ANGEL FACE || KTH & JJK

XIV

— Esperaba que tu fueras capaz de responderme esa interrogante

El alfa pelinegro cruzándose de piernas, mostrando una seria pose de autoridad, esta expandiéndose en cada poro de su ser llegando a sorprender al peliblanco que lo observaba a unos cuantos metros con los brazos interceptados en su firme pecho.

La tensión acaparando cada espacio de aquella pulcra oficina imperial que estaba siendo corrompida por ambos alfas encabronados, esta misma solo teniendo el honor de haber sido ocupada por la cabeza de la línea directa del linaje Kim, puesto que ejercieron sus antepasados y ahora era protegido con sumo recelo por el futuro Líder de dicho Clan.

— Es mi parecer... ¿O me estas culpando de todo lo sucedido?

Inquirió tosco el más alto, no apartando en ningún momento los ojos de su menor, pero para su infortunio mayor en el rango de estatus dentro del Clan.

Taehyung levantándose de su asiento con una soberbia característica de su mando que fue adquiriendo por el pasar de los años y el trato que desde siempre gozo. Negando a la interrogante que Namjoon espeto, este no dejando de escanearlo con reproche de pies a cabeza con esos ojos de dragón que eran capaces de doblegar a cualquier individuo, no por nada en sus venas recorría la llamada y anhelada, sangre dorada.

Pero nuevamente por desgracia de este, frente a él no tenía a cualquier individuo y joder, sí que lo sabía muy bien, porque si bien él era capaz de doblegar con su sola basta filosa mirada, Taehyung al presentar por completo la sangre imperial recorriendo por sus venas era capaz de subordinar con su sola sombra, no hacía falta decir tan siquiera su nombre y su presencia sobraba para que cualquiera se la pensara hasta más de doble vez antes de tan solo mirarlo.

Namjoon conocía demasiado bien su puesto en la pirámide del Clan, no hacía falta que absolutamente nadie llegara a recalcárselo.

Gozaba de privilegios superiores a cualquier sujeto común, claro que sí, y todo era gracias a compartir la misma sangre real que la Luna Kim, a la cuál respetaba como su familiar y reina, y le debía todo al haberle dado el honor de coronarlo como la mano derecha de su primogénito desde temprana edad, otorgándole más privilegios que cualquiera de la familia secundaria, Namjoon tenía poder gracias a su sangre y astucia, pero lamentablemente este no era absoluto, jamás lo sería cuando tenía al frente al próximo sucesor de su amada tía, la cual lo acogió como uno más, pero Taehyung era todo un caso aparte, este era intocable, pero no solo por su sangre.

Oh, no, el caso era muy alejado a esa realidad.

Taehyung gozaba del poder que con tanto esmero se pactó por sus antecesores.

Porque la misma Kim Ara días después de su alumbramiento y en presencia de todo el Clan reunidos un día de invierno observando con emoción al nuevo cachorro que debería otorgar su vida por ellos si llegara a presentarse el caso, y fue desde el balcón del palacio Kim con presencia del Líder quien se encargó de presentar con orgullo a su sucesor a su pueblo, estos vitoreando hacia la pequeña criatura el cual fue rápidamente acogido y aceptado, este encargándose de demostrar para el público lo irrefutable, ubicando su pesada palma en el pecho de su nieto junto con sus ojos brillando en un fuerte escarlata y con el anillo del poderío presente, hizo que el llanto del cachorro de tan solo días de nacido reaccionara ante su linaje, dejando en claro que este presentaba sangre real en cada partícula de su pequeño ser.

La gente con esto reverenciando hacia el próximo sucesor que tendrían y estaría dejando el Líder de ese entonces, nacido el treinta de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, y reconocido el cuatro de enero de mil novecientos noventa y seis como el hijo de sangre real de Kim Ara, una omega de la misma línea, hija mayor del Líder, el cual arropó a su nieto y ante miles de personas aseguró a viva voz sin titubear que este en un par de años se convertiría en un alfa y lo dictaminó intocable hasta tan siquiera por la misma divinidad, pacto que nadie objeto y aceptaron con subordinación al futuro sucesor.