XXIV

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¿¡Dónde está!? ¿¡Dónde la has estado manteniendo oculta todo este tiempo!? — gritó enfurecido Junghyun con sus imponentes iris brillando en turquesa, su puño yendo a parar directo hacía el rostro de su padre quien rugió adolorido ante el golpe seco en su quijada cayendo rendido en el frío pavimento — ¡Dime dónde demonios ocultaste a Seohyung, Hyunbin!

Esto recién estaba en sus inicios.

La tétrica carcajada del alfa mayor acaparando lugar en aquella celda subterránea donde ni el más mísero resplandor del astro solar era capaz de llegar, esta particular risotada causando el temblar de los pocos guardias quienes eran espectadores de tal masacre. La única excepción, siendo ambos Líderes que se encontraban observando con el enojo a tope en sus facciones al alfa mayor que intentaba levantarse, pero para estos momentos ya estándole pasando factura los consecutivos golpes que recibió sin ningún miramiento a tan solo segundos de que los barrotes frente a él se abrieran.

¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que su cuerpo fue acogido entre suaves telas?

Ya ni se acordaba.

— Lo halló... ¿no es así? — habló con pesadez el más viejo, limpiándose con su antebrazo toda su boca ensangrentada, torciendo el gesto cuando la herida abierta le ardió hasta en el alma. Maldito seas Junghyun... — Cumplió con lo que se propuso. Já. Me lo esperaba. Siempre a sido demasiado testaruda para llegar a olvidar la existencia de uno de sus tantos juguetitos

Junghyun ya harto de tanta estupidez flexionando ambas piernas para poder quedar a la misma altura de su padre quien apoyaba su peso en ambas palmas y rodillas, no vacilando ni un segundo en sostener con violencia las hebras canosas de este, arremetiendo con total brutalidad su cabeza contra la pared más cercana la cual creó un ruido sordo, su primogénito obligándolo a conectar miradas.

Te recuerdo que de quien te estás refiriendo es de mi hermano, Hyunbin — los iris del Líder Jeon brillando de forma tan esplendorosa que ocasionó que los guardias a su merced bajaran la cabeza ante su autoridad — Piensa detenidamente cada asquerosa palabra que salga de tu repugnante boca o te cortaré la lengua

— Pero si yo no he espetado vocablo alguno para ofenderlo... Hijo

La calmada entonación logrando hacer que el joven respirara pesado ante aquel particular honorífico que Hyunbin jamás utilizó para referirse a él.

¿Cuántas veces deseo ser llamado así en lugar de tener que recibir un golpe o una reprimenda?

¿Cuántas veces deseo tener una vida normal?...

No importaba, ya no, no debía flaquear, más aún cuando la mirada contraria oscureció tan de repente como tantos años pasados lo hizo, esto solo haciéndole recordar la cruda realidad que le tocó vivir... el hombre frente a él jamás cambiará.

— No hace falta denigrar a un omega por el cual ya se le conoce la procedencia — escupió con asco, burlándose de la desconsolada mirada que se posó en los ojos de su primogénito.

Jamás cambiará...

Y Junghyun no supo comprender porque si ya era conocedor en carne propia de aquel detalle, le seguía doliendo como la primera vez. El similar dolor en su corazón trayéndole entre sus recuerdos de su primera plegaria a la Diosa por su ayuda... el recuerdo de como un infante irrumpió con un desgarrador llanto el sepulcral silencio del palacio Jeon, todo gracias a que su padre lo arrebató por primera vez de los brazos de su madre a tan solo cuatro años de edad para comenzar a adiestrarlo tanto en forma física como psicológica de cómo debía ser un alfa de linaje real, esto solamente repitiéndose día tras día, jamás teniendo descanso.

ANGEL FACE || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora