones de su pijama de seda, lo alertara que debía despertar pronto. Sus ojos se abrieron poco a poco y él gruñó mientras se acomodaba a una lentitud perezosa hasta quedar sentado en la cama, fijando su vista enseguida en el causante de su despertar. El tirón lo había hecho el conejito negro de su hermano, Roshi, quien cuando dejaban libre para alborotar la casa, subía de un salto y se acurrucaba a los pies de Taehyung, y mordía sus pantalones. El conejito tenía un extraño y arraigado amor por él, porque Taehyung no le daba la atención suficiente y sin embargo, lo seguía a todas partes para darle cariñitos. Cuando llegaba Taehyung a casa, el conejo se alborotaba y saltaba de sofá en sofá. Todo eso debía hacerlo con su hermano y no con él. Además de que el aspecto del conejito le daba miedo. Es verdad que no se debe juzgar a un libro por su portada, pero el conejo era negro en su totalidad al igual que sus ojos, y verlo mirándote desde una esquina de la habitación sin moverse, era muy escalofriante.

—Buenos días, Roshi —. le saludó el chico con voz muy grave.

El conejito con sólo escuchar su voz, elevó sus orejitas y movió su nariz. Taehyung sabía lo que iba a hacer. Saltó hacia él para dejarle roces cariñosos con su naricita por todo su rostro. Taehyung acostumbrado, dejaba al conejo hacer lo que quisiera hasta agotarse y caer en su regazo. Pero esta vez la labor del conejito fue dejada a la mitad por la interrupción de unas manos que libraron a Taehyung de Roshi.