Roto.

Capitulo 1.

Lily y James habían tenido al niño más hermoso que sus ojos habían visto.

Porque eso era lo que su pequeño hijo era, el regalo más precioso que la vida pudo darles. Ninguno podría describir la magia dentro de ellos al ver aquellos electrizantes ojos verdes, aquellos pequeños hoyuelos en sus regordetas mejillas, su cabello castaño con pequeños rulos despeinados, sus manitas alcanzarles, y sus pequeñas risas llenar su corazón.

Amaban a Harry, tan lindo, el más pequeño de la familia, quien viajaba de brazos en brazos incluso si desearían que permaneciera para ellos por siempre.

Y cada uno de ellos se encargaría de que nada le faltara al pequeño Potter, porque Harry sería tan feliz como ellos pudieran lograr que lo fuera.

Harry merecía todo lo hermoso del mundo entero, y entre mas crecía, más se daban cuenta de ello.

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Harry soltó una pequeña risita desde su lugar, observando con ojos curiosos a todos los adultos junto a él y gateando con fuerza en un intento por alcanzar alguno.

— Da-da — Ríe el chico, cayendo sobre su pecho en un mal agarre, mirando hacia ambos lados antes de levantarse obstinadamente, siguiendo con su camino — Pi-i — Golpeó con su manita el zapato de uno de ellos, mirando con atención el pantalón de mezclilla en la espera.

Un par de brazos le toman con suavidad antes de que pueda darse cuenta, haciendo que cierre los ojos con fuerza mientras se aferra a la camiseta de este, riendo contento.

— Uh, un pequeño me ha interceptado — Peter murmura colocando a Harry sobre su cadera, riendo con suavidad ante la manera de este de tomarle de las mejillas entre risas contentas — Sigo objetando que debimos ser los padrinos y no Sirius y Marlene — Se queja mirando a su pareja, quien ya le estaba mirando.

— Por supuesto que debimos — Barty apoya saludando a Harry en un agarre formal que hace reír aún más al ojiverde — ¡Solo míralo! ¡Nos ama más que a ese par! — Señala "discretamente" a Sirius y Marlene, quienes hablaban con Regulus y Severus y giraron a verles de inmediato.

— ¡Escuchamos eso! — Marlene les señala antes de volver a la plática, segura del amor que Harry tenía por ella.

Sin embargo Sirius, inconforme camina hasta ellos, dispuesto a demostrar que se equivocaban.
Este intenta tomar en brazos a su ahijado, quien ladea la cabeza viéndole extrañado antes de volver a mirar a Peter y recargarse en su hombro.

La decisión había sido tomada.

— ¡Hey! ¡Eso es horrible pequeño! — Le señala con falso dolor, girando hacia James y avanzando hasta este, quien le veía divertido y consoló con suavidad.

— ¿Sabes? Mi aporte es que cuando tengamos nuestro propio hijo no pongamos a ninguno de esos inútiles de padrino — Sonríe Barty antes de besar sus labios con suavidad — Bella y Lucius podrían hacerlo perfectamente y nadie saldría herido — Intenta sonar casual, incluso si los labios de Peter se fruncen en un claro disgusto — ¿Que? — Barty cuestiona.

— Bella está loca — Murmura meciendo al pequeño Harry, quien jugaba con el cuello de su camisa.

— ¡Todos los Black lo están! — Argumenta Barty, saltando ante el impacto de un hechizo sobre su trasero — Excepto tú Reg, eres mi mejor amigo y el único Black cuerdo — Sonríe tensamente antes de sobar el área lastimada, sintiendo el ardor incrementar con el paso de los segundos.