XI

7.3K 697 249
                                    

¿Estaba nervioso?

Joder, sin duda alguna.

Como demonios se suponía que debía sentirse cuando se hallaba frente a la enorme puerta color blanquecina de la mansión Jeon, estático en su lugar hace no sabe cuántos segundos, o tal vez minutos, quien sabrá en realidad, el alfa solamente sabía con certeza que había llegado hasta el extremo de haber perdido la noción del tiempo.

Oh, pero para su desgracia la gente a su alrededor sí que no la había perdido, estos se encontraban atentos a cualquier mínimo movimiento que realizara el joven heredero a la corona del Clan Kim, centrados en este más que en sus respectivos trabajos, ganándoles la curiosidad al no poder comprender por qué este ya habiendo bajado de su automóvil hace unos diez largos minutos con una radiante sonrisa en sus facciones se había quedado estático sin mover un mísero músculo cuando sus pies pisaron la dichosa entrada, mirando con extremo pavor el inofensivo y deslumbrante timbre que lo ayudaría hacer saber de su llegada a la familia real.

Los guardias no comprendían cabe mencionar, pero no espetaron palabra alguna ante el inusual comportamiento de este, siendo que entre sus labores no se encontraban ser psicólogos de alguno de los integrantes de la nobleza, centrándose nuevamente cada uno en su ocupación. A excepción de uno. El mismo alfa canoso que minutos atrás se había cerciorado personalmente de reconocer la identidad del individuo dentro del lujoso automóvil que deseaba ingresar, cediéndole el paso al instante al caer quien era este.

Por ello no dudando ni un instante al ver como el mismo muchacho de tan solo veinte años se encontraba en un enfrentamiento mental en si tocar el timbre o no, el viejo alfa se decidió en brindarle una pequeña ayuda, sacando sin problema su dispositivo móvil de su bolsillo trasero marcando el contacto que cualquier servidor de la realeza debía tener por precaución y obligación si ocurrían este tipo de casos.

Llevándose el artefacto a la oreja cuando la llamada rápidamente fue aceptada por la parte contraria y al minuto siguiente siendo terminada, con esto realizado por fin dándose la vuelta para seguir con su deber del cuidado de la entrada exterior, sintiendo un peso menos de encima cuando reconoció haber logrado hacer lo correcto entre sus capacidades permitidas. No podía dejar a la deriva a un joven con los nervios a su máximo esplendor con un ramo de flores esperando en la entrada, no era tan cruel para hacer aquello.

Por otro lado, Taehyung al estar distante a lo que sucedía a su alrededor sintió como su corazón dejo de bombearle cuando la puerta a la que él estaba en frente se abrió con una rapidez inhumana, el alfa soltando el aire retenido de golpe cuando cayó en cuenta que esta no era la persona por la cual estuvo sudando frío momentos atrás.

— Soobin — saludo nervioso el joven, mirando de soslayo tras este buscando una pequeña presencia.

— Su alteza, pero ¿qué hace ahí parado? Ingrese por favor

Pidió, el beta haciéndose hacia un costado incitando al de mayor estatus que ingresara de una vez por todas a la vivienda, no habiéndosele ido aún el sentimiento de confusión que presento luego de haber recibido aquella llamada del jefe de seguridad.

El beta guiando con apuro al alfa hasta el living y con una rápida venía a la servidumbre pidiéndoles su retiro del lugar, estos obedeciendo en silencio sin chistar solo otorgando una corta reverencia hacia el príncipe el cual acepto gustoso cada una de ellas.

— Nuestro príncipe y Líder en unos momentos vendrán a su encuentro. Le pido ser paciente y ponerse cómodo hasta ese momento, su alteza — notificó, sintiéndose compasivo cuando presencio como los colores del rostro contrario palidecieron ante el segundo nombrado, su agarre intensificándose sin querer en el bellísimo ramo de jazmines y gardenias que era sostenido por su zurda titubeante — Si me disculpa iré hacerles saber sobre su reciente llegada

ANGEL FACE || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora