Capitulo 25.

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"No es algo que pueda evitar"

"No es la primera vez que sufro tanto"

"Tengo gran resistencia al dolor"

"Si todo sale bien podré ser feliz"

"Solo será un mal rato y luego será una simple anécdota"

Una serie de pensamientos bañaba la mente del único hijo de los Potter. Pensamientos asustados. Pensamientos preocupados. Pensamientos ansiosos.

¿Qué si no lo resistía? ¿Y si algo salía mal? ¿Qué pasaba si su destino al final era morir?

¿Harry estaba realmente dispuesto a morir?

Es decir, la idea de morir había estado en su cabeza por años, prácticamente toda su etapa en Hogwarts y de alguna manera incluso desde antes.

De niño nunca pudo verse a sí mismo como alguien mayor, nunca pudo verse a sí mismo creciendo. En cada etapa de su vida se veía estancado, como si esa fuera la última. Pero para su fortuna (coraje Potter tal vez) había podido superar cada una de ellas.

"Morir joven" la idea había estado aún más presente ese último año. Con noches de insomnio y episodios que le aterraban. Harry realmente se sentía morir en demasiadas ocasiones, de una forma tan fuerte que incluso él mismo se impactaba.

Sin embargo ahora era diferente, se sentía diferente.

Porque por más que se hubiera repetido a sí mismo que en algún momento todos morirían, él no se sentía listo.

No quería morir aún, no podía hacerlo. Tenía muchas cosas que hacer, que ver.
Su familia estaba creciendo, deseaba graduarse y hacer algo. Jugar quiddich hasta no poder más.

Tener una pareja.
Ser feliz.
Tener a Regulus.

Maldito y mil veces maldito Regulus.

Harry lo amaba tanto que lo odiaba. Porque cada que pensaba en su rostro sonreía, cada que se imaginaba junto a él su corazón se aceleraba, cuando recordaba sus besos sentía mariposas en su estómago.

Y era tan injusto.

Debería odiarlo, debería seguir enojado. Pero Harry le había amado por mucho tiempo y el hombre realmente estaba intentando solucionar las cosas.

¿Podían no odiarle por ser tan débil?

Regulus era atractivo de pies a cabeza, era sumamente inteligente y tenía demasiadas metas, era divertido y atento, un total caballero y bueno en deportes.

Era tan perfecto que sonaba ridículo.

Y él no lo merecía.

No merecía nada de eso. Tal vez ni siquiera merecía la oportunidad de solucionar todo.

¿Por qué hombres como Tom Riddle no tenían aquella oportunidad?

"Porque hombres como Tom Riddle no tienen una pareja destinada idiota que hizo un ritual de forma errónea" Se recordó a sí mismo.

Harry extrañamente se quería seguir torturando durante horas con todo lo que estaba sucediendo, pero en cambio guarda silencio cuando el medimago entra a la habitación, mirándole a los ojos en un claro mensaje.

— Dime cuando estés listo.

Y que los demonios le ayuden porque esta sumamente aterrado.

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"Recuerda no desmayarte" "Grita si necesitas algo"

Entre más consejos llegaban peor se sentía.

Incluso si quería parecer fuerte y seguro estaba sumamente aterrado, y por un momento sólo quiso soltarse a llorar en los brazos de sus padres y esconderse de todos hasta que la pesadilla terminara.

Y bien, sabía que era muy contradictorio a todo lo que había dicho en los últimos días, pero también quería abrazar a Regulus y besarlo mucho. Pero necesitaba hacerlo. Porque en todos esos días lo había mantenido alejado, es decir, no se arrepiente de eso porque había necesitado su espacio. Pero se había acostumbrado mucho al hombre, y en momentos como ese lo único que quiere es estar junto a él un rato. Un gran rato.

Así que cuando Regulus entra lentamente a la habitación, mirándole con lo que parecía ser expectación, probablemente esperando ser echado o una serie de insultos hacia su persona.
Pero en cambio lo único que Harry hace es abrir los brazos en dirección a este, invitándole a mimarle como no lo había hecho el último tiempo.

Regulus claramente no es que hubiera puesto mucha resistencia a eso.

Con una pequeña sonrisa avergonzada (qué le hacía sentirse estúpido) se recostó junto al más joven, tomándole en brazos y depositándolo sobre su cuerpo para mayor comodidad y no mentiría, mayor contacto entre sus cuerpos.

— ¿Estas bien? — Su voz era suave, un corto susurro mientras deposita un beso sobre su cabeza.

— No.

Regulus suspira, abrazando con un poco más de fuerza el cuerpo del contrario.

— Lo siento — Intenta nuevamente, siendo rápidamente callado con un suspiro.

— Si no dejas de pedir disculpas te echaré fuera — Amenaza, cansado de que cada que lo vea se disculpe como si no lo hubiera hecho ya demasiadas veces.

Pedir disculpas no solucionaba nada. No es como si le quitara todos esos años de sufrimiento con un par de palabras.

— Gracias por dejarme abrazarte — Dice esta vez, porque había estado bastante desesperado por no poder acercarse.

Antes era más fácil mantenerse apartado, principalmente porque no estaban cerca y bueno, no es como si antes se abrazaran de la manera en la que lo hacían ahora.

— Creo que ambos lo necesitábamos — Admite, llenando sus pulmones de la colonia del mayor — Te extrañe.

Regulus ni siquiera se siente avergonzado ante lo rápido que su corazón comenzó a latir ante eso.

— También yo — Besa la cabeza del ojiverde, una de sus manos comenzando a dejar caricias en la espalda de este por debajo de la sudadera que llevaba puesta.

— Cuando salgas de aquí dirás que estoy listo — Pide, porque no está demasiado seguro de si será capaz de decirlo él mismo.

— ¿Lo estas? — Cuestiona, dándose cuenta de que él mismo no estaba listo para lo que vendría.

— Voy a estarlo — Suspira, ajeno a los conflictos ajenos — No lo se, supongo que es mejor que morir, ¿no?

Aquello no alivia la preocupación del mayor en lo más mínimo.

— Desearía poder hacer algo para reducir tu dolor, ¿no debería haber una manera de que el ritual se lleve acabo en mí? Al final así fue como comenzó — Regulus divaga un poco — Sería más sencillo si yo-

— Pero no es posible — En verdad, Harry solo quiere que guarde silencio — Al menos hay una manera Reg, y no te atrevas a decir "lo siento" — Le detiene apenas ve su boca abrirse.

El Black bufa, besando la mejilla del chico mientras deja que su magia entre en contacto con la del contrario, quitándole un poco del cansancio que llevaba encima.

— Puedo hacerlo, todo o nada — Harry chasquea la lengua, como si aún no pudiera creerlo. Y es que realmente no lo hacía — Ahora, ¿un beso de la buena suerte? 

— Todos los que quieras — Pero mientras se acerca a sus labios no puede evitar las siguientes palabras — Lamento haberme ido aquel día — Se apresura a continuar antes de ser lanzado lejos — Realmente me gustó besarte y tenerte entre mis brazos — Y entonces juntan sus labios en lo que podría considerarse un beso totalmente hambriento.

Pronto deberían separarse y todo el dolor comenzaría, pero por ahora Harry quería estar así, besando a la persona que ama y con la idea de que todo saldrá bien.

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Me sentía medio pérdida pero finalmente pude escribir un poco por aquí.

Espero no decepcionarlos demasiado luego de tanta espera.

Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora