Cuatro meses después:
Oh, bendecidas divinidades que van más allá siendo totalmente incomprendidas para la corta y reducida mentalidad del ser humano.
Benditas sean, las cuales nos cuidan, regocijan y premian sin buscar nada malicioso a cambio.
Y de aquella misma forma...
Benditas sean las almas corrompidas injustamente por pecadores, benditas y salvaguardadas sean aquellas que prevalecieron miedos y horrores sin rendirse en el transcurso, logrando comprender que todo tiene un significado, no siempre siendo moralmente aceptable para el resto, pero siempre todo tenía un significado de trasfondo... oh, benditas sean porque en algún momento de la vida serían premiadas.
¿No me crees?
Tan solo hace falta apreciar como en este mismo momento, más allá de nuestra perspectiva humana, el destino y la luna en el alto firmamento, en conjunto coincidieron en apiadarse y empatizar con aquella corrompida divinidad de carne y hueso que lloraba solitario entre sus mantas aquella puesta de sol, sus hermosos ojos bicolor resplandeciendo con petulancia mientras que refugiaba con anhelo su plano vientre.
Era devastador...
Hasta para su extensa conciencia divina.
Ambos seres de luz moviendo aquellas ramificaciones y pliegues antes marchitos para poder ser capaces de traer de vuelta aquella pequeña y pura alma que aún no había sido llevada hacía el más allá, al haber estado siendo protegida entre las faldas de la Diosa, esta tan solo esperando aquel momento preciso para poder alegrar nuevamente los días de su hermosa creación.
Calma mi pequeña luna, calma.
Aguarda un poco más.
Madre te devolverá aquella luz que tanto anhelas en tu vida.
Y fue como en cada noche estrellada donde la luna bajaba del extenso firmamento con el único propósito de visitar a su retoño, solo que esta vez, y muy a diferencia de las anteriores, se encontraba siendo acompañada por una pequeña luz blanquecina rondando junto a ella con frenesí, y era tan similar aquella escena, tan, pero tan similar y cálida...
La mujer dándose la confianza de tomar asiento en el pequeño espacio que sobraba en la cama junto al pelicastaño omega, concediéndose el tiempo de acariciar sus bonitas facciones que durante estos largos meses se habían marcado e intensificado por la buena vida que estaba gozando junto al alfa que le juró amor eterno.
Se veía hermoso...
Tomándola por sorpresa cuando un brazo acanelado se escabulló sobre la cintura de su hijo, mismo quien ni se inmutó, es más, este ronroneando gustoso pegándose al cuerpo tras él. La mujer sonriendo tenuemente al percatarse de lo sobre protector, aún entre sueños, que podía llegar a ser aquel alfa de tez canela y hebras pelinegras, este tomándose el descaro de ocultar su varonil rostro en el cuello del omega quien pareció disfrutar el tacto al dar, nuevamente, otro bajo ronroneo con una mediana sonrisa, y la luna se sintió dichosa.
Tan dichosa.
Había sido capaz de hacerlo feliz...
Todos sus esfuerzos valieron la pena.
Sin embargo, solo faltaba algo y podría descansar tranquila, algo pequeño, tan pequeñito, el cual no le costaría nada en otorgar ya en estos momentos.
Más aún si era para su cachorro.
La mujer extendiendo su delicada palma sobre el aire, recibiendo gustosa el parar sobre esta, aquella diminuta luz brillante y juguetona, la bonita sonrisa entre sus labios reflejando lo segura que se encontraba de su próximo actuar, no dudando en acariciar por última vez aquella pura entidad que permaneció largos meses bajo su cuidado.
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ANGEL FACE || KTH & JJK
Fanfiction❝Eres un demonio hecho omega y eso me trae tan maldita mente loco, Jeon Jungkook❞ ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ ⊹ ⊱ ☾ ⊰ ⊹ ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ ¿Conoces la leyenda del hijo de la luna? Aquella hermosa criatura divina de piel albina y cabellos castaños concebido por una muj...