Capítulo 26: Jaula De Oro.

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Ando feliz porque llegamos a las 2k de lecturas. Jamás pensé que llegaría tan lejos 😔👌. Esto solo me motiva a hacerlo mejor para que sigan disfrutando de esta historia.

La paz tranquila de su oficina había sido perturbada por la visita de Boscha. Willow le había repetido varias veces durante los últimos cinco minutos que se marchara porque no quería hablar con ella, sin embargo, se había resistido a irse y ahora esperaba sentada frente a Park que quisiera hablar con ella.

—¿No vas a irte? —preguntó Willow.

—No hasta que hablemos —contestó altanera—. Fui a Italia a buscarte más de una vez y jamás te encontré. Cuando supe que estabas en Londres pensé que sería más fácil verte, pero solo has estado evitándome e ignorando mis llamadas.

—No se necesita ser muy inteligente para deducir después de todo eso que alguien no quiere volver a verte en su vida —comentó Willow en un tono frío.

—Si no quisieras verme ya hubieras llamado a seguridad desde que llegué para que me sacaran de aquí inmediatamente —atacó Boscha.

—A veces puedes elegir entre ser amable o mandar a la mierda a alguien —contratacó Willow—. Afortunadamente para ti, estoy siendo amable. Vete antes de que te mande a la mierda.

—Tendrás que llamar a seguridad después de hacerlo porque no pienso irme —respondió Boscha.

Park se levantó de su silla notablemente fastidiada, caminó hacia el mueble donde había una jarra de agua y vasos sobre él, quería beber un poco para calmar su enojo. Para su mala suerte, Boscha la siguió.
Willow tomó la jarra de vidrió y sirvió el contenido dentro de un vaso. West observó como una gota en la punta de la jarra cayó sobre el mueble comenzando a quemar la madera del mismo. La chica de lentes estaba por beber del vaso sin embargo, Boscha evitó que lo hiciera cuando lo tiró al suelo. El vaso se rompió en pedazos por el impacto.

—¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Por qué hiciste eso?! —reclamó Willow notablemente enojada.

—Mira —dijo Boscha apuntando hacia dónde se encontraba el vaso en pedazos.

Park no podía creer lo que veía, la supuesta agua estaba quemando la alfombra de la oficina mientras desprendía un poco de humo blanco. Miró la jarra y a su cristalino contenido, se acercó a ella y detectó de inmediato el olor a ácido.

—Alguien intentó matarte.

.

Una mansión increíble ubicada en la privacidad de la nada y la tranquilidad de la soledad. Acabados majestuosos guardando detrás de ellos la elegancia y la antigüedad de cada habitación que fue construida con cada año de esfuerzo y fortuna de muchas generaciones de una misma familia. Un palacio para vivir el exilio al que sus semejantes los habían condenado. Una jaula de oro para ambos. El hombre alto, pálido y de ojos cansados caminó por la casa después de haber regresado de pescar. Sus pasos eran pesados por el agotamiento de haber pasado fuera de su casa gran parte del día. Sentía el peso de los años sobre su espalda y pensaba en ellos mientras caminaba por los pasillos. El acostumbrado sonido de la taza de té y la radio en un tono bajo, le alertó de la presencia de su esposa en la sala.

—Alador —lo llamó la mujer en cuanto lo vio—. Querido, tenemos buenas noticias.

—¿Cuáles son? —preguntó Alador más por costumbre que por interés mientras se dirigía a servirse un vaso de Whisky.

—He encontrado a Evelyn —comentó su esposa con una sonrisa extraña—. Intentó ocultarse, pero como lo supuse desde el principio, no es muy inteligente para huir.

Capital Letters (LUMITY) AU | EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora