Roto.

Capitulo 26.

Toda la familia se encontraba en absoluta tensión, caminando de un lado para otro, en el silencio que gobernaba el área mientras intentaban tranquilizarse.

Sobraba decir que no servía de mucho.

Todos se encontraban allí, no importaba si tenían trabajo pendiente, escuela, o si estaban con un embarazo y las emociones fuertes eran perjudiciales.

Eso era lo de menos. Todos necesitaban estar allí.

Era el momento decisivo, lo que sucediera en las próximas horas dictaría el futuro del joven Potter, quien para ese punto ya debería encontrarse intentando sobrevivir.

Merlin, ellos estaban a nada de un colapso, porque en el momento en que alguien saliera por aquella gran puerta todo se sabría.

Perder o ganar, todo o nada, vivir o morir.

Harry era fuerte y había soportado muchas cosas pero ¿esquivaría la muerte de esa manera? ¿Podría soportar tal cantidad de dolor sin quebrarse a sí mismo?

Ellos esperaban que si, tenía que ser así.

Porque si no pasaba...

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Ellos no saben lo que sucede, solo pueden sentir un ligero cosquilleo, como todo comenzaba a desmoronarse, se sentían tensos y atrapados bajo una capa de magia densa y asfixiante.

Y sabían de quien provenía.

El chico estaba reaccionando al ritual y los hechizos, sin embargo lo hacía negativamente. Su magia les estaba atrapando, buscando escapar y evitar que interfieran en lo que la mantenía con una limitación. Defendiéndose de lo que estaba intentando entrar en ella, en el núcleo.

Probablemente debieron asegurarse de conocer los límites (o la falta de ellos) de la magia del chico antes de comenzar. Porque era más de lo que podían manejar.

Mucho más.

Todo objeto se encontraba temblando al compás del joven, y estaban seguros de que si fueran lo suficientemente sensibles a la magia podrían verla en olas fuertes impactando contra sus cuerpos de forma intimidante.

Tanta magia podría ser de ayuda, solo si lograban usarla a su favor.

El grupo se detiene apenas un segundo, un solo segundo antes de que todo explote junto a las esperanzas de poder usar aquello para beneficio del joven, sin poder prevenir el estallido que los manda lejos segundos después.

Los cuerpos impactan contra las paredes de la habitación, las cuales para su fortuna contaban con un encantamiento que evitaba pudieran lesionarse con ellas, en caso de emergencias. Sin embargo, eso era lo que menos importaba.

Un grito de dolor abandona al joven en la camilla por un par de segundos mientras el resto se incorpora, acercándose lo más rápido que pueden antes de que todo se convierta en silencio.

Un horrible silencio, porque si el chico se encontraba callado cuando soportaba tal dolor no podía ser bueno.

Su núcleo se había desestabilizado, y con ello el verdadero caos había comenzado.

Claro, eso era poco, ya que no es hasta que Harry cierra los ojos que el grupo de medimagos finalmente enloquece, porque el chico debía estar consciente, lo necesitaban consciente.

Porque nada les garantizaba que podrían despertarlo después.

Regulus era un mago experimentado, había pasado años viajando y estudiando lo que le apasionaba, pocas veces cometía errores y siempre sabía que hacer. Pero ahí, con Harry como su paciente se congelo, incapaz de poder procesar la situación y decidir qué hacer.

Estaba entrando en pánico.

Su corazón latía con fuerza y sus manos comenzaron a temblar, no podía perder a Harry. No quería perder a Harry.

Inconscientemente comenzó a liberar su magia, intentando alcanzar la del chico. Tal como había estado haciendo esos últimos meses. Poco tiempo le tomó darse cuenta de que era inútil, la magia del contrario se encontraba tan débil y descontrolada que no respondía a la suya.

Necesitaba concentrarse o en realidad, tal vez necesitaba salir de ahí.

Tenían razón, no era lo suficientemente fuerte para estar junto a Harry por más que hubiera insistido que lo sería. No era tan fuerte como para verle sufrir sin poder evitarlo.

Tal vez debería salir, o tal vez debería concentrarse como el maldito hombre que se suponía era y hacer todo lo posible por mantener a su pareja con vida.

Las varitas estaban alzadas, las pociones humeaban, la magia era fuerte dentro de la habitación, y aún así nada estaba seguro.

Eran los rituales más fuertes que habían podido encontrar, los hechizos perfeccionados. Si Harry no sobrevivía con eso, no lo haría con nada.

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Si Harry moría todos quedarían destrozados. Ninguno volvería a ser el mismo.

Sin Harry nada sería igual. La casa Potter permanecería en mayor silencio, y las vacaciones serían aburridas y dolorosas.

Si Harry no sobrevivía James no lo haría tampoco, no soportaría su muerte. Y Lily enloquecería. Merlin, Lily no podría continuar sin el joven. Ninguno podría hacerlo.

Nadie sabía cómo reaccionaría Draco al perder a su otra mitad, su primo y compañero desde pañales, aquel que siempre estuvo para el. Theo no sólo tenía miedo de perder a uno de sus mejores amigos, si no también a su novio si algo salía mal.

Elijah lloraría noches enteras y se cerraría en si mismo. Marlene y Sirius entrarían en etapa de negación.

Los Weasley sentirían que perdieron un hermano, e incluso Riddle tendría problemas para aceptarlo.

Si Harry moría... si algo malo pasaba, un pilar caería, uno que tenía tanta importancia como para derribar a otros.

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Un último hechizo, una última gota derramada y un último canto del ritual.

Había terminado. No había nada más que pudieran hacer sin perjudicar a Harry, nada más sin poder herirlo. Y ahora, dentro de aquella habitación solo quedaba esperar, esperar por una señal, un sello, algo. Algo que les diga que había funcionado, o en su defecto, fallado.

El grupo mira a Regulus con atención y pena. Notando su semblante mientras observaba el cuerpo del inconsciente chico. Buscando algún reconocimiento y con su magia bailando cerca de este, buscándole.

Nada sucedió por los próximos 10 minutos, nada pasó por los próximos 15.

Y entonces, luego de que las esperanzas comenzaran a decaer, sucedió.

Ninguna marca apareció en el cuerpo del chico. Pero la de Regulus por otro lado brilló más que nunca.

— Harry...

Sin embargo, el niño no despertó.

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Ya se que tarde mucho en actualizar, pido perdón de antemano.