Capital Letters (LUMITY) AU | Editando

Capítulo 11: Nuevos Horizontes.

Amity terminó de bajar sus pertenencias, se despidió del chófer y se adentró al aeropuerto intentando pasar desapercibida. Miró la pantalla de su celular leyendo las instrucciones que Gus le había dado para llegar al punto de reunión. Guardó su teléfono en su bolsillo y miró a su alrededor intentando divisar entre toda la gente a su amigo y representante.

—Amity —escuchó una voz decir su nombre en un tono bajo.

Inmediatamente se giró encontrándose a Augustus con tres vasos de café y una sonrisa.

—Pensé que llegarías tarde —dijo comenzando a caminar ayudándola a llevar su equipaje.

—Que poca fe me tienes, Porter —respondió con diversión.

—En realidad, supuse que Edric y Emira te detendrían —admitió con sinceridad.

—No, hasta me pareció extraño que no lo hicieran. Incluso le dijeron al chófer que me trajera.

Amity prestó más atención a los vasos de café que su amigo sostenía. Él no llevaba equipaje y se preguntaba si lo había dejado en alguna parte y si alguien los iba a acompañar.

—¿Y eso? —dijo Amity apuntando con la mirada al tercer vaso—. ¿No dijiste que ibas a dejar de tomar tanta cafeína?

—No es para mí —dijo con una sonrisa que Amity no comprendió—. Te tengo una sorpresa.

Caminaron algunos pasos más y se adentraron a una sala de espera privada con muy pocos pasajeros esperando, probablemente, sus vuelos privados. El bullicio de la gente había quedado atrás a cada paso que daban. Una cabellera castaña se pudo divisar mientras se acercaban al sofá donde esa persona esperaba sentada.
Amity pudo reconocer de quien se trataba en cuanto la tuvieron lo suficientemente cerca.

—Ella es tu sorpresa.

Luz miró a Amity y le sonrió inmediatamente al mismo tiempo en que se levantaba de su asiento y se acercaba para saludarla. Amity miró a Gus sorprendida y él solamente alzó los hombros.

—Señorita Blight —dijo Luz.

—Es bueno verla de nuevo, Noceda —dijo Amity con amabilidad—. Me alegro de que haya podido acompañarnos hoy.

—Si bueno... Gus trató de convencerme durante una hora —respondió tocando su nuca con nerviosismo.

Amity río y miró a Gus quien les daba un vaso de café a cada una. Porter se sentía orgulloso de haber logrado su objetivo.

—Sin el apoyo de las tías de Luz, jamás habría podido hacerlo —admitió tomando asiento—. Ah, olvidé decirles que uno de los pilotos está un poco retrasado, pero llegará pronto.

—¿Quién es el otro piloto? —Amity preguntó.

—Me ofende la pregunta, Amity —respondió fingiendo molestia—. No tomé clases de aviación durante cuatro años para nunca hacer uso de ellas.

—¡¿Eres Piloto?! —dijo Luz sorprendida.

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El Jet de la familia Blight era tan impresionante como sus propios dueños. O al menos eso pensó Luz cuando lo abordó junto con Gus y Amity. El pequeño avión de color negro brillante era cómodo y elegante por dentro revestido con asientos de cuero de color café.

—Tomé asiento, señorita Noceda —dijo Amity pidiéndole que se sentará frente a ella.

Una azafata se acercó a ambas y tomó sus equipajes para acomodarlos mientras ellas se ponían cómodas una frente a la otra en los asientos. Luz había tomado un par de libros para el viaje por si llegaba aburrirse, cuando estaba a punto de comenzar a leer fue interrumpida por Gus.