CAPITULO 23

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Ana:

La caminata hacia el nuevo campo continuó siendo tan dura cómo desde un principio. “A pesar de todo lo que estoy pasando, sigo siendo feliz en la vida” espero que mi hermana Margot esté bien y no sufriendo tanto como yo.


—Falta poco —le digo a Jenny, mi voz suena sollozando por lo cansada y adolorida —Llegaremos muy pronto.

—Eso espero —Susurra casi muerta, sus pies imagino que están más hinchados de lo normal.

Todo continúa. Una que otras caen a la nieve muertas y luego suena el disparo que cae en sus cabezas proveniente de las pistolas nazis. No permitiré que jenny muera y yo tampoco moriré, no de esta forma, no aquí; no sin antes haber causado un impacto en el mundo. No sin haber conocido algo más que estos simples campos de concentración, no moriré desangrada en la nieve blanca que nos rodea, no quiero que el frío congelé mi sangre y ponga tiesos mis huesos. Necesito el calor de casa para morir tranquila en una vejez, necesito los besos cálidos de mi amor Peter, los abrazos de Pin, las risas sonoras de Margot, no puedo morir aquí.

Llegamos a un campo rodeado por alambres y un tipo de monte color amarillo seco que lo cubre. Muchas hectáreas de distancia y por lo que puedo ver a través del enrejado hay mucha gente aquí adentro.

—¡Bienvenidas a Bergen Belsen!— Todas entramos al nuevo campo, no tan diferente a Birkirnau se siente el mismo ambiente de muerte y no hay nada de vida, no veo vegetación, ningún tipo de plantas ni aves en los cielos, solo personas con un pijama de rayas y muchos muertos en una fosa nasal al lado de la entrada ¿No pueden tan solo disimular que se mata gente en estos lugares? Son tan descarados que hacen las fosas nasales en las entradas del lugar para desde un inicio mostrarle a los que llegan cuál será su destino, Hay muchos cadáveres unos encima de otros.

—No hay chimeneas aquí —Susurra Jenny en mi oido. observando detalladamente el lugar con ojos de ilusión.

—Si, no me había fijado— miro el lugar lleno de barracas alrededor con otros grandes muros de paja que dividen el terreno en muchas partes— No había notado la ausencia de las cámaras de gas.

—Es cierto. ¿Sabes lo que eso significa verdad? —sinceramente no sabia lo que jenny quería decirme ¿Menores posibilidades de morir?

—No. No lo sé, ¿Qué significa?

—Significa que hay menos muertes que en birkirnau. —Es cierto, las cámaras de gas son un espacio tan abierto que pueden asesinar miles de personas en solo horas —¡Tenemos más posibilidades de sobrevivir Ana!

—Así es Jenny  —le respondo a mi amiga que al fin esta sonriente.

Ya dentro del lugar dividen a las trescientas chicas en dos grupos. Jenny y yo quedamos en el mismo grupo, el cual nos separan del resto y nos tiran en un Patio lleno de barro en un gran circulo. Todas sentadas descansando y al fin y al cabo nos dan un plato de sopa sin verduras a cada una.  Visualizo el plato que se nos  asigna con dos dedos de liquido naranja llamado “Sopa” al menos esta caliente y mi cuerpo ya necesitaba recibir un poco de calor, me tomo el primer sorbo hincando la punta del contenedor en mis labios, un sabor a agua salada extraña, encuentro un pequeño trozo de carne flotando en el liquido de mi sopa y me hace sentir feliz, me la tragó gustosa pero enseguida me pongo a pensar ¿Qué tipo de carne es esa? ¿Qué tipo de carne han puesto los nazis en la sopa? Si anteriormente ya nos han dado carne de caballo cruda, no me sorprendería que colocarán algo tan asqueroso cómo carne humana en nuestros alimentos. Sin embargo me da igual y prefiero no pensar más porque podría vomitar lo poco que recibe mi estómago y sería peor.

ANA FRANK EN LOS CAMPOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora