XVIII

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— ¿Cómo van las cosas por su Clan? ¿O aún no ha logrado acostumbrarse al nuevo estilo de vida ?

Soltó con tono burlesco el menor, chillando en alto cuando el alfa lo sostuvo entre sus brazos empezando a hacerle cosquillas en castigo.

Esto no lo tenía planeado.

— Estás confianzudo esta noche — espetó el alfa, subiéndose encima del cuerpo ya recostado de su menor sobre el verde césped.

Jungkook retorciéndose como lombriz por el pasto y todo gracias a los endemoniados dedos en sus costillas que no le otorgaban ni tan siquiera el más mínimo tiempo en respirar de la forma correcta. Y el menor jura que fue sin querer el rodillazo que termino cayendo en el estómago del alfa, quien ante el dolor se dejó caer tieso hacía un costado, este quejándose a viva voz siendo ahora él el que se retorcía del padecimiento mientras se sostenía con fuerza el área afectada.

Eso debió doler.

— ¡Tiempo!... fuera — exhaló como pudo Taehyung al haberse quedado sin aire en los pulmones, sus rasgados ojos soltando diminutas lágrimas — ¿Cuál fue el mal que yo te hice para merecer esto?

Pero que descarado.

— ¡Usted comenzó!

Se defendió el omega, el cual tenía sus mejillas tintadas de un fuerte rosa ante la falta de aire que padeció hace unos instantes, Jungkook sentándose sobre sus talones para mirar de forma correcta al mayor, llegando a sentirse un tantito culpable, no dudando en pasar su palma donde lo golpeó para dejar pequeñas caricias en disculpa.

Y en aquella noche de primavera donde las flores antes marchitas por el invierno renacían con temples y donde el ambiente cálido era una caricia para las pieles tersas que se encontraban jugueteando nuevamente entre los jardines del palacio Jeon a sombras de todos, dos almas juveniles se envolvían del calor ajeno al tanto sus partes animales y humanas viéndose acostumbradas al rutinario momento. Ya habiendo pasado exactamente tres meses desde la asunción del Líder Kim y un mes desde la del Líder Min, estos jóvenes alfas coronándose como cabezas de sus respectivos Clanes.

Tres meses desde que Taehyung se propuso el cortejar indirectamente al omega pelicastaño para no llegar a asustarlo, trayéndole un sin fin de obsequios a todos sus encuentros los cuales Jungkook recibía gustoso. Tanto así era como el caso de aquella noche donde el alfa aglomeró esta vez al menor de un llamativo ramo de rosas rojas que seguramente Soobin, más tarde, se encargaría de ingresar a escondidas aquel regalo hasta la alcoba del príncipe.

Este último mencionado, estos últimos meses habiendo sido su mejor ayuda para poder conllevar estos encuentros sin que nadie, ni siquiera el mismísimo Líder Jeon se percatará de su ingreso.

Y Taehyung le debía mucho.

— ¿Te he dicho lo bonito que te ves esta noche?

Inquirió juguetón el mayor, volviendo a tomar lugar encima del cuerpo que anteriormente se recostó boca arriba para ser capaz de observar el firmamento en aquella noche donde no había ni por asomo una sola nube.

El alfa quedándose embelesado ante la hermosa vista que estaba siendo deleite, el pelicastaño viéndose tan bonito como siempre con aquellos largos mechones dorados que caían con recelo llegando a tapar su vista, esta melena habiendo crecido demasiado estos últimos meses, tanto así que el menor con facilidad podía amarrarse las castañas hebras en una baja coleta. Y Taehyung podía afirmar que Jungkook era el primer chico que conocía que le quedaba de maravilla este estilo de cabello.

Es demasiado guapo.

Jungkook soltando una tierna risilla en vergüenza al ser observado y adulado cuando ni siquiera se había tomado el tiempo de arreglarse correctamente al ganarle la emoción, girando el rostro hacia un costado al hallarse abochornado de tener el varonil rostro de su mayor a centímetros del suyo.

ANGEL FACE || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora