Roto.

Epilogo.

Sucede 10 meses después, es inesperado y terriblemente doloroso.

Sucede después del nacimiento de Teddy, el hijo de Nymphadora. Y de Evan, el pequeño hijo de Bellatrix.

Sucede después de que Theo le pida matrimonio a Draco, luego de los abrazos y las felicitaciones, luego de ayudar a organizar la boda y ver a su primo sonreír con una alegría desbordante.

Sucede después de que su madre y su padre se acostumbren a la idea de que no viva con ellos, de que las despedidas no terminen en llanto.

Sucede en una tarde fría, con viento por todos lados y los indicios de lo que podría ser uno de los inviernos más fuertes que han tenido en muchos años.

Sucede luego de que la esperanza haya abrazado sus corazones y la tranquilidad haya gobernado en sus vidas.

Sucede mientras descansa en los brazos de Regulus, con su cabeza descansando sobre el pecho de este, abrazos cómodos que se vuelven fríos con el paso del tiempo, un recuerdo amargo de haber sostenido lo más preciado que tenía en sus últimos momentos de vida.

La muerte de Harry es algo que ninguno esperaba, su muerte es algo que no pudieron prevenir, algo que no pudieron detener, algo que no vieron llegar.

Harry muere con una sonrisa, muere en los brazos de a quien consideró el amor de su vida, muere luego de asegurarse de que sus padres podrán seguir adelante, de que Draco tendrá algo más a que aferrarse, de llenar de besos a su ahijado y ver feliz a su familia.

Muere después de besar hasta el cansancio a Regulus, de conocer lo que es sentirse amado y vivir con calma y felicidad. Muere habiendo reído, gritado, y disfrutado las marcas de un placer que una pareja puede otorgarte.

Harry muere joven, tan joven que lo recordarán con ojos brillantes en una pizca de inocencia, con un uniforme de quiddich mientras canta lanzándose en victoria como capitán, con risas torpes y la sombra de lo que fue madurar a una edad temprana. Lo recordarán como un adolescente en su pleno momento de gloria, siendo hermoso y con un brillante futuro que nunca pudo tomar.

Su muerte llega antes de lo esperado, rompiendo corazones y destrozando más cosas de las que habría deseado.

Su muerte llega cuando todo parece ir bien, cuando dejarlo dormir no incluía cuidar su respiración, cuando verle llorar podía significar que había buenas noticias. Cuando todo parecía estar bien.

Nunca nada estuvo totalmente bien.

En el fondo Harry lo sabía, sabía que nada estaba completamente solucionado y que todo acabaría tal vez demasiado pronto. Lo sabía cuando besaba la sonrisa de Regulus y este susurraba que lo amaba, cuando recibía un abrazo de sus padres y besos en la frente, cuando hablaba con sus primos y amigos, cuando cuidaba a sus sobrinos. Lo sabía cuando sé miraba al espejo y podía ver una sombra en sus ojos verdes. Cuando sentía a la muerte cuidado su espalda.

Harry muere sabiendo que es su hora, que hizo más de lo que había creído. Muere antes de lo que le gustaría, con un par de lágrimas secas en sus mejillas y el dolor de no poder envejecer como había deseado, de no poder soportar más. Muere odiando el destino y agradeciendo por el tiempo extra. Muere recibiendo a la misma Muerte como una amiga, aceptando que el camino había terminado para él.

Un "te amo" siendo susurrado por última vez, y la tristeza de no poder despedirse. De no poder dar un último abrazo.

Se marcha como una fría brisa que congela corazones en un día de invierno, y vaya que si eso no hizo que la familia odiara las tardes frías.

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Regulus muere apenas dos meses después. Ojeras bajo sus ojos y sin una sonrisa en sus labios, en la espera de reencontrarse con el chico una vez su alma se consumiera.

Siempre supo que sin Harry no seguiría ahí, y la espera fue una tortura que habría deseado poder adelantar.

Su muerte no ayuda a sanar el corazón de la familia, por más que pudieran entenderlo. Simplemente ayuda a abrir la herida un poco más.

Un lazo roto no significaba nada al final. Ellos seguirían juntos en muerte, aprovechando el tiempo que habían perdido en vida.

Y quien sabe, si en algunos años podrían volver a encontrarse, y tal vez en esta ocasión las cosas estarían bien.

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Y ha concluido. Creo que pude haberlo hecho más doloroso, pero estoy satisfecha.