PRÓLOGO

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¿Qué pasaría si siempre lo has tenido todo?

Riqueza infinita a la palma de tu mano. Poder absoluto, capaz de regir ante cualquier individuo. Gente que te aprecia, familia y amigos. Personas a tus pies, bien sea por deseo, respeto o viéndose forzados a hacerlo.

Nunca te llego a faltar absolutamente nada, tu vida era casi como una utopía a ojos de terceros y envidia de otros tantos, dicha de un cuento de hadas que todos o la mayoría desearía alguna vez gozar, mínimo, unos cuantos segundos.

Pues bien, esta, es la vida de Kim Taehyung, próximo en la línea de sucesión al poderío de su Clan, un alfa bueno, sí, pero un tanto arrogante e inexperto al siempre haber sido adulado y consentido desde antes de su nacimiento. Siempre consiguiendo todo lo que deseara, un simple chasquido de sus dedos bastaba para tener a un sin fin de sujetos corriendo de un lado a otro para complacerlo, nadie jamás negándole nada.

Lo que le gustaba, lo obtenía.

Esa frase lo caracterizaba... o bueno, eso es lo que se pensaba antes de aquel inesperado, pero encantador suceso.

En una particular noche de invierno, el mundo monótono de Kim Taehyung, daría un giro de ciento ochenta grados al conocer al omega más bello que alguna vez sus ojos habían tenido el honor de presenciar, tan hermoso como irreal que los propios ángeles pecarían al sentirse celosos de tan inigualable belleza que este encantador joven portaba al haber sido esculpido por la misma Diosa, esta moldeándolo durante largos milenios para crear la perfección hecha persona, convirtiéndolo en su finalización en su bendecida creación.

¿Aquello era amor?

Nadie podría confirmarlo.

¿Se vería correspondido?

Quién sabría.

Al fin y al cabo, todos somos conscientes que todo lo bueno que cae misteriosamente del cielo, siempre trae algo oculto, ¿no es así?

• • •

— Tu cara de ángel ya no me engaña espetó furioso el alfa mientras acorralaba al omega para que no pudiese escapar otra vez de él.

¿En qué momento le di esperanzas? — preguntó contraatacando el omega sin apartar la mirada.

• • •

Eres un demonio hecho omega y eso me trae tan maldita mente loco, Jeon Jungkook — susurró el alfa a escasos centímetros de la boca contraria.

¿Es así? — preguntó de forma irónica el más pequeño, pero con su corazón bombeando a mil por segundo al tener a Taehyung a nada de tocar sus finos labios.

• • •

Si te digo que te amo, créeme — pidió el alfa mientras sostenía con ternura el delicado rostro entre sus manos, lágrimas brotando de los hermosos ojos que tanto amaba admirar.

Tengo miedo, Taehyung

• • •

Kim Taehyung por primera vez en todos estos años que llevaba con vida, descubrirá lo que es no poder poseer algo que anhelaba y el dolor que conllevaría lo que todos consideraban la etapa más hermosa y mágica de la vida, enamorarse.

Oh, ¿quién fue aquel miserable que dijo que el amor era siempre felicidad?

Aquella era la mentira más inhumana.

Tristemente, este último sentir haciéndose casi inexistente al ser comparada con el atroz padecimiento que ninguna persona debería vivir, aquel singular dolor que te destroza el alma en mil pedazos al ser consciente que no puedes y no eres capaz de proteger a la persona que en tu corazón manda por el oscuro pasado que lo perseguía y el cual no desea soltarlo tan fácilmente, esta penumbrosa nube haciendo todo de sí para remarcar su presencia y hacerles saber que, no existe lugar en la tierra donde huir.

¿En qué te has metido pequeño alfa?

Y si como esto no fuera suficiente padecer, luego de todo ese miserable y destructivo sentir de emociones que son capaces de carcomerte a un punto inimaginable y que por seguro ningún mortal debería tan siquiera experimentar, no siendo ni tan siquiera comparados con el insufrible dolor de ser obligado a experimentar la pérdida injustificada de un pedazo de tu alma... llegando a ser intolerable para cualquier corazón.

No obstante, aún pese a todo lo vivido, el alfa seguía estando seguro de algo...

• • •

¿Vale la pena aquel sufrimiento, Kim Taehyung? — le preguntó el más alto.

Claro que sí

• • •

Haría lo que fuera por aquel omega.

Mismo omega que fue capaz de cautivarlo con una simple mirada teniendo como fondo a la brillante luna blanquecina en lo alto del firmamento nocturno, aquel mismo omega que le calentaba el corazón y lo hacía delirar de amor, cometiendo un sinfín de locuras que por nadie antes tan siquiera pensó en cometer... aquel mismo omega que estaba tan destruido física como psicológicamente por culpa de despreciables sujetos que lo forzaron a vivir un tormento que jamás mereció vivir un alma tan pura.

Aquellos que no le dejaron más opción a la hermosa divinidad hecha mortal el verse forzado a sobrevivir aun cuando su cuerpo deseaba dejarse vencer y regresar junto a la entidad que lo creo y la cual lloraba desconsolada cada noche por el sufrimiento de su creación, sintiéndose tan insuficiente como madre por no poder acabar personalmente con su padecer.

No obstante, lo que esta no podía hacer, sí que lo podría el alfa que ella eligió de entre muchos...

Aquel mismo alfa que jamás se rindió y estaba decidido en sanar cada pétalo marchitado de aquella bella flor blanquecina que inmundos tintaron por largos años de líquido carmesí y tuvieron la intención de pisotearla de la forma más atroz por retorcido placer... mismas acciones que serán imperdonables en esta vida como en las siguientes.

Él lo sanaría

Él lo salvaría

Y lo lograría, Taehyung lo haría, se esforzaría para que así fuera y daría todo de sí para devolverle aquella libertad que su amado tanto anhelaba recuperar, pero para desdicha de este último, cada vez que creía obtenerla, el destino concedía, para su desgracia, acto de presencia, obligándolo a ir devuelta a aquel oscuro hoyo del cual muchas veces intentó escapar, mismo destino incierto que no deseaba tan siquiera negociar con respecto a su liberación, ya que a mentalidad de este, Jungkook, no era considerado un ser que la mereciera.

Eran despiadados, cada uno de ellos.

Taehyung lo sabía y aun así, pese a ello, ningún individuo le impediría cumplir con su promesa, inclusive si para ello era necesario saltar a lo más profundo del mismísimo tártaro, quemándose en el transcurso en las características llamas abrasadoras del infierno, seguramente terminando entre las garras del más temido Lucifer, el cual lo torturaría a su gusto morboso por milenios.

Pero por él...

Solo por ese omega de ojos como el mismísimo astro nocturno.

Taehyung saltaría sin pensarlo dos veces.

ANGEL FACE || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora