Capítulo 41: Burbujas.

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La primera noche en la casa de la teniente fue extraña para la chica de lentes. No podía ignorar el hecho de que su pasado dormía en la habitación de al lado mientras ella intentaba conciliar el sueño lidiando con los recuerdos y sus deseos de desenterrar el tema que tanto había evitado. Se levantó de la cama y caminó hasta el escritorio donde acomodó horas antes sus pertenencias, buscó entre los cajones del mueble una vieja fotografía dentro de un sobre amarillento por el paso del tiempo. Observó con claridad la imagen frente a sus ojos, la mujer mayor junto a una chica más joven mientras ambas se miraban con ternura. La mujer mayor era su abuela y la chica joven, Boscha.

Las memorias de Park viajaron a Italia, en el invierno en que murió su abuela y ella fue a recoger sus pertenencias a la casa de descanso que su familia tenía en el país. No fue grande su sorpresa al encontrar las herramientas de su abuela para esculpir, pero si la fue cuando entre sus cosas descubrió fotografías, poemas y cartas que la vinculaban con una de sus aprendices, Boscha West.

La mañana llegó con el sol entrando por las ventanas llenando la habitación de la cálida luminosidad de la mañana. Tomó su bata dispuesta a caminar por la casa para disipar las nubes de emociones confusas. Salió de su habitación y avanzó hasta la sala de la casa, los ruidos en el cuarto la hicieron detenerse y observar desde el arco de la entrada a un joven recoger algunas cosas del sofá y de la mesa de café. El tipo rubio se detuvo al sentir su presencia y la miró de reojo.

—Supongo que debes de ser una de esas chicas que mi hermana suele traer a la casa —dijo sin mirarla.

—¿Disculpe? —Park se ofendió.

—Ah, no importa —la volteó a ver—. No tiene que darme explicaciones.

Hunter caminó en su dirección y pasó a su lado.

—Espero que hayan tenido una buena noche juntas —dijo antes de irse—. Ah, dile a mi hermana que no volveré en un par de días.

Hunter se fue sin decir nada más dejando en la sala a Willow desconcertada. Park pensó que Hunter iba de regreso por las pisadas que escuchó aproximándose, pero su deducción fue errónea.

—Buenos días, Willow —saludó West en cuanto las vio—. ¿Dormiste bien?

—Claro —respondió sin mucho interés—. Me encontré a tu hermano al despertar.

—¿Hunter? —Willow asintió—. ¿Te dijo algo?

—Sí, me dijo que te dijera que no estará por aquí durante algunos días —contestó—, después de confundirme con una de las chicas que traes a tu casa para "divertirte".

Boscha sintió la tensión del momento y la incomodidad apoderándose de su alrededor.

—Oh —respondió sin saber que más decir—. Lamento la confusión, ignora a mi hermano, está un poco loco.

—Okay —respondió Willow restándole importancia—. Iré a desayunar.

Sin decir más Park se alejó de Boscha. West sintió una sensación extraña en su cuerpo cuando la vio irse en el acostumbrado modo frío en que la trataba.

—Perfecto —se dijo a sí misma—. Ya jodiste todo, Boscha.

.

Las gotas de agua escurrían a las orillas de la tina blanca. El agua mezclada con las burbujas del jabón y sales de baño hicieron que el agua cristalina tuviera un color diferente que cubrió por completo su desnudez. El nivel del agua le llegaba hasta las clavículas dejando descubiertos parte de sus hombros. Sus músculos se relajaron dentro de la tina mientras que el vapor caliente abrió sus fosas nasales. Ella cerró sus ojos y disfrutó de la relajación que le otorgaba el silencio de la casa y el calor del agua.

Capital Letters (LUMITY) AU | EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora