XXIX

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— ¡Deténganlo! ¡No permitan que siga avanzando!

Aquel fuerte grito alarmando a un singular alfa, quien se vio obligado a ocultarse lo más rápido que se le fue posible detrás de una columna de cemento, esta rápidamente sufriendo bajas irreparables por la cantidad de disparos que fueron dirigidos en su contra.

Estaba acorralado.

Sin embargo, estos deteniéndose abruptamente ante un nuevo proyectil que tomó lugar en aquella escena, Taehyung ante la sorpresa asomando la mitad de su rostro curioso ante los lamentos escuchados, y fue grata el de dibujar una sonrisa en sus labios al reconocer a su mejor amigo con arma en mano mirando con asco la pila de cadáveres que él había ocasionado, rápidamente ambos jóvenes conectando miradas.

— ¿Qué haces ahí parado? ¡Corre! Yo te cuido las espaldas — incentivo el mayor, mientras que volvía a recargar con nuevas municiones su arma, esta volviendo a ser alzada para disparar a quien se atreviera tan siquiera a estar unos cuantos metros de distancia, llegando a servir aquella actitud amical entre ambos para poder destensar músculos y aliviar su mente — ¡Y Taehyung! ¡Tráeme de vuelta a mi Jungkook, o juro que te cortó las bolas!

Y aquella era una promesa.

Promesa que, si bien podía causar temor en algunos, para Taehyung fue tomado como gracia, asintiendo hacia su amigo, no gozando ni de tiempo para responder de forma verbal, ya que nuevamente pilas de cuerpos sin vida cayeron de forma instantánea en compañía de diversos sonidos del proyectil y de casquillos vaciándose, esto por obra y gracia de su amigo, y llegaba a ser real el hecho de jamás hacer enojar a tal pequeño ser.

Taehyung con la sonrisa en rostro volviendo a retomo su recorrido confiado, dándose libre lujo de golpear repetitivas veces la puerta de madera que le obstruía el paso para poder llegar al sótano, y dicha fue su suerte que ante la fuerza proporcionada terminará cayendo hacía delante golpeándose con furor la barbilla contra el pavimento, suerte que jamás en su vida creyó agradecer ante su torpeza, ya que si no hubiera sido por esta no hubiera logrado esquivar la bala que por poco le rozó la cabeza, siendo gracias a su ubicación actual lo que llegó a favorecerle, disparando desde abajo al hombre a unos metros de distancia, este ante el impacto cayendo de espaldas sin vida.

Todo esto era una locura...

Volviendo a ponerse de pie prosiguió con su recorrido, sus pasos retumbando en armonía en aquel pasillo el cual fue envuelto de disparos y gritos, su diestra levantándose con rapidez ante la presencia de cualquier individuo disparando a matar, pero lamentablemente volviendo a verse obligado a refugiarse tras una pared cuando una gran cantidad guardias, que sabrá la Diosa por donde habrán salido, lo acorralaron y el alfa estaba perdiendo la paciencia.

Váyanse todos al infierno.

Su palma, de forma instintiva, no dudando en ir en busca de aquella granada en su cinturón, sacando esta con rapidez para quitarle el seguro y en cuestión de segundos lanzarla hacía sus enemigos para posteriormente volver a cubrirse, y oh diosa, fue abrupto el destino desconsolador de estos seres que terminaron cayendo sin vida luego de la fuerte explosión, uno en uno abandonando aquel mundo, ya bien sea con sus cuerpos pulverizados o descuartizados, ¿qué más daba? el cometido ya estaba hecho y aquel pasillo, que si bien se tinto de sangre y escombros, estaba despejado.

Y aquello era lo que buscaba.

Ante el ya desolado camino, su andar volviéndose a iniciar, corriendo con frenesí hacía aquella puerta que divisaba, a la ya no tan lejanía, y fue glorioso como su corazón comenzó a bombear con fuerza distinguir el delicado olor a jazmín de entre tanto olor putrefacto, siendo inevitable el de dejar volar su imaginación con emoción en la tan fugaz idea de volver a tener a su omega entre sus brazos, su mente y corazón no deseando algo más que aquello, por ende su acelerar fue indudable, sus palmas empujando con fuerza aquella pesada puerta de hierro en su delante.

ANGEL FACE || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora